No podemos decirlo más claro... ni más alto
Hay que salvar el Ártico. Ya no podemos decirlo más claro... y tampoco más alto: hoy lo estamos haciendo desde los 1.500 metros de altitud del pico de El Pájaro, en en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Cuatro escaladores están subiendo ahora mismo la pared vertical de 200 metros que llevan hasta el pico, donde desplegarán una gran pancarta con el lema. Uno de ellos, Miguel Ángel Gavilán, es un alpinista con discapacidad que lidera la asociación Montañeros sin Barreras, y que se ha sumado a la petición por el Santuario Ártico. “Soy un amputado de la mano izquierda y el intentar escalar la pared sur del Pájaro, en la emblemática Pedriza, va a suponerme un gran esfuerzo físico y mental", nos ha confesado Miguel Ángel. "Pero lo doy por bien empleado: es mi modesta contribución para un planeta sostenible”.
Para Miguel Ángel, como para los otros tres montañeros, proteger el Ártico es muy importante. Con esta acción quieren evitar que compañías como Shell y Gazprom viajen al Ártico para extraer petróleo. Saben el riesgo que esto supondría para la región. Saben que el Ártico es el aire acondicionado del hemisferio norte del planeta, y que sin él nuestros paisajes y nuestra forma de vivir cambiarían drásticamente. Saben que es un ecosistema único, hogar de numerosas especies que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Y saben que tenemos que superar la era del petróleo, una fuente de energía obsoleta y muy contaminante.
Además de en Guadarrama, estamos desplegando pancartas con el mismo lema en más de 20 montañas y rascacielos de los cinco continentes, desde Tailandia hasta Europa. Hemos subido el mensaje a lo más alto, para decir bien fuerte, como Miguel Ángel, que el Ártico debe ser protegido.
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