mundo obrero
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Desde un sector nada desdeñable de la izquierda española, viene extendiéndose, como ya es habitual desde hace demasiado tiempo, una imposición revestida de moralidad y política equidistante frente a todo tipo de conflicto internacional.
Se trata de la imposición del "ni-ni": desde la izquierda no podemos apoyar a EEUU, la UE y los grupos fascistas ucranianos -todo un mismo bando con diferentes caras, si se quiere- ni tampoco apoyar a Rusia.
Nos explican que la Rusia actual es una potencia imperialista donde gobierna Putin por y para el gran capital. No nos descubrís nada.
Ahora bien, aún reconociendo el marco de dos polos imperialistas, ¿qué posición tomar? En mi opinión: alinearse con quien combate, en primera instancia, el fascismo.
Cuando en España se alzó el fascismo para dar un golpe de Estado que fue rechazado, se desencadenó la Guerra Civil en la que el "bando nacional" se alzaba contra la República y sus defensores y, a su vez, éstos protegían el orden republicano legal democrático vigente.
Se propuso la creación de un Frente Popular bajo una consigna de mínimos aceptada por el amplísimo espectro de la izquierda española del momento: combatir y destruir al fascismo. En segundo término, se intentó acudir a potencias imperialistas: Inglaterra, Francia... que tuvieron a bien "no intervenir en los problemas internos que se sucedían en España".
El desenlace: el Frente Popular comenzó a escindirse, las potencias imperialistas negaron su ayuda contra el fascismo y las potencias del Eje "entraron con todo" en el conflicto.El resultado fue el triunfo del fascismo.
Ahora, en Ucrania, los grupos políticos nacionalfascistas armados se abren paso en la escena política a punta de ocupaciones de edificios de la Administración, de quema de sedes del Partido Comunista, de persecución a judíos...
Y la "izquierda moral" nos pide que critiquemos a Rusia. Deben ser los descendientes de aquellos que boicotearon el Frente Popular "desde la izquierda". Nos piden que, frente a la aparición y fortalecimiento en la "vieja Europa" del "nuevo fascismo", nos mantengamos "ni con EEUU, ni con Rusia"; como si los perseguidos por los fascistas tuvieran elección.
Apelan a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional; los mismos derechos que EEUU y la OTAN decían defender en Cuba, Nicaragua, Chile, Irak, Afganistán, Congo, Libia, Siria...
Esta izquierda moralista nos habla de la no-violencia, como si el reconocimiento por parte de la UE y los EEUU del presidente golpista ilegítimo no generase más violencia; como si grupos de ciudadanos armados con la última tecnología armamentística no estuviesen aupados por ellos. El no intervencionismo frente a un golpe de Estado promovido por EEUU y los suyos conlleva la condición de cómplice del mismo.
Frente al fascismo que ya asoló una vez toda Europa sólo cabe la oposición frontal.
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