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LOS MUROS DEL SIGLO XXI


Foto: AP-Archivo EL TIEMPO

Una patrulla policial vigila la frontera entre Estados Unidos y México en Nogales, estado de Arizona.
Los casos más controvertidos están en la frontera entre México y Estados Unidos, en Oriente Próximo y en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en África.
Federico, un bogotano de 26 años que ahora vive en Europa, guarda un pedazo del Muro de Berlín que su padre le trajo de un viaje a Alemania, a finales de los 80. No es muy grande -cabe en sus dos manos- y aún tiene residuos de pintura roja.
Ese pequeño bloque de concreto reforzado que hoy guarda como una reliquia para sus hijos, es uno de los miles de pedazos en los que los alemanes partieron, a punta de martillo, el famoso muro de 444 kilómetros que dividió a Berlín este de Berlín oeste, y de paso a toda Europa, durante 28 años.
Su caída (9 de noviembre de 1989) firmó entonces la sentencia de muerte de la Guerra Fría e ilusionó a millones de personas con el nacimiento de un nuevo mundo, que no estaría separado por esa clase de barreras físicas.
Pero 19 años después, las cosas no son muy distintas. Hay muros que mantienen incomunicadas a miles de personas de la misma raza, hay otros que dividen a pueblos enteros según su religión o el idioma que hablan, y se construyen vallas infranqueables entre países que se necesitan.
El caso más cercano es el del muro que se levanta a lo largo de los 3.300 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos.
Pero hay otros ejemplos. Corea del Sur y Corea del Norte están divididas por un paralelo custodiado por casi dos millones de soldados de lado y lado y miles de minas, lo que hace de esta frontera la más vigilada del mundo.
Están también las alambradas que impiden el paso de los africanos a los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en Marruecos; la construcción de una barrera en Cisjordania para separar a palestinos de israelíes, y el cerco en Gaza entre los mismos dos pueblos; el muro que aleja a Arabia Saudí de Yemén; la cerca de alambre de púas que divide a la Cachemira india de la paquistaní; y la pared en Chipre que fue tumbada el año pasado, pero sigue recordando la vieja disputa entre griegos y turcos en la única capital dividida del mundo: Nicosia.
"Muchos muros sirven para escindir a territorios hostiles del resto del mundo. Es una negación del otro, de su problemática, que no hace más que crear espacios marginales que, tarde o temprano, rebasan las barreras", explicó a EL TIEMPO Hernán Zin, escritor y periodista argentino que ha viajado por los cinco continentes y prepara un libro sobre estos muros del siglo XXI.
"La paradoja es que en plena globalización económica y cultural, lo que hay son fuertes diferencias entre diversos núcleos sociales o entre Estados-nación que se pensaba ya habíamos superado. En ese sentido, la teoría del choque de civilizaciones de Samuel Huntington tiene plena vigencia, aunque algunos teman decirlo abiertamente", opina, por su parte, el analista político de la Universidad del Rosario Germán Ortiz.
Para Zin, "resulta hipócrita y contradictorio que mercancías y capitales puedan fluir libremente por el mundo, pero que no pase lo mismo con las personas".
Sin querer simplificar el fenómeno, algunos expertos explican de dos maneras los obstáculos que ahora contradicen la unión que se supone debe primar entre los pueblos: unos son herencia directa de la Guerra Fría (caso Corea del Sur y Corea del Norte) y otros tienen dinámicas propias que responden a nacionalismos o a diferencias históricas irreconciliables (caso Chipre o caso Oriente Próximo).
La cuestión es que no hay término medio. Para unos, estos muros producen un tremendo beneficio porque actúan como escudos protectores de inmigrantes ilegales o de grupos terroristas. Para otros, son el símbolo más repulsivo de un mundo egoísta que mantiene cautivas a poblaciones enteras y que separa a los pobres de los ricos.
Israelíes separados de palestinos
La barrera que separa a Cisjordania de Israel fue condenada por la Asamblea General de la ONU y declarada ilegal por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Su construcción empezó en el 2002 y todavía no termina (actualmente mide unos 900 kilómetros).
El 88 por ciento del muro está compuesto de alambres de púas y el 12 por ciento restante está hecho de hormigón puro, con una altura de siete metros. Sus defensores aducen que impide que los milicianos palestinos sigan atentando contra territorios israelíes y que ha salvado vidas. Y sus detractores lo critican porque crea una realidad de facto que impediría la creación de un Estado árabe palestino y degrada notoriamente el nivel de vida de los palestinos. La Franja de Gaza también está rodeada de una enorme cerca que impide la libre movilización de sus habitantes.
Algo grande divide a México de E.U.
¿Objetivo principal? Frenar la masiva entrada de inmigrantes ilegales, no solo mexicanos sino de países centroamericanos y suramericanos, a territorio estadounidense.
Junto con los que existen en Oriente Próximo, este es uno de los muros más polémicos (en su momento, el presidente mexicano Vicente Fox (2000-2006) lo calificó de "xenofóbico" y "vergonzoso").
Su construcción se inició en 1994 bajo el programa anti-inmigración ilegal conocido como Operation Gatekeeper (Operación Guardián).
La barrera incluye tres bardas de contención, iluminación de muy alta intensidad, detectores y sensores electrónicos y equipos de visión nocturna entrelazados con sistemas de radiocomunicación a la policía fronteriza de Estados Unidos. También tiene vigilancia permanente con vehículos y helicópteros artillados.
Las dos Coreas y el Paralelo 38
Es la frontera más vigilada del mundo, aunque en la mitad hay una zona desmilitarizada que protege el límite territorial de tregua entre Corea del Sur y Corea del Norte, establecido en 1953 con el final de la guerra. Los 240 kilómetros del Paralelo 38 miden cuatro kilómetros de ancho.
Toda la zona está permanentemente iluminada y en ella hay un área de ferrocarriles de ambos países, en los que se presta un curioso servicio de trenes turísticos.
El caso de Yemen y Arabia Saudí
El reino de Arabia Saudí empezó a construir, en el 2003, un muro de concreto de 6 metros de alto y 75 kilómetros de largo que lo separará de Yemen, alegando que debe alejar de su territorio a tribus radicadas en la frontera entre ambos países. Hasta el momento, ninguna de las múltiples quejas que Riad ha recibido de los yemeníes por la construcción de este obstáculo han tenido eco.
Chipre y su capital dividida
Nicosia es hoy la única capital dividida del mundo. En 1963, una línea verde en la legendaria calle Ledra separó a los griegos del sur de los turcos que estaban en el norte. En 1983, la línea se fortaleció con barricadas de cemento, bolsas de arena, alambradas y minas y pasó a ser patrullada por fuerzas de la ONU. El 8 de marzo del 2007, el gobierno greco-chipriota demolió los muros, pero la medida no ha implicado el fin del histórico conflicto entre ambas comunidades.
Cachemira, entre India y Pakistán
Esta es una barrera compuesta por una doble cerca de alambres de púas -varios de ellos electrificados- que mide 550 kilómetros y tiene 4 metros de altura. Por iniciativa de la India, que la construyó a principios de los 90, separa la parte india de la región de Cachemira -compuesta por musulmanes e hindúes-, de la parte paquistaní. Se dice que costó casi 4.000 millones de dólares y que a su alrededor han sido enterradas decenas de minas antipersona.
LAILA ABU SHIHAB REDACCIÓN INTERNACIONAL

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