Este año Alemania conmemora el vigésimo aniversario de la Caída del Muro de Berlín, que marcó el inicio de la unificación de un pueblo que había sido dividido durante la guerra fría. En 1989 el símbolo de la separación alemana dejó de existir e inició una nueva etapa la historia. Con gran entusiasmo la población se incorporó al capitalismo, las fronteras estaban abiertas y la gente podía moverse libremente. En medio de este contexto, un empresario alemán forjó lo que hoy es un gran negocio. Wieland Giebel dueño de tienda de recuerdos, dijo: “la gente compra piezas del muro, porque incorporan la memoria de la Guerra Fría y de la ciudad de Berlín dividida. Ellos quieren llevarlo consigo a casa. Les recuerda lo afortunados que somos el día de hoy”. Pawlowski, poseedor de una gran cantidad de pedazos del muro, considera que estas piezas son reliquias que aumentarán su valor con el paso de los años. “No creo que viva para ver que se vendieron todas las piezas. Tenemos tantas que será posible venderlas por muchos años, décadas tal vez”, indicó Volker Pawlowski, empresario. El paso del tiempo ha provocado que el graffiti original que cubría algunas secciones del muro perdiera su color, por lo que en su taller ha dedicado un espacio para pintar algunos pedazos pues considera que la pintura le otorga a las piezas un valor extra. “Nosotros pintamos algunas piezas del muro, porque las piezas pintadas, se venden mejor que el concreto gris”, expuso Volker Pawlowski. La venta de estas piezas es tan solo una parte del las numerosas celebraciones y eventos que se llevarán a cabo en toda Alemania a lo largo de 2009, con motivo del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.
Este año Alemania conmemora el vigésimo aniversario de la Caída del Muro de Berlín, que marcó el inicio de la unificación de un pueblo que había sido dividido durante la guerra fría. En 1989 el símbolo de la separación alemana dejó de existir e inició una nueva etapa la historia. Con gran entusiasmo la población se incorporó al capitalismo, las fronteras estaban abiertas y la gente podía moverse libremente. En medio de este contexto, un empresario alemán forjó lo que hoy es un gran negocio. Wieland Giebel dueño de tienda de recuerdos, dijo: “la gente compra piezas del muro, porque incorporan la memoria de la Guerra Fría y de la ciudad de Berlín dividida. Ellos quieren llevarlo consigo a casa. Les recuerda lo afortunados que somos el día de hoy”. Pawlowski, poseedor de una gran cantidad de pedazos del muro, considera que estas piezas son reliquias que aumentarán su valor con el paso de los años. “No creo que viva para ver que se vendieron todas las piezas. Tenemos tantas que será posible venderlas por muchos años, décadas tal vez”, indicó Volker Pawlowski, empresario. El paso del tiempo ha provocado que el graffiti original que cubría algunas secciones del muro perdiera su color, por lo que en su taller ha dedicado un espacio para pintar algunos pedazos pues considera que la pintura le otorga a las piezas un valor extra. “Nosotros pintamos algunas piezas del muro, porque las piezas pintadas, se venden mejor que el concreto gris”, expuso Volker Pawlowski. La venta de estas piezas es tan solo una parte del las numerosas celebraciones y eventos que se llevarán a cabo en toda Alemania a lo largo de 2009, con motivo del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.
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