El diputado Ricardo Sixto exige la “desaparición” de las ETTs y las responsabiliza de la “terrible explotación laboral” que sufren trabajadores del campo
Empresas encargadas de recoger la naranja mandan poner a los trabajadores carteles de ‘Españoles, no’, porque así pueden explotar mucho mejor a los trabajadores extranjeros.
El diputado de Izquierda Unida por Valencia, Ricardo Sixto, exigió que “desaparezcan” las empresas de trabajo temporal (ETTs), a las que responsabilizó de la “terrible explotación laboral” que sufren los trabajadores agrícolas. Sixto incluyó esta denuncia en su intervención en el Pleno del Congreso de los Diputados para defender la moción sobre “la situación de semiesclavitud de trabajadores agrarios por la acción de las empresas de trabajo temporal”, especialmente en la Comunidad Valenciana.
Durante su intervención, el parlamentario valenciano acusó directamente a las empresas de trabajo temporal de “sostener la explotación laboral de los trabajadores”. Tras mostrar diferentes recortes de prensa con noticias relacionadas con este asunto, señaló la “baja calificación” de España en el ‘Global Slavery Index’, que es el índice anual que mide la esclavitud y la explotación laboral en el mundo. Argumentó que en el ámbito laboral agrario español hay una “situación anómala de corrupción generalizada y de explotación de los trabajadores”.
Sixto destacó el “panorama terrible del campo valenciano” y se refirió expresamente a la campaña de recogida de la naranja en esta comunidad. Criticó que la situación es “terrible”, sobre todo para los trabajadores, que “son mayoritariamente extranjeros y doblemente explotados”.
Esta situación “da lugar a situaciones paradójicas -dijo-, como la de que las empresas encargadas de recoger la naranja manden poner a los trabajadores carteles de ‘Españoles, no’, porque así pueden explotar mucho mejor a los trabajadores extranjeros. Se les va a buscar con una furgoneta de madrugada a las plazas de los pueblos para decirles ‘tú trabajas, tú no trabajas’, y lo hacéis en todo caso por 20 euros por toda la jornada completa”. En este punto, criticó con dureza que en muchas ocasiones los propios empresarios detraigan de esos penosos salarios el alquiler de las herramientas utilizadas o el transporte hasta los lugares de recolección. Al final, “los trabajadores tienen que echarle horas y horas, para no llevarse a casa más que una miseria”.
Ricardo Sixto, que denunció también el fraude cometido por las empresas al no cotizar a la Seguridad Social, añadió que “estamos en un sistema permitido y amparado, un sistema en el que determinadas ETTs están a las órdenes de determinadas empresas comercializadoras que sistemáticamente contratan sus servicios”.
“Estamos en un círculo de explotación –afirmó- que no se puede romper por ningún lado. El primer elemento que permite la existencia de ese círculo vicioso de la explotación sistemática es la existencia de las empresas de trabajo temporal”.
Durante su defensa de esta moción –que fue rechazada por el Partido Popular-, Sixto valoró que los sindicatos han puesto ya de manifiesto la existencia de “auténticas tramas que la inspección de trabajo, por mucha labor que desarrolle, no puede desmantelar”. Por ello, detalló algunas medidas que el Gobierno debería adoptar para atajar la situación, comenzando por “aumentar la dotación de la inspección de trabajo, no sólo de inspectores sino también de subinspectores, y de la ayuda técnica que necesiten para desarrollar su labor”.
Además, Ricardo Sixto señaló la necesidad de “aumentar los mecanismos administrativos de control que eviten el fraude”, así como también de “incrementar los controles a través de la Seguridad Social”. A su vez, ha instado al Ejecutivo del Partido Popular a elevar los controles “cruzando las toneladas que acaba facturando cualquier empresa de producción con el número de contratos que ha realizado para recoger esas mismas toneladas”, ya que “cuando se cruzan ambos datos es cuando se ve el volumen de fraude en el que se está desarrollando el trabajo agrícola en nuestro país”, ha explicado.
Finalmente, también incidió en la exigencia de “acabar con toda una política de fortalecimiento de las agencias privadas de colocación y favorecer el crecimiento de los servicios públicos de empleo”, ya que las empresas de trabajo temporal acaban por sumir a los empleados del sector agrario en una explotación que tiene como consecuencia la miseria y el empobrecimiento de dichos trabajadores.
Durante su intervención, el parlamentario valenciano acusó directamente a las empresas de trabajo temporal de “sostener la explotación laboral de los trabajadores”. Tras mostrar diferentes recortes de prensa con noticias relacionadas con este asunto, señaló la “baja calificación” de España en el ‘Global Slavery Index’, que es el índice anual que mide la esclavitud y la explotación laboral en el mundo. Argumentó que en el ámbito laboral agrario español hay una “situación anómala de corrupción generalizada y de explotación de los trabajadores”.
Sixto destacó el “panorama terrible del campo valenciano” y se refirió expresamente a la campaña de recogida de la naranja en esta comunidad. Criticó que la situación es “terrible”, sobre todo para los trabajadores, que “son mayoritariamente extranjeros y doblemente explotados”.
Esta situación “da lugar a situaciones paradójicas -dijo-, como la de que las empresas encargadas de recoger la naranja manden poner a los trabajadores carteles de ‘Españoles, no’, porque así pueden explotar mucho mejor a los trabajadores extranjeros. Se les va a buscar con una furgoneta de madrugada a las plazas de los pueblos para decirles ‘tú trabajas, tú no trabajas’, y lo hacéis en todo caso por 20 euros por toda la jornada completa”. En este punto, criticó con dureza que en muchas ocasiones los propios empresarios detraigan de esos penosos salarios el alquiler de las herramientas utilizadas o el transporte hasta los lugares de recolección. Al final, “los trabajadores tienen que echarle horas y horas, para no llevarse a casa más que una miseria”.
Ricardo Sixto, que denunció también el fraude cometido por las empresas al no cotizar a la Seguridad Social, añadió que “estamos en un sistema permitido y amparado, un sistema en el que determinadas ETTs están a las órdenes de determinadas empresas comercializadoras que sistemáticamente contratan sus servicios”.
“Estamos en un círculo de explotación –afirmó- que no se puede romper por ningún lado. El primer elemento que permite la existencia de ese círculo vicioso de la explotación sistemática es la existencia de las empresas de trabajo temporal”.
Durante su defensa de esta moción –que fue rechazada por el Partido Popular-, Sixto valoró que los sindicatos han puesto ya de manifiesto la existencia de “auténticas tramas que la inspección de trabajo, por mucha labor que desarrolle, no puede desmantelar”. Por ello, detalló algunas medidas que el Gobierno debería adoptar para atajar la situación, comenzando por “aumentar la dotación de la inspección de trabajo, no sólo de inspectores sino también de subinspectores, y de la ayuda técnica que necesiten para desarrollar su labor”.
Además, Ricardo Sixto señaló la necesidad de “aumentar los mecanismos administrativos de control que eviten el fraude”, así como también de “incrementar los controles a través de la Seguridad Social”. A su vez, ha instado al Ejecutivo del Partido Popular a elevar los controles “cruzando las toneladas que acaba facturando cualquier empresa de producción con el número de contratos que ha realizado para recoger esas mismas toneladas”, ya que “cuando se cruzan ambos datos es cuando se ve el volumen de fraude en el que se está desarrollando el trabajo agrícola en nuestro país”, ha explicado.
Finalmente, también incidió en la exigencia de “acabar con toda una política de fortalecimiento de las agencias privadas de colocación y favorecer el crecimiento de los servicios públicos de empleo”, ya que las empresas de trabajo temporal acaban por sumir a los empleados del sector agrario en una explotación que tiene como consecuencia la miseria y el empobrecimiento de dichos trabajadores.
Publicado en el Nº 279 de la edición impresa de Mundo Obrero diciembre 2014
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