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Construir imaginación

Angulo de refracción

CONSTANTINO BÉRTOLO  24/07/2015

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Imagine there's no heaven/ It's easy if you try/ No hell below us/ Above us only sky.
John Lennon – Imagine

Día a día el sujeto contrarrevolucionario vende, con éxito, su película: la libertad que da el dinero, vivir es consumir, lo bueno que es venderse, la felicidad de comprar un coche, vacaciones en el Caribe, tener o no tener, el éxito como paraíso, los momentos Nescafé, sonrisa Profident, Te mereces un Crucero, Jubilaciones Banco Santander, el Voluntariado como compromiso. Y frente a este relato que no cesa, nosotros, los comunistas y las comunistas ¿qué estamos contando?: que Esperanza Aguirre es mala, que Bárcenas es un corrupto, que Belén Esteban es un fraude, que Juan Carlos mata elefantes, que los banqueros no tienen buenos sentimientos, que los empresarios son unos canallas que nos despiden cuando van mal los negocios, que si nos votan va a haber más becas, que no iremos en coche oficial al Ayuntamiento, que hablaremos con los banqueros para que no nos desahucien, que habrá menos paro. ¿Eso es lo que prometemos? ¿un capitalismo honrado? ¿Tener que seguir sonriendo al jefe o a la jefa de Recursos Humanos? ¿Seguir viviendo con el temor a no llegar a fin de mes o a que nuestros hijos o hijas no puedan estudiar lo que quieren estudiar? ¿Es hasta ahí hasta donde llega nuestra imaginación?

Imagine all the people/ Living for today.../ Imagine there's no countries/ It isn't hard to do

Claro que nosotros también queremos que no haya corrupción y que los políticos sean honestos, y claro que queremos que haya más guarderías, más y mejores profesores y profesoras, mayor atención en salud pública, leyes laborales más justas, impuestos progresivos, viviendas más baratas. Pero no es ese querer lo que nos hace comunistas. Porque nosotros no estamos aquí para solamente criticar el capitalismo, como no estamos para reformarlo, quitarle la corrupción, pasarlo por la ducha, lavarlo y peinarlo y a ver si tenemos suerte y nos toca la lotería o encontramos un trabajo “digno” (como si no fuera indigno depender de otros para tener o no tener trabajo). Nosotros estamos aquí porque queremos transformar el mundo. Por eso queremos la Revolución, para acabar con la propiedad privada de los medios de producción y, ya en condiciones de igualdad, construir entre todos una sociedad lo más razonable y justa posible.

Nothing to kill or die for/ And no religion too/ Imagine all the people/ Living life in peace.

Lo terrible es que cuando decimos esto no solo casi nadie nos escucha sino que la mayoría de esos ciudadanos y trabajadores que se pasan la mitad de la vida pagando la hipoteca de la casa si llegan a tenerla y la otra mitad de la vida angustiados por el presente precario de los hijos o el porvenir, si viene, de los nietos, se aparta, deja de oírnos y nos rechaza. ¿Qué les pasa?¿Qué es lo que oyen cuando oyen que somos comunistas ? ¿Qué entienden cuando nos oyen decir que queremos hacer la Revolución? ¿Cómo se imaginan que sería la vida después de esa Revolución de la que tanto hablamos?
You may say I'm a dreamer/ But I'm not the only one/ I hope someday you'll join us/ And the world will be as one

No es difícil responder que ven lo que las fuerzas narrativas del capitalismo les han contado y requetecontado una y mil veces, en mil y un libro, en mil y una película, en mil y una serie de TV, en mil y un púlpito o en mil y una cátedra universitaria. Es decir, lo que la actual la correlación de fuerzas narrativas del Capital y del Trabajo hace que se vea o no se vea. Ven a un tal Stalin que por el mero hecho de ser comunista se dedicó a matar a millones de personas, a mandar a Siberia a otros cuantos millones, a prohibir las libertades, a censurar a Bulgakov, a lavar el cerebro a los niños y niñas, a matar de hambre a los campesinos y todo para acabar erigiendo un país imperialista militarizado, totalitario, lleno de policías, espías y chivatos, en donde los jóvenes no podían ni escuchar a los Beatles ni comprarse unos vaqueros. Es decir, ven todo lo que Pablo Iglesias de Podemos no quiere que vean cuando salga en la tele pidiéndoles el voto y, por eso, nada de frente de izquierdas con esa Izquierda Unida donde están los comunistas. Porque el imaginario del comunismo no es hoy un imaginario que convoque voluntades o votos. Qué hacer entonces, cuando la Revolución aparece como un horizonte muerto, como un concepto reliquia, arqueológico, obsoleto, improbable y no deseable.

Imagine no possessions/ I wonder if you can/ No need for greed or hunger/ A brotherhood of man/ Imagine all the people/ Sharing all the world...

No faltará quien sugiera que lo mejor en estos casos es disfrazarse de otra cosa, ponerse un poquito de piel de cordero para que no nos vean como un lobo. En realidad, si somos sinceros, algo así estuvo detrás de la fundación de Izquierda Unida aunque la cosa no llegó a salir bien del todo porque la narrativa dominante se encargó una y otra vez de recordar que Izquierda Unida era un nido de comunistas comeniños y Julio Anguita su profeta. Pero no debería faltar tampoco quien afirme que sea en donde sea los comunistas, hoy más que nunca, deben dar la cara y la palabra y lograr que esa Revolución que se vive como improbable e indeseable se desapegue de esa improbabilidad y retorne a la zona de lo probable y, por tanto, de lo esperable y, por tanto, sobre todo, de lo deseable. Esa es la tarea para hoy y para mañana. Para antes, mientras y después de la elecciones: ser capaces de construir un imaginario del comunismo atractivo y deseable. Ganar la batalla del Deseo.

You may say I'm a dreamer/ But I'm not the only one/ I hope someday you'll join us/ And the world will live as one

Podrán entonces decir que somos unos soñadores pero no estaremos solos. Otros y otras oprimidos se nos habrán unido y el mundo será un deseo compartido. Esa es la tarea: construir un imaginario comunista a la altura de nuestro tiempo. Esa es la batalla que hay que ganar.

Publicado en el Nº 286-287 de la edición impresa de Mundo Obrero julio-agosto 2015

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