Publican grabaciones de juicio a Imre Nagy tras la Revolución Húngara de 1956
Ha tenido que pasar medio siglo para que salgan a la luz las grabaciones del juicio farsa que condenó a muerte al primer ministro húngaro Imre Nagy, por su apoyo a una revuelta nacional contra la Unión Soviética en octubre de 1956.Las grabaciones de los protagonistas del proceso, celebrado hace justo ahora 50 años, están disponibles al público en la galería 'Centrális' de Budapest.La revolución estalló el 23 de octubre de 1956, tras un proceso de apertura y reformas aprobadas por Nagy y su gobierno, y que fue rechazado por la Unión Soviética. Budapest llegó a anunciar que el país abandonaría el Tratado de Varsovia y proclamó la neutralidad magiar.Para el 4 de noviembre, el ejército soviético había aniquilado los focos más importantes de la revolución y János Kádár asumió el poder como dirigente del Partido Socialista Obrero Húngaro (MSZMP), que gobernó hasta la caída del telón de acero.El gobierno de Kádár inició su actuación política condenando en juicios farsas a todos que habían participado en la revolución y mandó fusilar a Imre Nagy y a más de 250 revolucionarios.El juicio de Imre Nagy duró desde el 9 al 15 de junio de 1958 y ahora el público puede escuchar por primera vez, hasta mañana domingo, las 52 horas de grabaciones digitalizadas, siguiendo el calendario de hace 50 años.La importancia de estas grabaciones es que 'el público podrá conocer el juicio de una fuente fiable', explicó a Efe Pál Germuska, historiador del Instituto de Documentación e Investigación de la Revolución Húngara de 1956.'Anteriormente, sólo se conocían las actas mecanografiadas del juicio, que en muchos casos fueron manipuladas y modificadas', subrayó el historiador.'En estas grabaciones se oye por primera vez que Imre Nagy protesta porque las actas no seguían fielmente lo que había declarado', indicó.La familia de algunos procesados, como es el caso de Pál Maléter, pudieron oír por primera vez su voz y lo que dijo durante el juicio, agregó Germuska.En 1958 se había grabado un material para noticiarios, pero 'este también fue recortado y resultaba tendencioso', prosiguió el historiador y añadió que tampoco se hicieron fotos durante el proceso.Por otra parte, los organizadores de la publicación de las grabaciones, los colaboradores del Fondos Sociedad Abierta (OSA, del inglés Open Society Archives) señalan en su página web que su intención es la de 'restaurar la dignidad de las víctimas asesinadas o sentenciadas a largos años de prisión'.'Queremos que el público conozca las grabaciones originales' y no las manipulaciones preparadas por los 'asesinos, en servicio de la propaganda de Kádár', explican.Durante el juicio, hablaron ante la corte todas las personas cercanas a Nagy y otros políticos, pero los testigos fueron elegidos por el régimen comunista y en la mayoría de los casos confesaron en contra de los detenidos.En las últimas semanas, algunos protagonistas de la vida política del país y hasta algunos de los que fueron procesados junto a Nagy, como Miklós Vásárhelyi, se habían pronunciado contra el evento público, argumentando que muchos, bajo la presión y la masacre confesaron ser culpables.Vásárhelyi dijo al portal Index que considera que justamente por esas confesiones forzadas, las grabaciones presentan una imagen deformada de los hechos.
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