radio las nieves
http://rln.cl/nacional/8143-tiempos-dificiles.html
Luis Gajardo Muñoz
Docente
Pedagogía en Historia y Geografía
Universidad San Sebastián
El 9 de noviembre de 1989, Günter Schabowski, miembro del Politburó del SED (Partido comunista de la RDA), anunciaba en conferencia de prensa que se habían eliminado todas las restricciones para que ciudadanos de Berlín Oriental pudiesen viajar a Alemania Federal. Ante la pregunta de un periodista italiano respecto a cuando entraba en vigencia la nueva normativa, Schabowski, respondió algo confundido que la medida empezaba a regir de inmediato, (después señaló que no había entendido lo que le habían preguntado) lo que produjo una explosión popular que hizo que en pocas horas miles de alemanes se dirigieran al muro con la intención de cruzar al oeste. Lo singular de la historia es que hubo un malentendido, ya que la instrucción y el acuerdo de los gobernantes de la RDA era que la medida de abrir el muro se hiciera al día siguiente. Al no entender la pregunta, Schabowski hizo que un proceso que se pretendía fuera controlado y ordenado, se desarrollara de forma absolutamente imprevista. (La notable secuencia de la entrevista, con comentarios incluidos puede apreciarse en youtube), dando lugar a uno de los hechos más asombrosos de fines del siglo XX, la caída del Muro de Berlín.
Este acontecimiento simboliza el inicio del derrumbe de los socialismos reales, primero en Europa del este y posteriormente en el resto del mundo, y todo hacía suponer que se iniciaba una nueva época que dejaría atrás los fuertes antagonismos de la Guerra fría. Incluso un autor en exceso entusiasta, Francis Fukuyama escribió un provocador libro: “El fin de la historia”, donde señalaba que el fin de los socialismos reales y el surgimiento de un mundo unipolar liderado por Estados Unidos, y la sociedad establecida sobre ciertos consensos básicos, a saber, la democracia como forma de organización política y el libre mercado como modelo de organización económica iban a hacer innecesarios los conflictos, ya que había absoluta coincidencia sobre los elementos centrales respecto de los cuales debía estructurarse la sociedad. No fueron pocos los autores y cientistas políticos que dieron por inaugurada, a fines de los noventa una época de paz social y desarrollo económico.
Sin embargo la propia historia desmintió a Fukuyama y echó por tierra los pronósticos más optimistas, hoy nuestro planeta enfrenta uno de sus momentos más delicados, con innumerables focos de conflicto y situaciones que pueden ser potencialmente peligrosas a nivel global. Numerosos analistas políticos han afirmado que el mundo no vivía en una situación de tanto peligro desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962. No se trata tan sólo de la extrema violencia que se vive en la franja de Gaza, donde, como es natural las principales víctimas han sido civiles desarmados sino que además este conflicto ha puesto en evidencia la escasa o nula relevancia de organismos supranacionales como la ONU, que ha sido incapaz de lograr un alto al fuego y mucho menos poder generar las condiciones para la estabilidad en la zona.
Toda la violencia e inhumanidad observada en Gaza, de alguna manera ha hecho olvidar que existen serios conflictos en Ucrania, Libia, Siria, Irak, Afganistán y por supuesto algo que parece ser endémico en el continente africano, las guerras civiles que se cuentan por decenas. Lo preocupante no es solo el nivel de violencia sino el hecho que además muchos de los grupos participantes se encuentran o podrían eventualmente encontrarse en disposición de usar armas con alto poder destructivo.
Lejos parece la realidad actual de las predicciones optimistas de fines del siglo XX. No se acabaron las guerras, Estados Unidos no fue el promotor de la paz y los consensos respecto de los cuales se organizaría la nueva sociedad global parecen haberse diluido.
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