Este 11 de setiembre se inicia la campaña
electoral por el 27-S. Las elecciones tienen que marcar un punto de inflexión.
El 23 de enero de 2013 el Parlamento de Cataluña aprobó la Declaración de
soberanía y por el derecho a decidir por 85 votos a favor, 41 en contra y 2
abstenciones. El Estado español y sus tribunales han dicho por activa y por
pasiva que el pueblo catalán no ejercerá el derecho a la autodeterminación y
han iniciado un procedimiento judicial
contra Artur Mas, Ortega y Rigau por la consulta, que estaba lejos de ser un
referéndum, del 9-N. El Gobierno catalán ha ido retrasando una declaración de
soberanía nacional sea para convocar un referéndum vinculante, sea para decidir
una declaración unilateral de independencia para constituir la República
catalana.
La candidatura de Artur Mas–Junqueras Junts
pel si vuelve a poner un plazo, ahora de 18 meses, para dar un paso más que
sería para convocar unas nuevas elecciones para iniciar un proceso
constituyente. ¿Qué sentido tiene este periodo transitorio? ¿Esperamos dar más
tiempo al Estado para actuar? ¿Cuál es entonces el sentido plebiscitari que se quiere
dar al 27S? Si este fuera el sentido, caso de salir una mayoría de votos a
favor de las candidaturas que están por la independencia, lo que hay que hacer
es proclamar la República catalana y declarar el Parlamento como Asamblea
constituyente para dotar a la república de una constitución que sí se
tendría que poner a referéndum.
A lo largo de cinco años manifestaciones
masivas han movilizado reivindicando la voluntad de romper con el estado
español. Tantas demoras hacen que no nos fiemos de Mas y de la patronal
catalana para que no repitan el camino de Cambó y la Liga y finalmente todo
quede con un Pacto fiscal. El catalanismo se le acabó cuando le tambalearon los
intereses de clase y entonces, como burguesía, no dudó en alinearse con la
monarquía. El Gobierno de Mas –con el apoyo de ERC- ha sido ya el de los
recortes contra los derechos del pueblo trabajador catalán.
También son absurdas las falsas
esperanzas en la “Europa democrática”. También en este tema la experiencia de
Syriza nos da las claves. Europa defiende los intereses de las multinacionales
y de los Estados, no la voz de los pueblos, ni de los trabajadores/as. Merkel y
Cameron ya se han pronunciado a petición de Rajoy. ¿No hemos visto como esta UE
miraba hacia otro lado cuando Putin masacraba el pueblo checheno porque la UE
quería el gas ruso? Europa es un club de estados y multinacionales, no tenemos
que esperar nada de esta Unión Europea. Queremos por una Europa de los
trabajadores/as y de los pueblos, una Europa Unida y socialista, pero ésta
no puede salir de la reforma de la actual UE. Buscamos la unidad de los y de
las trabajadoras y los pueblos, desde el respecto a su voluntad libremente
expresada, con el resto de territorios de habla catalana, con los pueblos del
estado, en Federaciones de Repúblicas.
Nos quieren dividir en dos ejes: el nacional
y como trabajadores/as
Si Juntos por el sí, dice que lo primero
que se tiene que ver en clave nacional, Catalunya si que es pot hace
referencia a las necesidades sociales del pueblo trabajador. Pero del mismo
modo que la libertad como pueblo no la conseguiremos si los y las trabajador/as
no encabezan la lucha, es vender humo decir que se puede avanzar como
trabajadores/as si seguimos bajo este estado opresor. No se pueden separar y
vendrán de la mano: ruptura con el Estado y ruptura con el sistema capitalista.
Por eso, si es denunciable la ambigüedad de Cataluña si que es pot con
los derechos nacionales (ver Barcelona en Común y el debate sobre el AMI), el
programa social está pleno también de renuncias y inconcrecions: un «rescate
ciudadano» calcado del programa de Syriza, que no se pronuncia por el no pago
de la deuda, se limita a auditarlo y crear dos bancos públicos, y un plan de
medidas de urgencia social por la vivienda y contra la pobreza energética a
partir de desobedecer el tope de déficit, es decir endeudándonos más y
suponiendo que los prestatarios estatales –con el FLA- nos siguen dando dinero
a pesar de desobedecerlos. Es muy significativo que las dos direcciones
políticas IC-EUIA y Podemos que forman Catalunya sí es pot dieran todo
el apoyo a Tsipras al frente de Syriza con el giro cabe el nuevo memorando y la
austeridad, «porque no lo dejaban hacer una otro cosa».
Con unos u otros podemos votar medidas
concretas pero sin falsas ilusiones: ni unos garantizan la independencia ni los
otros el plan de medidas sociales. Los dos van de la mano y exigen rupturas.
Por eso participamos dentro de la candidatura CUP-AE en 2012 y ahora volvemos a
hacerlo con CUP-Crida-Constituient. Pero también sabemos que se vote el que se
vote en el Parlamento, la única clave para resolver la situación a favor del
pueblo de Cataluña y de los y de las trabajadoras, es la movilización en la
calle y en los puestos de trabajo y estudio, tanto ahora como partir del 28-S.
República catalana y Asamblea Constituyente.
Lucha Internacionalista
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