Monsanto está a punto de celebrar su gran golpe maestro: tenemos hasta el fin de semana para detenerlo.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) consiste en un pacto ultra secreto y de altísimo alcance entre 12 países clave que otorgará a las grandes corporaciones un poder sin precedentes. Bajo este acuerdo, las compañías podrán usar un nuevo tipo de tribunales globales para demandar a nuestros gobiernos cuando emitan leyes que nos protejan pero que puedan hacer peligrar sus beneficios empresariales. El tratado toca todos los ámbitos imaginables, desde el etiquetado de los alimentos transgénicos hasta nuestro derecho a un Internet libre. Wikileaks ha filtrado la historia y, aunque la oposición ciudadana a este acuerdo crece cada día, los gobiernos se están apresurando para dejarlo sellado en 48 horas.
Toda esta maquinación es una locura, pero aún podemos evitar el pacto -- 3 países están dudando y, si se retiran ahora, el acuerdo entero podría venirse abajo. Si los líderes de Chile, Nueva Zelanda y Australia reciben un aluvión de apoyo público que les pida que den la cara por los ciudadanos, podemos hacer que esta invasión corporativa salte por los aires antes de que Monsanto descorche el champán de la victoria. Firma ahora y comparte la campaña con todos tus conocidos:
Los borradores filtrados sobre el TPP parecen la lista de la compra de las súper empresas mundiales. De aprobarse, la imposición de la voluntad de las corporaciones sobre los gobiernos se establecería como norma a nivel mundial gracias a un sistema de tribunales opacos. Cortes judiciales de esta naturaleza podrán limitar el acceso a medicinas genéricas más baratas en favor de los medicamentos de marca, e incluso permitir que las compañías tabacaleras demanden a los gobiernos por normas de salud pública que amenacen sus beneficios. Casi es demasiado absurdo para ser verdad.
¡Lo increíble es que prácticamente nadie ha oído hablar del TPP! Las charlas son tan secretas que solo los negociadores directos y un grupo formado por 600 lobbistas conocen los detalles. Ni siquiera los parlamentarios que hemos elegido en las urnas han tenido acceso a su contenido. Los documentos filtrados han conseguido que políticos y ciudadanos de Chile, Nueva Zelanda y Australia pongan el grito en el cielo y traten de parar este secuestro corporativo. Se enfrentan a Estados Unidos, que está decidido a finiquitar el trato antes de que salte al escrutinio público.
El TPP nos afecta a todos -- viola nuestros derechos y debilita nuestras democracias solo para proteger la cuenta de resultados de las empresas. Solo tenemos unos días para detenerlo. Únete a esta llamada urgente y díselo a todo el mundo:
Es fácil sentirse insignificante frente a la fuerza de las grandes corporaciones que mueven los hilos de nuestros gobiernos. Pero somos nosotros, y no el dinero, la verdadera fuente de energía del sistema. Nuestra comunidad ha demostrado una y otra vez que, cuando nos unimos para proteger nuestros derechos frente al creciente poder de las empresas, podemos vencer. Paremos ahora esta amenaza sin precedentes que se cierne sobre nuestras democracias.
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