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La Revolución cubana: ¿Por qué el infierno?


Con lo que cuesta un condón en España te puedes comprar treinta en Cuba. El dato quizás no interese a quienes pueden pagarse un auto nuevo a mucho menor precio del que han estrenado este año como posibilidad un número infinitesimalmente reducido de cubanos pero quizás diga algo sobre el estado cubano “enemigo del placer” del que hablan los grandes medios.

En ocasión del 55 aniversario de la Revolución cubana la prensa corporativa se ha dedicado a certificar el “fracaso” del proceso histórico que llegó al poder el primero de enero de 1959. Los medios cumplen hoy la función reguladora que en el medioevo tuvo la iglesia, y su infierno -ese lugar de castigo a donde deben ir quienes se apartan de la común doctrina de que poseer es más importante que ser- es Cuba. 

Para ello se suele comparar a la Isla con las enflaquecientes franjas de clases medias de Europa y Estados Unidos y no con las mayorías de los países de su entorno, con pasados similares de dominación colonial y neocolonial, y condiciciones climátológicas parecidas, a la vez que se desconoce el cerco comercial y financiero al que ha estado sometida la Isla durante más de medio siglo por el país más poderoso de la historia. Aún así, los medios de comunicación se ven obligados a omitir ciertos datos que resultarían incómodos de presentar ante sus audiencias.

Mientras Cuba ha enfrentado la crisis económica rediseñando su modelo en función de hacer sostenibles la universalidad y alcance de los servicios de educación, salud y seguridad social, otros con muchos más recursos -muy a tono con lo que describe Naomi Klein en su libro antológico sobre el neoliberalismo La doctrina del shock- han utilizado el tsunami financiero surgido desde Wall Street en 2008 para justificar el desmontaje de los beneficios sociales que los de abajo no quieren perder mientras engordan las cuentan bancarias de los decisores.

En el infierno cubano, el 85% por ciento de las familias son propietarias de su vivienda y los bancos no pueden aceptar esos inmuebles como garantía de crédito, el desempleo es del 5% y los graduados universitarios tienen garantía de ubicación laboral durante dos años. Los salarios en el sector público en Cuba son insuficientes, distan de satisfacer las necesidades y suele mostrarse como prueba de la inviabilidad socialista cubana el que un ingeniero trabaje como taxista o botones de un hotel, pero nunca he visto en la prensa jóvenes como el filósofo que se gana la vida de barrendero suplente en las calles de Madrid, el médico que trabaja apenas cuatro horas diarias de oficinista en Sevilla o la joven Doctora en Sociología que atiende a media jornada un consulado en Barcelona, presentados como prueba del fracaso capitalista. No son personajes hipóteticos, los tres casos los conozco personalmente y pudiera enumerar muchos más entre el 44% de los jóvenes españoles que gozan del privilegio de tener un empleo.

Hay también datos actuales muy subversivos sobre la educación y la salud en Cuba (http://goo.gl/J8FEpp). El sector de la Educación asume el 27% de los gastos corrientes de la actividad presupuestada del país. El informe de Seguimiento de la Educación para Todos de la UNESCO (2011), otorga a Cuba un desarrollo educacional alto, con en el lugar 14 en el mundo. Para el 2014 se garantiza la continuidad de estudios a 1.763.500 estudiantes en la enseñanza preescolar, primaria y media, y a 229.800 en la Educación Superior.

Las estadísticas de salud en el presupuesto cubano del año 2014 son otra línea roja para los mass media. Este sector participa del 22 por ciento del gasto presupuestario corriente, lo que coloca a Cuba entre los países con mayor proporción del presupuesto destinada a la salud, garantizando los gastos de más de 80 millones de consultas médicas para 2014, cifra superior que la destinada en el año precedente. El Estado cubano aumentará la financiación para garantizar 22 millones de consultas de estomatología. El presupuesto cubre 1.140.000 ingresos hospitalarios para el 2014.

Cuba alcanzó el año pasado su tasa más baja de mortalidad infantil (4,2 por cada mil nacidos), según estadísticas de Naciones Unidas entre las mejores del planeta. La mortalidad materna se ubica en 21 por cada cien mil, también de las más bajas a nivel mundial. La expectativa de vida del cubano al nacer es de 77,9 años, cifra que ubica a Cuba entre los más avanzados del mundo. Más de 56 600 médicos cubanos laboran en el país, con uno de los mejores indicadores del mundo en cantidad de galenos por habitante. Cada niño cubano es inmunizado contra 13 enfermedades. En el 2013 se efectuaron más de un millón de cirugías, incluyendo 300 trasplantes de córnea, 121 de riñón, 17 de hígado, 14 hematopoyéticos y dos de corazón, sin costo para los pacientes.
Pero Cuba no brinda salud y educación solo a los cubanos. La “Operación Milagro” ha propiciado más de 2 millones de intervenciones quirúrgicas para devolver la visión a personas de bajos ingresos de 34 países de América Latina, el Caribe y África. La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), ubicada en la capital cubana, graduó 9.960 médicos de 58 países entre 2005-2011. Más de 40 mil colaboradores cubanos de la salud brindan servicios en más de 70 países, en lugares donde nunca ha existido un médico. Más de 2 mil maestros cubanos colaboran en 43 países. Se han graduado del programa de alfabetización cubano “Yo sí puedo” 8 millones de personas en 29 países y 1,3 millones del programa “Yo sí puedo seguir”.

¿No hay problemas en Cuba? Muchos. Hay una política norteamericana dirigida a crearlos que otorga, además, cincuenta millones de dólares anuales para difundirlos y hacerse invisible ella misma como causa. Existe también una gran carga de insuficiencias y errores administrativos que tienen un origen ajeno al bloqueo y lo más asombroso es que en la “dictadura castrista” se discuten, y eso -a diferencia de lo que ocurre en las “democracias” occidentales, donde muchas veces es la policía la que dirime las diferencias entre gobernantes y gobernados- tiene efecto en las políticas gubernamentales.

Ocho millones de cubanos discutieron y modificaron con sus planteamientos la agenda económica y social del gobierno cubano para cinco años, conocida como Lineamientos económicos y sociales de la Revolución, y dos millones y medio de trabajadores acaban de hacer lo mismo con el nuevo Código del trabajo. Estudiantes y jóvenes intelectuales pidieron cuentas en 2013 al gobierno -en sendos congresos- por su gestión en la educación superior y la cultura.

“Vete a Cuba”, responden algunos políticos españoles cuando les piden poner fin a los recortes sociales, amenzando con el infierno a quienes necesitan que no les desahucien de sus casas, les obliguen a pagar por la educación de sus hijos o los dejen morir por no contar con asistencia sanitaria.

Para la UNICEF Cuba es “el paraíso de la infancia” y cada vez son más en Miami quienes envían a sus hijos de vacaciones a la Isla por la tranquilidad y ambiente seguro del que pueden disfrutar aquí. La prensa autonómica española da cuenta de familias cubanas que han decidido retornar sus hijos a Cuba para poder garantizarles una alimentación y educación adecuadas en un sistema que tal vez no sea el paraíso de los adultos pero que lleva a preguntarse cuán fracasada está una Revolución que hace a sus enemigos emplear tanta energía en demonizarla.

Publicado en el Nº 268 de la edición impresa de Mundo Obrero enero 2014

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=3533

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