El artista alemán Anselm Kiefer reclamó hoy, cuando le fue otorgado el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, que se mire de frente a los mitos y a los espacios vacíos, devastados por el paso de la historia.
EFE
"Después de la guerra, ocuparse de la mitología era algo sospechoso. Resultaba evidente lo peligroso que era cuando la política usaba los mitos y los instrumentalizaba", dijo Kiefer en referencia al pasado nazi. "Pero, ¿no es más peligroso sepultar los mitos en el inconsciente colectivo en lugar de confrontarse con ellos de manera que sean visibles para todos?", se preguntó Kiefer, el primer artista plástico en recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes. Para Kiefer, la ciencia no tiene la fuerza para sustituir las imágenes míticas, sobre todo ante el hecho de que el optimismo acerca del progreso, del que son abanderados muchos científicos, ha terminado por convertirse también en un mito. En su opinión, la tendencia a huir de los mitos está emparentada también con la de hacer desaparecer todo lo que recuerde una devastación o lo que nos haga confrontarnos con espacios vacíos. Eso ha ocurrido en Alemania dos veces: primero, después de la II Guerra Mundial y, luego, después de la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la extinta República Democrática Alemana (RDA), añadió. "Las heridas no se curaron sino que se escondieron de manera vergonzante. No se ocultaron sólo los edificios sino todo aquello que los nazis habían tocado", dijo Kiefer en referencia a la posguerra. Cuatro décadas más tarde, tras la caída del muro de Berlín, también empezó a ocultarse todo aquello que había ocurrido durante cuarenta años en el Este de Alemania. "En esa época escribí que debía dejarse todo como estaba, como si fuera un museo. La extinta RDA como museo del socialismo realmente existente que se hubiera podido visitar los fines de semana, con controles en la frontera", dijo Kiefer. Pero eso, advirtió el artista, no era una propuesta programática sino un juego con la frontera. "Lo que sí se hubiera podido hacer es dejar la frontera entre los dos estados alemanes completamente vacía y trabajar sobre la llamada franja de la muerte como se trabaja sobre un jardín Zen", dijo.
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