Partido Comunista, EU
Nueva York, EU.- La sede del Partido Comunista norteamericano, en el barrio Chelsea de Nueva York, vive una segunda juventud gracias a la crisis financiera y, según sus miembros, reivindica las viejas tesis marxistas-leninistas. En el 235W de la calle 23, frente al hotel Chelsea, símbolo de la bohemia de los años 60 y 70 adicta al alcohol y las drogas, el edificio pertenece a una empresa inmobiliaria cuya gerencia es comunista. "Tenemos cada vez más llamadas de gente que quiere informarse y que se interesa por nosotros a causa de la crisis financiera, porque estamos en un momento de cambios y creo que habrá un papel para el Partido Comunista en el período que se inicia", aseguró a la AFP Libero Della Piana, de 36 años, un imponente mestizo de barbita y coleta, hijo de un italiano y de una negra norteamericana, presidente del partido para el estado de Nueva York. Fundado en 1919, el partido comunista norteamericano estaba considerado como un grupo que hacía propaganda para una "potencia extranjera" (la Unión Soviética) durante la guerra fría, y sus miembros perdían a menudo su empleo durante el período del maccarthismo en los años 50. El CPUSA, dirigido a escala nacional por Sam Webb, cuenta hoy en día "entre 3.000 y 3.500 adherentes", pero Libero Della Piana y Erica Smiley, de 28 años, coordinadora de la "Liga de los jóvenes comunistas" instalada en el mismo edificio, afirman que el "caos actual" engrosará las filas de simpatizantes. Lejos de querer jugar en solitario, los comunistas norteamericanos quieren "construir la base más amplia posible, con los movimientos de mujeres, estudiantes, sindicatos, para derrotar a la derecha" y "creen que el momento ha llegado". "Las preocupaciones de los jóvenes son: la guerra, el empleo y la cobertura médica, y nuestras respuestas son las buenas", dijo Erica Smiley."La crisis nos mostró que el mercado no puede regularse a sí mismo y que al dejar hacer lo que se logró es enloquecer a esta máquina de dar créditos basados en una fantasía", comenta Della Piana. "Vamos a estar menos a la defensiva, por primera vez desde los años 80, y tendremos nuestra opinión para expresar en la reconstrucción de Estados Unidos sobre nuevas bases, y ya no para satisfacer la avidez de unos pocos", agrega.En los 500 metros cuadrados de oficinas recientemente renovados, donde las obras completas de Lenin y Marx conviven con obras sobre el racismo o la causa feminista, hay reunión este lunes, pero muchos militantes están ausentes. "Están en campaña para incitar a la gente a votar", explica Bill Davis, un jubilado de 65 años inscripto en el partido desde hace 37 años.Aunque no haya aportado oficialmente su respaldo al candidato demócrata a la Casa Blanca, el partido lo respalda abiertamente y la mayoría de los militantes presentes en la sede llevan insignias de Barack Obama. El semanario "El mundo del pueblo" critica en sus columnas el campo republicano. A la entrada, una caja que representa el rostro de John McCain distribuye pañuelos de papel a través de la boca del candidato. "Vamos a reunirnos con nuestros camaradas de América latina y del resto del mundo a fines de noviembre en Sao Paulo, y les explicaremos la situación en Estados Unidos tras la elección presidencial, aunque el Komintern (Internacional comunista) no existe más y que cada partido tiene sus especificidades", concluye Libero Della Piana.
Nueva York, EU.- La sede del Partido Comunista norteamericano, en el barrio Chelsea de Nueva York, vive una segunda juventud gracias a la crisis financiera y, según sus miembros, reivindica las viejas tesis marxistas-leninistas. En el 235W de la calle 23, frente al hotel Chelsea, símbolo de la bohemia de los años 60 y 70 adicta al alcohol y las drogas, el edificio pertenece a una empresa inmobiliaria cuya gerencia es comunista. "Tenemos cada vez más llamadas de gente que quiere informarse y que se interesa por nosotros a causa de la crisis financiera, porque estamos en un momento de cambios y creo que habrá un papel para el Partido Comunista en el período que se inicia", aseguró a la AFP Libero Della Piana, de 36 años, un imponente mestizo de barbita y coleta, hijo de un italiano y de una negra norteamericana, presidente del partido para el estado de Nueva York. Fundado en 1919, el partido comunista norteamericano estaba considerado como un grupo que hacía propaganda para una "potencia extranjera" (la Unión Soviética) durante la guerra fría, y sus miembros perdían a menudo su empleo durante el período del maccarthismo en los años 50. El CPUSA, dirigido a escala nacional por Sam Webb, cuenta hoy en día "entre 3.000 y 3.500 adherentes", pero Libero Della Piana y Erica Smiley, de 28 años, coordinadora de la "Liga de los jóvenes comunistas" instalada en el mismo edificio, afirman que el "caos actual" engrosará las filas de simpatizantes. Lejos de querer jugar en solitario, los comunistas norteamericanos quieren "construir la base más amplia posible, con los movimientos de mujeres, estudiantes, sindicatos, para derrotar a la derecha" y "creen que el momento ha llegado". "Las preocupaciones de los jóvenes son: la guerra, el empleo y la cobertura médica, y nuestras respuestas son las buenas", dijo Erica Smiley."La crisis nos mostró que el mercado no puede regularse a sí mismo y que al dejar hacer lo que se logró es enloquecer a esta máquina de dar créditos basados en una fantasía", comenta Della Piana. "Vamos a estar menos a la defensiva, por primera vez desde los años 80, y tendremos nuestra opinión para expresar en la reconstrucción de Estados Unidos sobre nuevas bases, y ya no para satisfacer la avidez de unos pocos", agrega.En los 500 metros cuadrados de oficinas recientemente renovados, donde las obras completas de Lenin y Marx conviven con obras sobre el racismo o la causa feminista, hay reunión este lunes, pero muchos militantes están ausentes. "Están en campaña para incitar a la gente a votar", explica Bill Davis, un jubilado de 65 años inscripto en el partido desde hace 37 años.Aunque no haya aportado oficialmente su respaldo al candidato demócrata a la Casa Blanca, el partido lo respalda abiertamente y la mayoría de los militantes presentes en la sede llevan insignias de Barack Obama. El semanario "El mundo del pueblo" critica en sus columnas el campo republicano. A la entrada, una caja que representa el rostro de John McCain distribuye pañuelos de papel a través de la boca del candidato. "Vamos a reunirnos con nuestros camaradas de América latina y del resto del mundo a fines de noviembre en Sao Paulo, y les explicaremos la situación en Estados Unidos tras la elección presidencial, aunque el Komintern (Internacional comunista) no existe más y que cada partido tiene sus especificidades", concluye Libero Della Piana.
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