Tomás Burgos, Secretario de Estado de la Seguridad Social, pasa del concepto de Estado como garante de derechos sociales, pasa de la idea de Seguridad al invitar a la ciudadanía a que se busque la vida en la selva de la previsión privada y pasa de lo Social al destacar la importancia de la "responsabilidad individual" sin nombrar para nada el carácter social, el de bien común que caracteriza al sistema público de pensiones. De lo que no pasa, el señor Burgos, es de su función de secretario a las ordenes de las poderosas compañías de seguros. El mercado manda, el secretario obedece.
Unespa, la patronal del aseguramiento privado demanda que se envíen cartas donde se informe a la población del importe de la futura pensión. La campaña se pondrá en marcha, a costa del esfuerzo colectivo, el próximo otoño.
La simulación que recibirán quienes tengan más de 50 años, tiene un grado de fiabilidad ínfimo. Desconocemos si el personal de los CAISS, que sufrirán lasingratas consecuencias de esta medida, recibirán el correspondiente curso de "Artes adivinatorias" vía telepática, es más económica que la presencial, y si deberán disponer, además de la selladora, el escáner, la pantalla del ordenador con su teclado y un porrón de sellos, una nueva herramienta de trabajo: la bola de cristal, que facilite, a carta cabalística, una interpretación fiable de esa misiva futurista.
En serio, esta medida no puede ser más cutre, inútil y prescindible. Se despide a quien tiene un contrato estable, primordialmente mayores de 50 años, para contratar a jóvenes en peores condiciones luego es imposible acertar con el contenido de la vida laboral de estas personas. Su reforma/recorte de derechos laborales que prácticamente ha instaurado el despido libre anula cualquier posibilidad de prever el futuro laboral de gran parte de la población.
En todo caso no se trata de facilitar esta información a la gente, la verdadera intención es inducir la necesidad de suscribir un plan privado de pensiones. EnEspaña tienen poco éxito y esto preocupa mucho a las compañías de seguros que no cejan en su empeño de hacerse con el goloso pastel del sistema público de pensiones para trasladarlo a la causa privada y hacer negocio con él.
La misma patronal Unespa ha escrito a los Diputados del Pacto de Toledo en el mismo sentido, responsabilizándoles del fomento de los planes privados de pensiones.
No contentos con ello, economistas vinculados a la fundación FAES, la fábrica de "ideas", siempre las mismas, del PP, proponen trabajar hasta los 75 años, rebajar las cotizaciones sociales a los empresarios, externalizar (privatizar) los servicios públicos, en concreto, que la gestión de las pensiones sea privada. Tampoco se muestran partidarios del sistema de reparto, ni de percibir pensión durante más de 11 años, si esto fuera así otorgaría a estas un carácter asistencial, declaran.
Algo parecido declaró otro de los economistas de FEDEA, Fernández Villaverde: …“del riesgo” que la supervivencia supone para el sistema y que la mortalidad, entre los 65 y 67 años, se haya reducido de manera “dramática”.
Que el Secretario de Estado del sector apueste por la cultura de la "responsabilidad individual" es un contrasentido preocupante y absolutamente contradictorio. Desde unpuesto público hacer propaganda a productos especulativos del sector privadoes hacer la labor del bombero pirómano
Nuestra postura va justamente en el sentido contrario, potenciar el sistema público de pensiones, su carácter solidario y redistributivo.
El sistema público es finalista, sólo tiene un objetivo, cubrir una necesidad social. Por contra, el sistema privado no es finalista gusta de la intermediación, susrecursos se invierten en bolsa y sus rendimientos son fruto de la especulación y el trapicheo. Un plan de pensiones busca su rentabilidad en cualquier lugar, de cualquier forma, sin apenas control. Se invierte en empresas que no respetan los derechos laborales, y mayor será la ganancia cuanto menores sean estos derechos, el respeto al medio ambiente etc.; en bancos que especulan con la deuda pública de países en crisis; en obras faraónicas innecesarias.... Ética y planes privados son conceptos contrapuestos.
Por un sistema público de pensiones de calidad y suficiente, gestionado por emplead@s públic@s.
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