Moses era un estudiante de secundaria cuando, con 16 años, le detuvo el ejército nigeriano. Le acusaron de robar tres móviles y le torturaron para que confesara el delito.
Los últimos ocho años de su vida los ha dedicado a demostrar su inocencia, desde su celda. Y sabe que puede contar contigo: “Tanto mi familia como yo estamos profundamente agradecidos a Amnistía Internacional y a todas las personas que han actuado para apoyarme.” En un juicio injusto, Moses fue condenado a muerte por ahorcamiento. ¿Quieres sumar tu firma para salvar su vida? |
La palabra tortura no es suficiente para describir lo que le hicieron a Moses tras su detención. Le dispararon en la mano y lo golpearon en la cabeza y la espalda. Le trasladaron a una comisaría de policía, donde cuenta que lo golpearon brutalmente con machetes y porras. Le tuvieron atado y colgado durante varias horas en salas de interrogatorio, y le arrancaron las uñas con unos alicates. Todo para que confesara el robo de tres teléfonos móviles. “El dolor de la tortura es insoportable. Nunca pensé que viviría hasta el día de hoy. El dolor que sufrí a manos de los agentes era inimaginable.” Moses ya se ha dejado ocho años de su vida en la cárcel, defendiendo su inocencia. Y ahora está en riesgo su vida. Escribe al gobierno de Nigeria para impedirlo. No sería la primera vez que logramos evitar una ejecución. Entre todos, podemos conseguirlo. Gracias por no rendirte. Esteban Beltrán Director Amnistía Internacional- Sección Española |
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