EL MILITANTE
El jueves 9 de enero, en la Unión Comarcal de CCOO de Ferrol se celebró una asamblea, en régimen de autoconvocatoria, a la que asistieron unas 80 personas, un número importante (un delegado dijo que nunca había asistido a una reunión tan grande en la Unión Comarcal). La gran mayoría eran delegados, además de algunos exdelegados y de un grupo de militantes históricos del sindicato, entre ellos un ex secretario general de la Unión Comarcal. La actual secretaria general no asistió.
Lo que motivó la convocatoria fue la información de que se iba a apartar de la asesoría jurídica de la Unión de Ferrol a uno de sus dos abogados, un compañero de larga tradición que, además de ser abogado laboralista, es un trabajador de Navantia y militante de CCOO desde mucho antes de hacerse abogado. Aunque algún asistente tachó esto de rumor, allí quedó constatado que no era tal, sino que lo había dicho un miembro de la ejecutiva nacional de CCOO de Galicia. Por tanto, era normal darle credibilidad a la información, y más cuando la ejecutiva, puestos en contacto telefónico con ella, no la desmentía. (De hecho, no la desmintió hasta el miércoles por la tarde, en lo que la mayoría de los asistentes interpretó como una maniobra destinada a intentar evitar el éxito de la asamblea).
La convocatoria de esta asamblea no puede entenderse sin conocer el contexto de conflictividad entre los trabajadores gallegos del sindicato y la ejecutiva nacional de CCOO de Galicia, destacando dos cosas:
1) El despido de nueve trabajadores aplicando la reforma laboral del PP contra la que CCOO convocó la huelga general del 29 de marzo de 2012.
2) Las demandas en magistratura de varios abogados de CCOO de Galicia contra decisiones de la Ejecutiva Nacional. Ya hubo dos juicios (uno precisamente en Ferrol), y la Ejecutiva Nacional perdió ambos sin posibilidad de recurso.
En estos dos conflictos, el abogado de Ferrol se posicionó claramente en contra de las decisiones de la Ejecutiva Nacional, incluso fue testigo de su compañera abogada en el juicio de Ferrol, declarando en contra de la dirección del sindicato.
La convocatoria de esta asamblea no puede entenderse sin conocer el contexto de conflictividad entre los trabajadores gallegos del sindicato y la ejecutiva nacional de CCOO de Galicia, destacando dos cosas:
1) El despido de nueve trabajadores aplicando la reforma laboral del PP contra la que CCOO convocó la huelga general del 29 de marzo de 2012.
2) Las demandas en magistratura de varios abogados de CCOO de Galicia contra decisiones de la Ejecutiva Nacional. Ya hubo dos juicios (uno precisamente en Ferrol), y la Ejecutiva Nacional perdió ambos sin posibilidad de recurso.
En estos dos conflictos, el abogado de Ferrol se posicionó claramente en contra de las decisiones de la Ejecutiva Nacional, incluso fue testigo de su compañera abogada en el juicio de Ferrol, declarando en contra de la dirección del sindicato.
Más de 1.350 firmas contra los despidos en CCOO
Estas actuaciones de los dirigentes de CCOO de Galicia están encontrando una importante respuesta en la base de CCOO de Ferrol. Por ejemplo, el día en que la Ejecutiva Nacional acudió a una reunión en Ferrol para explicar los nueve despidos, hubo una concentración de unos 25 delegados en el local de la Unión Comarcal, en protesta por la medida. Asimismo, se realizó una recogida de firmas en contra de los despidos, alcanzándose las 1.350. También el 9 de diciembre, fecha del juicio de la abogada de Ferrol, unos 50 delegados acudieron al juzgado para apoyarla.
Por tanto, en opinión de la inmensa mayoría de los asistentes a la asamblea, la idea de apartar al compañero abogado de la asesoría jurídica de Ferrol, injustificable e inexplicable desde el punto de vista profesional o económico, sólo podía entenderse como UNA REPRESALIA por la actitud mantenida por el compañero en esos conflictos internos.
La decisión de la asamblea fue dirigirse a la Ejecutiva Nacional para exigirle que desmienta oficialmente la información y que mantenga una actitud de diálogo ante las diferencias que existen o puedan existir con los trabajadores del sindicato, evitando toda actitud equiparable a las actitudes autoritarias que tantos delegados de CCOO sufren cotidianamente a manos de sus empresarios.
Más allá del tema concreto, todo esto es una consecuencia de un modelo sindical que no está dando ninguna respuesta seria ante los gravísimos problemas que sufre la clase obrera de este país, que siguen agravándose a pesar de la propaganda gubernamental sobre “la luz al final del túnel”. El diálogo social en el que siguen insistiendo los dirigentes sindicales no sirve para absolutamente nada, excepto para envalentonar al PP y a la patronal.
Hace falta un sindicalismo combativo, de clase y democrático desde y para la bases, no desde y para unas cúpulas totalmente desconectadas de la realidad. De alguna manera, el movimiento sindical necesita un nuevo comienzo, y en Ferrol se evidenció que en la base de CCOO empieza a abrirse camino esta idea. Lo que pasó el 9 de enero en Ferrol es otro síntoma de que, más pronto que tarde, la escandalosa pasividad actual de los dirigentes sindicales va a ser superada por el empuje y la iniciativa de los trabajadores desde abajo, para dar la respuesta contundente que se merece todo lo que está pasando
Por tanto, en opinión de la inmensa mayoría de los asistentes a la asamblea, la idea de apartar al compañero abogado de la asesoría jurídica de Ferrol, injustificable e inexplicable desde el punto de vista profesional o económico, sólo podía entenderse como UNA REPRESALIA por la actitud mantenida por el compañero en esos conflictos internos.
La decisión de la asamblea fue dirigirse a la Ejecutiva Nacional para exigirle que desmienta oficialmente la información y que mantenga una actitud de diálogo ante las diferencias que existen o puedan existir con los trabajadores del sindicato, evitando toda actitud equiparable a las actitudes autoritarias que tantos delegados de CCOO sufren cotidianamente a manos de sus empresarios.
Más allá del tema concreto, todo esto es una consecuencia de un modelo sindical que no está dando ninguna respuesta seria ante los gravísimos problemas que sufre la clase obrera de este país, que siguen agravándose a pesar de la propaganda gubernamental sobre “la luz al final del túnel”. El diálogo social en el que siguen insistiendo los dirigentes sindicales no sirve para absolutamente nada, excepto para envalentonar al PP y a la patronal.
Hace falta un sindicalismo combativo, de clase y democrático desde y para la bases, no desde y para unas cúpulas totalmente desconectadas de la realidad. De alguna manera, el movimiento sindical necesita un nuevo comienzo, y en Ferrol se evidenció que en la base de CCOO empieza a abrirse camino esta idea. Lo que pasó el 9 de enero en Ferrol es otro síntoma de que, más pronto que tarde, la escandalosa pasividad actual de los dirigentes sindicales va a ser superada por el empuje y la iniciativa de los trabajadores desde abajo, para dar la respuesta contundente que se merece todo lo que está pasando
Comentarios
Publicar un comentario