En 1917 el proletariado tomó el poder en la Unión
Soviética y empezó a construir una nueva sociedad socialista. Antes de la
revolución las mujeres sufrían una horrible opresión.
No era inusual que las mujeres fueran compradas y
vendidas como esposas o sirvientas. Eran tratadas como bestias de carga en
granjas y hacían trabajos denigrantes en talleres.
La victoria de la revolución cambió de inmediato y por
completo la vida de las mujeres. Las nuevas leyes despojaron a los hombres de
los derechos sobre esposas e hijos, aseguraron el derecho al divorcio y
establecieron salarios iguales para hombres y mujeres.
El matrimonio ya no lo legalizaba la iglesia, sino una
ceremonia civil. Las mujeres que daban a luz en hospitales no
tenían que pagar nada. El aborto se descriminalizó y
después se legalizó en 1920.
Ya no se castigaba a las prostitutas y más tarde se
eliminó la prostitución. Se abolió el matrimonio infantil, así como la
compraventa de mujeres. Los lugares de trabajo permitieron que las mujeres se
ausentaran por maternidad y aborto.
Lenin, líder de la revolución rusa, dijo: “La experiencia de todo movimiento de
liberación ha demostrado que el éxito de una revolución depende del grado de
participación de la mujer”.
FUENTE ORIGINAL:
Comentarios
Publicar un comentario