Las trabajadoras y trabajadores en nuestro país han sido,
sin duda, los más castigados por la aplicación de las políticas neoliberales.
Más desempleo, reducción en los derechos laborales, reducción de la capacidad
de negociación colectiva de las organizaciones sindicales, más discriminación
de género, destrucción de una generación completa de jóvenes en su derecho a
encontrar trabajo y menos salarios, son el mapa que han dibujado estas
políticas fracasadas.
El bipartidismo en España acogió las recomendaciones de
las instituciones defensoras de las políticas neoliberales como recetas
incontestables, hipotecando la capacidad de trabajo que los ciudadanos/as han
demostrado a lo largo de la historia.
Hoy se pretende vender que como hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades hay que devolver a los acreedores lo que les pedimos
para esa teórica “gran vida” que no hemos pagado, en vez de analizar
ordenadamente la realidad, que no es otra que aquellos que hicieron las
recomendaciones de destrucción del Estado de Derecho para potenciar la
competitividad, y que ofrecían créditos para autobeneficiarse de los mismos, a
la vez de controlar a los gobiernos, son los culpables de esta situación y por
tanto deben responder de sus errores.
Si no cambiamos estas políticas, tendremos menos derechos
a la salud y a la educación, menos salarios para llevar una vida mínimamente
digna y menos democracia para intervenir libremente en las instituciones del
Estado.
Los y las sindicalistas, vemos como todos los días, la
descompensación a favor del poder de la empresa, nos impide defender
mínimamente la estabilidad en el empleo, los salarios o las condiciones
sociolaborales de los trabajadores y trabajadoras, por lo que debemos ser la
punta de lanza, tal como tradicionalmente hemos representado, para luchar
contra el cambio de estas políticas.
Vivimos unos momentos donde la movilización de los
ciudadanos/as está poco a poco a punto de derrotar estas políticas, y esta
movilización debe ser el eje de unidad de todas las organizaciones políticas,
sindicales y sociales para derrotar definitivamente a las mismas.
Es por ello que los sindicalistas y las sindicalistas
abajo firmantes exigimos a todas las organizaciones políticas y sociales que
construyan un proceso de Unidad Popular, que tenga como conclusión la
recuperación de los derechos de los trabajadores y trabajadoras y el cambio
radical de estas fracasadas políticas. Solos nadie va a derrotar al
liberalismo, juntos, tal como se ha demostrado en las candidaturas de
Convergencia Populares en las Elecciones Municipales, vamos a conseguirlo.
Julio de 2015
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