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CONTRA EL AZAR Y LA BANALIDAD

JOSE MARÍA ALFAYA

“El poder de las clases dominantes sobre el proletariado y todas las clases sometidas en el modo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación. A través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Así, por ejemplo, en nombre de la "nación" o de la "patria", las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de identidad con aquellas, de unión sagrada con los explotadores, en contra de un enemigo exterior y en favor de un supuesto "destino nacional". Se conforma así un "bloque hegemónico" que amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués."
Antonio Gramsci.

¡Toma ya, Derecha paleta y subcontratada!. Que, encima, te lo tengamos que explicar me parece el colmo, porque tú ni siquiera tienes un proyecto burgués, tú eres como un reyezuelo africano que hace el trabajo previo y sucio de someter unas tribus para que otros (blancos) se hagan con el control de la colonia, para que otros nos vendan impunemente sus productos, acabando de paso con los nuestros y con nuestra posibilidad de mirar el mundo con nuestros propios ojos. Como diría el camarada Anguita, ya me gustaría que, por lo menos, fueras burguesa porque lo que eres, en realidad, es una vendepatrias, una liquidadora de todo lo que pudiera ser nuestro, industria y comercio incluidos, malvendido al postor que te da cuatro cuartos por quedarse con todo y colocar a los tuyos de cargos de confianza para llevar recados. Y mira tú qué ejemplo tan claro de cómo los intereses de un mercado manejado por unos pocos atenta contra los intereses de todos los demás, incluidos los empresarios locales. Mira tú qué escandalera que hasta han tenido que frenar lo del Euro Vegas en Bruselas seguramente porque les molestaba la parte del "euro" que les afectaba en el proyecto estafador. ¡Menos mal que no se llamaba "Monopolispano" o "MadridComVegas"! ¡Menos mal que los burgueses europeos deben tener otros planes para este erial! ¡Menos mal que el "emprendedor" pedía lo imposible y que en Europa han dicho que no podía ser, porque los de aquí estaban dispuestos a colocar a sus propios familiares y amigos en alguno de los doscientos mil puestos de alterne que nos iban a proporcionar para que nuestros ludópatas no tuvieran que gastar presupuesto público en terapias y nuestros niños pudieran iniciarse en edad temprana en la sublime adicción al azar trucado.

Mientras esto pasa con la "industria del entretenimiento", los trabajadores y artistas de la Cultura y de las Artes se movilizan desde varias bambalinas y decorados, desde escenarios y tablados, a través de una Plataforma en Defensa de la Cultura que anda en estos días publicando un manifiesto y convocando a movilización a los currantes y a los espectadores. Tan pronto acabe la campaña de Navidad y devolvamos a los encargados del atrezzo y vestuario los trajes de Papa Noel, los de reno y los de pajes de los reyes (magos), saldremos a la calle para promover un debate, para que la gente vea y palpe lo que podemos hacer y lo que les ofrecen, para que consideren si la cultura se puede dejar en manos de vendepatrias, mercaderes, intermediarios e intereses que no nos tienen en cuenta ni como ciudadanos ni, al menos, como público inteligente.

Entiendo que queda mucho por debatir para poder romper ese "bloque hegemónico" de la Derecha inculta que quiere adornar su poder con las señas de la ignorancia, la banalidad, el asombro de paletos, la frivolidad de insustanciales y la cultura entendida con la menor inteligencia posible y la mayor estrechez estética y moral. Pero, igual que otras "mareas", la de los que nos dedicamos a la Cultura y al Arte debe salir a la calle para reclamar estrategias públicas al servicio de la creatividad social y reglas del juego para que la industria cultural sea rentable dentro de un marco legal y digno, que no sufra invasiones, que nada tienen que ver con la competencia comercial, de mercados agresivos, imperialistas. Para que puedan vivir las pymes culturales, para que los fondos públicos se gestiones de acuerdo con políticas democráticas formuladas con una inexcusable y amplia participación ciudadana, para que el saber común no sea botín de guerra de unas cuantas corporaciones internacionales, para que se arregle lo de las sociedades de gestión de derechos y les pongan deberes y para que los artistas puedan dedicarse a perfeccionar sus artes y no a sobrevivir a base de picardías de cómicos de la legua. Y para que la ciudadanía pueda incorporarse no sólo como espectadora sino como activa participante a la práctica de las actividades artísticas y culturales y se eleven los conocimientos que permiten un mejor consumo de lo que ofrece el mercado.

Tú, Derecha, no estás por la labor ni aunque tuvieras una industria que pudiera beneficiarse dentro de unos porcentajes razonables y con buenas prácticas, convenientemente reglamentadas y supervisadas (¡ay ese furbo, industria del entretenimiento opiaceo!). Pero nosotros lucharemos por una Cultura más diversa y más representativa de lo que hoy necesitamos que la que se transparenta detrás de tu ruleta y de tu circo, el azar y la banalidad.

Publicado en el Nº 268 de la edición impresa de Mundo Obrero enero 2014

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=3512

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