Por LLAZAR SEMINI
TIRANA, Albania—Centenares de simpatizantes del Partido Comunista albanés rindieron el jueves tributo al fallecido dictador Enver Hoxha, al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Hoxha gobernó Albania con puño de hierro durante cuatro décadas, y mantuvo al país aislado del resto del mundo.
Entre tanto, opositores a Hoxha realizaron un acto de protesta en otra parte de la capital, Tirana.
La viuda de Hoxha, Nexhmije, encabezó las ceremonias, y dijo que su esposo había sido "un héroe de guerra y un líder cuya obra nunca morirá". Los simpatizantes de Hoxha se congregaron en el cementerio público de Tirana donde depositaron coronas frente a la tumba del ex dictador y desplegaron un estandarte comunista.
Hasta la caída del comunismo, en 1990, los albaneses tenían prohibido viajar al exterior o practicar alguna religión. Si alguna persona era considerada subversiva, podía terminar en un campo de trabajos forzados. El más importante instrumento represivo de Hoxha era la Sigurimi, la policía secreta.
Sus partidarios dicen que Hoxha resistió la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y que modernizó un país atrasado, semifeudal.
A su muerte, en 1985, lo sucedió su seguidor Ramiz Alia, que perdió el poder tras una revuelta estudiantil en diciembre de 1990. Esa revuelta marcó el colapso del régimen comunista.
Muchos funcionarios del régimen comunista fueron procesados luego que el partido Demócrata asumió el poder en 1992, incluidos la viuda de Hoxha y Alia, que recibieron penas de prisión por crímenes contra la humanidad.
Víctimas de la persecución de Hoxha también realizaron un acto de protesta en Tirana. Centenares de personas se congregaron en la principal plaza de la capital y desfilaron por el centro de la ciudad gritando, "Abajo el comunismo".
TIRANA, Albania—Centenares de simpatizantes del Partido Comunista albanés rindieron el jueves tributo al fallecido dictador Enver Hoxha, al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Hoxha gobernó Albania con puño de hierro durante cuatro décadas, y mantuvo al país aislado del resto del mundo.
Entre tanto, opositores a Hoxha realizaron un acto de protesta en otra parte de la capital, Tirana.
La viuda de Hoxha, Nexhmije, encabezó las ceremonias, y dijo que su esposo había sido "un héroe de guerra y un líder cuya obra nunca morirá". Los simpatizantes de Hoxha se congregaron en el cementerio público de Tirana donde depositaron coronas frente a la tumba del ex dictador y desplegaron un estandarte comunista.
Hasta la caída del comunismo, en 1990, los albaneses tenían prohibido viajar al exterior o practicar alguna religión. Si alguna persona era considerada subversiva, podía terminar en un campo de trabajos forzados. El más importante instrumento represivo de Hoxha era la Sigurimi, la policía secreta.
Sus partidarios dicen que Hoxha resistió la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y que modernizó un país atrasado, semifeudal.
A su muerte, en 1985, lo sucedió su seguidor Ramiz Alia, que perdió el poder tras una revuelta estudiantil en diciembre de 1990. Esa revuelta marcó el colapso del régimen comunista.
Muchos funcionarios del régimen comunista fueron procesados luego que el partido Demócrata asumió el poder en 1992, incluidos la viuda de Hoxha y Alia, que recibieron penas de prisión por crímenes contra la humanidad.
Víctimas de la persecución de Hoxha también realizaron un acto de protesta en Tirana. Centenares de personas se congregaron en la principal plaza de la capital y desfilaron por el centro de la ciudad gritando, "Abajo el comunismo".
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