La reflexión en torno al paisaje urbano de Berlín y las aportaciones de sus arquitectos e intelectuales durante el siglo XX constituye el eje en torno al que desarrolla su obra el artista alemán, nacido en 1966, Frank Thiel. Sus últimas instantáneas dan fe del modo en que la formación del nuevo espacio político alemán surgido a raíz de la caída del Muro incidió en la transformación de las construcciones de la ciudad, sobre todo de su zona este.
En la serie de fotografías recientes que a partir del 8 de mayo, y hasta el 20 de junio, exhibe en la galería neoyorquina Sean Kelly, Thiel trata de recrear la atmósfera original de los edificios característicos de aquella franja de Berlín, perteneciente hasta 1989 a la RDA, a través de sus cortinas: telas que desprendió de su emplazamiento inicial y que después fotografió, a la luz del día, colocándolas en las ventanas de su estudio. Sus imágenes, de monumental tamaño (tres veces superior al real que corresponde a las cortinas), toman, expuestas en la galería y como resultado de la previa manipulación fotográfica elaborada por el alemán, carácter abstracto, una abstracción relacionada con la geometría de las piezas y con el contexto político concreto al que nos remiten.
Thiel confiesa su interés por espacios cuya belleza no suele ser percibida, en condiciones normales y cotidianas, por el espectador, de ahí que su cuerpo de trabajo se base en el minucioso estudio visual de las zonas industriales de Berlín, quizás la ciudad europea que más ha podido transformarse en los últimos veinte años a nivel cultural, político y social.
Los trabajos del fotógrafo germano se han exhibido hasta la fecha en numerosos museos internacionales, como el Portland Art Museum, la National Gallery of Canada, el MNCARS, el Moderna Museet, el Mori Art Museum o el CGAC, entre muchos otros. Además Thiel participó en la 48º edición de la Bienal de Venecia, la 25ª Bienal de Sao Paulo o la 4ª Bienal do MERCOSUL.
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