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Montoro, arma de manipulación masiva

CGT

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anuncia que el año 2014 los y las empleadas públicas recuperaremos un día por asuntos particulares. "Vamos a darles alguna alegría los funcionarios" la última ocurrencia de ministro más dicharachero. El gobierno del PP concibe los derechos laborales como si fueran concesiones que puede dar y quitar a voluntad. Detrás de esta medida está la cercanía de las elecciones europeas.


El Gobierno, a través del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro (mentira con O), ha anunciado la devolución de un día de asuntos  particulares(‘moscosos’) a los empleados públicos a través de una  enmienda que introduce unamodificación del Estatuto Básico del Empleado  Público que establecerá cuatro días para asuntos particulares al año en  lugar de los tres actuales, tal y como había establecido el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la  estabilidad presupuestaria.
Esta ocurrencia del ministro Montoro es una burla al colectivo de empleadas y empleados públicos que ha visto como en los últimos años ha sido utilizado por los gobiernos de turno como el chivo expiatorio preferido. Si el gobierno, supuestamente socialista, de Zapatero se plegó sin rubor a los designios de la troika –el BCE, la UE y el FMI- y recortó nuestros salarios un 5%, el gobierno del PP, como alumno aventajado de las políticas más neoliberales y antisociales,suprimió una paga extra, 3 días de asuntos particulares y los días adicionales de vacaciones por antigüedad. Si no quieres caldo, toma dos tazas. A esto hay que sumarle los sucesivas congelaciones salariales que han supuesto una pérdida de poder adquisitivo de cerca del 30% desde el comienzo de la crisis-estafa.
Devolver ahora un único día “moscoso” es reírse del colectivo y lanzar unasmigajas de todo lo robado en los últimos años para ver si somos fáciles de contentar. Pero además decir que “vamos a darles una alegría a los funcionarios” con el habitual tono chulesco, de barra de bar, que utiliza este personajillo siniestro es reírse en nuestra cara y concebir a l@s emplead@s públic@s como si fuésemos tontos, sujetos fáciles de contentar y no como profesionales que desempeñamos nuestro trabajo por un salario en  condiciones laborales dignas.
El gobierno del PP concibe los derechos laborales de los y las empleadas públicas como si fueran concesiones graciosas que están al albur del político de turno y no como lo que son: conquistas sociales logradas a lo largo de los años. Nuestros derechos -al igual que nuestro puesto de trabajo- no se los debemos a nadie. No pueden ser la moneda de cambio para cuadrar los presupuestos del Estado mientras el Gobierno renuncia a recaudar de quien verdaderamente tiene la obligación de hacerlo: las grandes fortunas, los empresarios y la banca. Con esta medida el Gobierno quiere presentarse como el señor feudal que castiga o premia a sus huestes en función de sus intereses.
No nos engañamos, detrás de esta medida está la cercanía de las próximas elecciones al Parlamento Europeo en las que se vaticina un fuerte retroceso electoral del PP como consecuencia de las recortes sociales y el deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. Son tiempos para que los oportunistas de turno, de vendedores de crecepelo electoral, saquen sus productos para intentar manipular a la opinión pública con sus señuelos. Después vendrán las elecciones locales y volverá el espectáculo. Pero siempre será unapequeña parte de lo usurpado, lo que menos importancia tenga, las migajas del festín, para ver si nos conformamos. No nos podemos creer nada de quienes han destruido cerca de 300.000 puestos de trabajo en el sector público en dos años y han puesto los servicios públicos al borde del colapso.
Es necesario y urgente mantener el nivel de movilización del colectivo y no caer en los cantos de sirena de quienes nos están llevando a la ruina económica y al empobrecimiento de empleados y empleadas públicas. Debemos buscar laalianza con la ciudadanía para la defensa de los servicios públicos y confluir con todas las luchas sectoriales en la Administración, con las mareas en defensa de la educación, de la sanidad, de la dependencias… nada ha cambiado y pese a que el Gobierno repite como un mantra “que estamos saliendo de la crisis” la realidad, terca, nos dice que si no luchamos y nos defendemos nuestro futuro será a peor. Para eso es esta crisis

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