Es muy posible que lo que en verdad se llama pueblo norteamericano no conozca en lo absoluto todas las cosas feas y sucias que se mueven y se han movido alrededor de su democracia, precisamente de esa democracia que se vende como el modelo de esa forma de gobierno.
Es cierto que en nombre de la democracia representativa los pueblos de América Latina y el Caribe han sufrido las dictaduras más espantosas, teniendo al frente hombres que, como Trujillo, Duvalier, Somoza y Batista, no tenían el menor sentido de decencia y respeto por los derechos humanos y las libertades públicas, lo que, a lo mejor, se explique por el atraso de nuestras sociedades y que, por vía de consecuencia, generan gobernantes que aplican contra sus pueblos medios y métodos odiosos y despóticos.
Que del cerebro de un colaborador de Trujillo saliera la idea de crear un centro de torturas como el infierno de La 40, se explica por la mentalidad criminal de Trujillo, por la pandilla de asesinos a su servicio y por la estructura de la sociedad dominicana en esa época.
Pero la sociedad norteamericana es otra. Los norteamericanos no han tenido un gobernante con la formación que tenía Trujillo y muchos de sus colaboradores inclinados a las acciones criminales.
Elaborar, máquinas y poner en práctica los centros de torturas de El 9 y La 40, son cosas de niños comparadas con las que han hecho refinados científicos norteamericanos al servicio de su democracia y la Agencia Central de Inteligencia, CIA. Todo esto está en el libro “Joyas de Familia”, los documentos más comprometedores de la Agencia, escrito por Eric Frattini y con prólogo de Jorge Descallar, quien fuera director del Centro Nacional de Inteligencia de EEUU.
Para que se tenga una idea del contenido del citado libro basta con señalar que en el mismo su autor destaca los siguientes operativos ejecutados por la Agencia Central de Inteligencia: “En la CIA se hacen cosas que es mejor no intentar explicar”. Proyecto MKULTRA. Objetivo: fabricar drogas alucinógenas capaces de controlar la mente y la voluntad de los seres humanos”; Operación 5412. Objetivo: eliminar el primer ministro de la República Democrática del Congo, Patrice Lumumba. ¿Motivo? Ser un “marxista peligroso”; Caso NOSENKO. Objetivo: desvelar la verdadera identidad del ex agente del KGB Yuri Nosenko. ¿Cómo? Inyectándole LSD; recluyéndole en una celda donde nunca se apagan las luces; dejándole sin comer durante días u obligándole a beber su propia orina”; Proyecto MKSEARCH. Objetivo: crear un asesino que mate con tan sólo oír una palabra clave”; Programa PHONIX. Objetivo: identificar y destruir el aparato comunista en Vietnan del Sur. ¿Cómo? Matando, torturando, violando y ejecutando a prisioneros de guerra”.
Todo aquél que quiera conocer muchas cosas repugnantes que lea: “Joyas de Familia”, para que comprenda que la democracia en general no existe, que es clasista y la norteamericana es una democracia que responde, ayer y hoy, a intereses muy diferentes a los del pueblo norteamericano.
Es cierto que en nombre de la democracia representativa los pueblos de América Latina y el Caribe han sufrido las dictaduras más espantosas, teniendo al frente hombres que, como Trujillo, Duvalier, Somoza y Batista, no tenían el menor sentido de decencia y respeto por los derechos humanos y las libertades públicas, lo que, a lo mejor, se explique por el atraso de nuestras sociedades y que, por vía de consecuencia, generan gobernantes que aplican contra sus pueblos medios y métodos odiosos y despóticos.
Que del cerebro de un colaborador de Trujillo saliera la idea de crear un centro de torturas como el infierno de La 40, se explica por la mentalidad criminal de Trujillo, por la pandilla de asesinos a su servicio y por la estructura de la sociedad dominicana en esa época.
Pero la sociedad norteamericana es otra. Los norteamericanos no han tenido un gobernante con la formación que tenía Trujillo y muchos de sus colaboradores inclinados a las acciones criminales.
Elaborar, máquinas y poner en práctica los centros de torturas de El 9 y La 40, son cosas de niños comparadas con las que han hecho refinados científicos norteamericanos al servicio de su democracia y la Agencia Central de Inteligencia, CIA. Todo esto está en el libro “Joyas de Familia”, los documentos más comprometedores de la Agencia, escrito por Eric Frattini y con prólogo de Jorge Descallar, quien fuera director del Centro Nacional de Inteligencia de EEUU.
Para que se tenga una idea del contenido del citado libro basta con señalar que en el mismo su autor destaca los siguientes operativos ejecutados por la Agencia Central de Inteligencia: “En la CIA se hacen cosas que es mejor no intentar explicar”. Proyecto MKULTRA. Objetivo: fabricar drogas alucinógenas capaces de controlar la mente y la voluntad de los seres humanos”; Operación 5412. Objetivo: eliminar el primer ministro de la República Democrática del Congo, Patrice Lumumba. ¿Motivo? Ser un “marxista peligroso”; Caso NOSENKO. Objetivo: desvelar la verdadera identidad del ex agente del KGB Yuri Nosenko. ¿Cómo? Inyectándole LSD; recluyéndole en una celda donde nunca se apagan las luces; dejándole sin comer durante días u obligándole a beber su propia orina”; Proyecto MKSEARCH. Objetivo: crear un asesino que mate con tan sólo oír una palabra clave”; Programa PHONIX. Objetivo: identificar y destruir el aparato comunista en Vietnan del Sur. ¿Cómo? Matando, torturando, violando y ejecutando a prisioneros de guerra”.
Todo aquél que quiera conocer muchas cosas repugnantes que lea: “Joyas de Familia”, para que comprenda que la democracia en general no existe, que es clasista y la norteamericana es una democracia que responde, ayer y hoy, a intereses muy diferentes a los del pueblo norteamericano.
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