Desde la Juventud Comunista queremos mostrar nuestra más absoluta repulsa a las desafortunadas declaraciones que Pablo Casado, presidente de las Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, realizó en el marco del último congreso de su partido.
En ellas, orgulloso de poder definirse como una persona con “ideas liberales”, pareció aprovecharse del posible tirón mediático que puede traer consigo la película Che: El Argentino, para calificarle como un “asesino al que la izquierda idolatra” mientras que postula al PP como el único capaz de defender a las víctimas de E.T.A.
Más allá de la arrogancia con la que llega a defender que la mayoría de la juventud española compartimos sus ideas pese a que aún no lo sepamos, consideramos que desde su puesta en escena (más propia de un monólogo americano que de una ponencia política) hasta las formas con la que se dirige a la oposición, son muestras evidentes de la derechización en el discurso que el Partido Popular y sus juventudes vienen mostrando en los últimos años.
El discurso populista y poco científico que Pablo Casado lanzó a los asistentes, basado en sentimentalismos que van desde la utilización del terrorismo con fines partidistas a consignas tradicionales de la derecha nacional-católica española, trató de convencer de que mientras la izquierda estaba atrasada por cantar canciones como “La Internacional” e “idolatrar a asesinos como el Che Guevara”, la derecha era progresista por oponerse al “salario mínimo, pues crea paro juvenil” y alabar las figuras de Reagan y Juan Pablo II (pese a que reconoce que en las universidades es más difícil hablar bien de éstos últimos)
Nosotros y nosotras, con menos repercusión mediática y tal vez por ello con análisis más modestos, no podemos decir que la mayoría de la juventud española sea comunista aunque todavía no lo sepa. Sin embargo, estamos convencidos de que la juventud cansada de trabajos precarios, temporales y mal remunerados no comparte las formas de entender la política con los adinerados niños de papá del Partido Popular.Y sabemos que si en las universidades, mayoritariamente integradas por jóvenes, es difícil defender las figuras públicas de la derecha, es precisamente porque la juventud española nada tiene que ver con las ideas prohibicionistas del uso del condón y el aborto, los prejuicios contra la homosexualidad, o la defensa del ser humano como medio para hacer más dinero.
Nos definimos como jóvenes marxistas-leninistas, como el futuro inmediato del Partido Comunista de España. Seguiremos siendo la algazara juvenil que canta La Internacional en los oídos de aquellos que se retuercen al escucharla, como en su día cantaban La Joven Guardia, nuestro himno, las trece muchachas que fueron fusiladas frente al cementerio de la Almudena por los verdaderos asesinos, aquellos que ni el Partido Popular ni sus juventudes se han atrevido a condenar todavía.
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