Alegría constituyente. Esta es quizás la expresión que mejor refleja el ambiente vivido en Córdoba durante el acto de presentación de la Alternativa Republicana del PCE. Alegría por la gran respuesta del pueblo trabador de Córdoba ante la convocatoria de PCA. Alegría por encontrarnos en un ambiente de camaradería, con Julio, en la calle. Y sobre todo entusiasmo por una situación política que abre la posibilidad de construir la República. “Una República con justicia social”, como insistía Julio Anguita, como la que defendemos los y las comunistas.
Los trabajadores y las trabajadoras, que durante estos años hemos sufrido duramente la crisis y la seguimos sufriendo, vemos una luz al final del túnel. No es la luz de Rajoy, la falsa luz de las estadísticas manipuladas, la que vende el lucro de las clases altas como recuperación económica y el exilio económico como descenso del paro. No, la luz surge porque, por primera vez en mucho tiempo, se hace realidad por lo que los y las comunistas venimos luchando: la apertura de un proceso constituyente que ponga los recursos económicos al servicio de la mayoría social. Y ante un pueblo esperanzado “hay miedo, hay temor en el sistema, porque somos mucho más fuertes que lo que creemos ser”, como nos recordó José Luis Centella en su intervención.
Ante la esperanza del pueblo, se ha preparado deprisa y corriendo la alternancia en la monarquía. Sabemos que en el Congreso también hay voces, pocas todavía, que son la voz de esta esperanza del pueblo: como Centella, que nos contaba la verdadera “chapuza” del proceso, en que el sistema no ha respetado ni sus propias reglas. Había prisa porque la monarquía es la clave de bóveda del proceso constituyente que prepara el sistema, a través de “la gran coalición” del PP y el PSOE. “Las monarquías sirven para establecer el consenso, Felipe VI es el recambio para que todo siga igual pero más duro”, advertía Anguita. Para esto, nos contaba Julio, les es imprescindible reformar la ley electoral, “para que gane quién tiene que ganar”; y también necesitan enterrar los casos de corrupción, y por eso “están preparándose para que no pase nada en el caso Noos, en el caso Gürtel, en los ERE… están poniendo en marcha la apisonadora”.
“Nos espera una carrera de fondo”, nos contaba Alba Doblas en su breve presentación. Y para eso contamos con magníficos corredores de fondo, como la misma Alba. Este Partido ha dirigido mal los resultados del 25-M y necesita quererse, porque las condiciones subjetivas son imprescindibles para aprovechar las condiciones objetivas. Por eso Anguita nos recordaba que “el PCE es el único Partido en España, no hay otro”, insistía, “que ha hecho una propuesta para la Tercera República; el PCE no se ha limitado a sacar la bandera”.
Pero el PCE sabe, como nos recordaba Anguita, que las soluciones no van a venir de un sólo Partido, van a venir de la ciudadanía. Por eso “el PCE ha hecho una propuesta republicana para la inmensa mayoría de los españoles”. Para debatirla y modificarla, para sumar a cada vez más gente a la tarea de construir nuestro futuro, en un proceso de convergencia social y política amplio y hecho desde la base. Porque “la Republica no va a venir, la vamos a traer”.
En el acto Anguita presentó los principales ejes de esta Alternativa Republicana, en que destacan las transformaciones sociales y económicas porque “para hablar de República hay que hablar de justicia social”; y para eso es necesario democratizar también la economía. También ocupa un lugar destacado la lucha contra la corrupción, por la ética en la política, por la transparencia y también por la austeridad, una palabra que Julio animó a recuperar, porque la “República es austeridad, pero no la austeridad de la Troika, sino el uso justo, transparente y adecuado de los bienes comunes”. La Alternativa habla también de un Estado “laico”, “que apueste constitucionalmente por la paz", que promueva la cultura y la educación, y el respeto por los derechos humanos. Un Alternativa Republicana integral, que necesitamos trabajar y debatir con los y las compañeras de otras organizaciones sociales, sindicales y políticas; y sobre todo con el pueblo trabajador.
Los trabajadores y las trabajadoras, que durante estos años hemos sufrido duramente la crisis y la seguimos sufriendo, vemos una luz al final del túnel. No es la luz de Rajoy, la falsa luz de las estadísticas manipuladas, la que vende el lucro de las clases altas como recuperación económica y el exilio económico como descenso del paro. No, la luz surge porque, por primera vez en mucho tiempo, se hace realidad por lo que los y las comunistas venimos luchando: la apertura de un proceso constituyente que ponga los recursos económicos al servicio de la mayoría social. Y ante un pueblo esperanzado “hay miedo, hay temor en el sistema, porque somos mucho más fuertes que lo que creemos ser”, como nos recordó José Luis Centella en su intervención.
Ante la esperanza del pueblo, se ha preparado deprisa y corriendo la alternancia en la monarquía. Sabemos que en el Congreso también hay voces, pocas todavía, que son la voz de esta esperanza del pueblo: como Centella, que nos contaba la verdadera “chapuza” del proceso, en que el sistema no ha respetado ni sus propias reglas. Había prisa porque la monarquía es la clave de bóveda del proceso constituyente que prepara el sistema, a través de “la gran coalición” del PP y el PSOE. “Las monarquías sirven para establecer el consenso, Felipe VI es el recambio para que todo siga igual pero más duro”, advertía Anguita. Para esto, nos contaba Julio, les es imprescindible reformar la ley electoral, “para que gane quién tiene que ganar”; y también necesitan enterrar los casos de corrupción, y por eso “están preparándose para que no pase nada en el caso Noos, en el caso Gürtel, en los ERE… están poniendo en marcha la apisonadora”.
“Nos espera una carrera de fondo”, nos contaba Alba Doblas en su breve presentación. Y para eso contamos con magníficos corredores de fondo, como la misma Alba. Este Partido ha dirigido mal los resultados del 25-M y necesita quererse, porque las condiciones subjetivas son imprescindibles para aprovechar las condiciones objetivas. Por eso Anguita nos recordaba que “el PCE es el único Partido en España, no hay otro”, insistía, “que ha hecho una propuesta para la Tercera República; el PCE no se ha limitado a sacar la bandera”.
Pero el PCE sabe, como nos recordaba Anguita, que las soluciones no van a venir de un sólo Partido, van a venir de la ciudadanía. Por eso “el PCE ha hecho una propuesta republicana para la inmensa mayoría de los españoles”. Para debatirla y modificarla, para sumar a cada vez más gente a la tarea de construir nuestro futuro, en un proceso de convergencia social y política amplio y hecho desde la base. Porque “la Republica no va a venir, la vamos a traer”.
En el acto Anguita presentó los principales ejes de esta Alternativa Republicana, en que destacan las transformaciones sociales y económicas porque “para hablar de República hay que hablar de justicia social”; y para eso es necesario democratizar también la economía. También ocupa un lugar destacado la lucha contra la corrupción, por la ética en la política, por la transparencia y también por la austeridad, una palabra que Julio animó a recuperar, porque la “República es austeridad, pero no la austeridad de la Troika, sino el uso justo, transparente y adecuado de los bienes comunes”. La Alternativa habla también de un Estado “laico”, “que apueste constitucionalmente por la paz", que promueva la cultura y la educación, y el respeto por los derechos humanos. Un Alternativa Republicana integral, que necesitamos trabajar y debatir con los y las compañeras de otras organizaciones sociales, sindicales y políticas; y sobre todo con el pueblo trabajador.
Publicado en el Nº 274-275 de la edición impresa de Mundo Obrero julio-agosto 2014
http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=4080
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