La Unión Europea siempre ha tenido un papel relevante como mediador en el conflicto entre israelíes y palestinos, especialmente desde la Segunda Intifada, cuando formó parte del famoso y olvidado Cuarteto, junto a la ONU, Estados Unidos y Rusia. Además, se ha convertido en el principal socio comercial de Israel. En el año 2000 firmaron un Acuerdo de Asociación por el que eliminaron aranceles a productos industriales y bienes agrícolas, principalmente. En el año 2012 el Parlamento Europeo ratificó el ACCA (Acuerdos sobre evaluación de conformidad y aceptación de productos industriales), que básicamente atañía a la libre circulación de productos farmacéuticos, uno de los sectores punteros en Israel.
Debido al estancamiento en el conflicto, la relación entre la UE e Israel se ha enrarecido sobremanera. De hecho, la Unión va a obligar a poner un etiquetado especial en los productos fabricados en los territorios que reconoce como ocupados por Israel desde 1967, esto es, Jerusalén Este, Cisjordania y los Altos del Golán. La directiva de la Comisión Europea llevaba redactada desde 2003, y durante los últimos tres años el referido organismo ha amenazado con ejecutarla, según se desarrollaran las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, ahora enstand by.
La aplicación de esa directiva es un acto incorrecto, arbitrario, que raya en la discriminación, y perjudica más a los palestinos que a los israelíes.
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