Concentración
Puerta del Sol
Compañeras/os, mañana lunes 25 de Noviembre a las 19:00 horas, está convocada la Concentración que anualmente se celebra por el Día Internacional contra la Violencia Machista.
Corriente Roja, participaremos en esta concentración con cortejo propio (pancarta, megáfono, banderas, mesa con materiales, etc...) y la cita que hemos hecho para la militancia es a las 18:30 horas en las inmediaciones de la estatua del caballo.
Es muy importante que toda la militancia trate de asistir, puesto que no es sólo una actividad exclusiva del Área de Mujer y las compañeras de nuestra organización. Para nosotras y nosotros, la lucha contra el machismo y la explotación van juntas, y las demandas específicas de las mujeres trabajadoras tienen que ser defendidas por las organizaciones de la clase obrera, y por los hombres y no sólo por las mujeres, dentro de ésta.
25 DE NOVIEMBRE 2013: DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA
Este año se cumplirán diez años desde que en 2003 se empezaran a contabilizar en el Estado Español las muertes por violencia de género. Oficialmente 700 mujeres han sido asesinadas desde entonces. Una media de 70 mujeres al año.
Más de 600.00 mujeres cada año, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sufren de maltrato, aunque menos de la cuarta parte se decida a contarlo. Al menos 840.000 niños y niñas padecen en España la violencia machista, y en este año cinco menores murieron a consecuencia de ella y 37 quedaron huérfanos.
En 2004 se puso en marcha la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Las estadísticas muestran que si el número de mujeres muertas desde entonces no bajó en ningún año por debajo de las 50 víctimas, lo que sí han ido disminuyendo son los presupuestos destinados por el gobierno para poner en marcha la aplicación efectiva de esta ley. Unos presupuestos, que si bien siempre fueron insuficientes, empezaron a recortarse de forma imparable a partir del 2011.
¿Y qué pasa en el resto de Europa?
Un estudio del European Institute for Gender Equality (EIRE) señala que al igual que en el Estado Español, el porcentaje de mujeres que denuncian en Europa es muy bajo: 25% en Alemania, y menos del 20% por ejemplo en Bélgica. Además, sólo un tercio de los Estados miembros contabiliza específicamente los crímenes de violencia machista, ya que estas muertes se engloban dentro del epígrafe de “violencia familiar o doméstica”. De hecho, sólo cuatro países de la UE han introducido en su código penal la definición de género.
Además, el EIRE señala que aunque la mayoría de los países de la UE aplican planes nacionales para combatir la violencia machista y tienen centros y servicios de asesoramiento para las víctimas, en muchos, entre ellos España, no se cumple la proporción recomendada de un centro o servicio por cada 50.000 mujeres.
Disminuyen los recursos y crece la indefensión de las mujeres
El gobierno ya anunció que la partida destinada a poner en marcha las medidas contenidas en la Estrategia: “Actuaciones para la prevención integral de la violencia de género” baja un 1,5% en los Presupuestos Generales del Estado del 2014, respecto a 2013. Un 22,5 % respecto a 2008, porque acumula recortes anteriores.
Este hachazo presupuestario, supone el desmantelamiento de la red de apoyo social que con recursos siempre insuficientes, se había logrado poner en marcha. Los recortes han supuesto entre otras cosas, el cierre de casas de acogida y puntos de encuentro familiares, la reducción y deterioro de la atención psicológica, y la casi desaparición de las campañas de sensibilización social. La Renta Activa de Inserción, que es el recurso económico más utilizado por las mujeres víctimas de violencia machista se ha reducido un 70%.
A todo esto hay que sumarle la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local que suprime el Artículo 28, por lo que en un futuro próximo los municipios no podrán desarrollar ninguna competencia ni actividad en materia de políticas de igualdad, y de atención y asistencia a mujeres víctimas de violencia de género. Esto supondrá el cierre de muchos centros municipales de información a la mujer, afectando especialmente a las mujeres en el ámbito rural.
Y por si fuera poco, ahora se nos impone el pago de tasas judiciales para poder poner una denuncia, iniciar un trámite de divorcio o demandar una pensión compensatoria.
En relación a las políticas de igualdad, no específicas de violencia de género, el programa 232B “Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres” se dota en los presupuestos del año 2014 con 19 millones de euros, el 0,005% del total, y tras bajar en 2013 un 24%, acumula respecto a 2008 un recorte del 56%.
En cuanto a las Comunidades Autónomas, la mayoría de ellas están aplicando igualmente recortes en esta materia. Lejos de romper con la política de recortes del gobierno central, todas, y no sólo las gobernadas por el PP, claudican con ellos para ajustarse al déficit público, priorizando el pago de la deuda creada con los bancos.
Un ejemplo de ello es Andalucía, gobernada por PSOE-IU, cuyo presupuesto para políticas en materia de Igualdad en las cuentas para 2013, supuso tan sólo el 0,132 por ciento del presupuesto total. La Junta de Andalucía además ha ido retirando progresivamente las subvenciones a Ayuntamientos para el mantenimiento de los Centros de Información municipal a la mujer, que atienden también a mujeres víctimas de violencia de género.
Cuando los recortes sociales cuestan vidas
Pero si todos estos recortes limitan las opciones de las mujeres para salir de la violencia, a ello hay que sumar el impacto que supone para las mujeres trabajadoras el aumento del desempleo y la precariedad laboral, y el recorte que éste y el anterior gobierno vienen realizando en otras políticas sociales como son ayudas al desempleo, educación, sanidad, y sobre todo en el cuidado y atención de personas mayores, menores y dependientes, con lo que esto supone para las mujeres.
Como ejemplo, cuando dos tercios de las personas dependientes y el 97% de sus cuidadoras somos mujeres, la partida para Dependencia en 2014, se recorta a 1.029 millones, el 46,7%, pasando de 2.205 a 1.176 millones de euros.
Los recortes en políticas sociales suponen además una constante destrucción o precarización de empleo público, mayoritariamente ocupado por mujeres.
De este desmantelamiento de empleo público no se salva tampoco ninguna Comunidad autónoma. Nuevamente en Andalucía, que es uno de los territorios con mayor tasa de desempleo femenino y con más muertes por violencia machista, y cuyo gobierno aplica los recortes según dice, por “imperativo legal”, se han destruido en un año, según datos oficiales, más de 16.000 puestos de trabajo en la Administración, sin contar las empresas públicas.
Este recorte del -6,4% del empleo público, es idéntico al que han originado los recortes de María Dolores de Cospedal en Castilla la Mancha y sólo superado por la Comunidad de Murcia, que llega al -12,7%. En sanidad el recorte andaluz ha sido del 7,3% y 4.500 profesores interinos, y 800 empleos en el Servicio Andaluz de Empleo, más una larga lista en empresas públicas, agencias, etc.
También a consecuencia de la reforma de la Ley de bases de régimen local, algunos estudios recogen que más de 500.000 personas perderán la ayuda a domicilio y otras prestaciones sociales, y se destruirán unos 65.000 puestos de trabajo, la mayoría ocupados por mujeres.
La falta creciente de recursos económicos y la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados que venimos sufriendo las mujeres de la clase trabajadora desde que se inició la crisis, debido a que el Estado se des-responsabiliza cada vez más de estas tareas, están agravando las dificultades que muchas mujeres tienen para escapar de la espiral de la violencia machista.
Por eso, aunque todos los expertos coinciden en afirmar que no hay un perfil único de mujer maltratada, y en esta sociedad patriarcal y machista cualquier mujer puede ser víctima de la violencia machista, son las mujeres de la clase trabajadora, especialmente jóvenes e/o inmigrantes y/o desempleadas, las que tienen más papeletas para acabar engrosando la lista de mujeres asesinadas. La mayoría de ellas sin denuncia previa.
Por eso, no es exagerado decir que algunas mujeres están pagando la crisis (su crisis capitalista, no la nuestra), con sus vidas.
Bajan las denuncias y se “invisibiliza” el problema
Cada vez que se produce un nuevo asesinato de una mujer, salen los portavoces del gobierno a lamentar su muerte y pedir a las mujeres que denuncien el maltrato que sufren.
Sin embargo, el último informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, señala que las denuncias por violencia machista registradas en los juzgados españoles han descendido un 4,1% en 2012, casi 15 denuncias menos al día respecto al año anterior. Esta disminución viene produciéndose desde 2008, año en el que la crisis afloró en España, con una caída de denuncias del 9,6% en los últimos cinco años. También en el primer semestre del 2013, según datos del Observatorio, el número de denuncias bajó (un 4,2 % respecto al mismo período de 2012.)
Esta disminución de las denuncias, no tiene que ver con el descenso en el número de las mujeres víctimas de violencia machista, sino con la mayor indefensión en que se ven las mujeres a la hora de denunciar. Porque la denuncia no supone protección frente el agresor, ni siquiera ofrece medidas provisionales ante otra posible agresión. Las insuficientes casas de acogida, las trabas para acceder a la renta activa, la imposibilidad de acceder a un trabajo remunerado, y las sentencias condenatorias irrisorias para el agresor hacen que las mujeres desistan y no denuncien, o incluso después de haberlo hecho, opten por retirarlas.
Otro dato significativo de este informe es que el número de víctimas mortales que convivía con su agresor se disparó del 60 al 75% en el último año.
Para muchas mujeres atreverse a denunciar además, no les garantiza la protección que necesitan. Otro estudio de La memoria anual de la Fiscalía recoge que de las 23.461 mujeres que solicitaron órdenes de protección en 2012, la Justicia rechazó el 45 por ciento de las peticiones de protección de las víctimas de violencia machista. Algunas organizaciones feministas denuncian que esto ocurre porque no hay casi pruebas, al no haber suficiente investigación policial y judicial, por lo que el testimonio de la mujer es casi la única prueba. Un testimonio al que muchos jueces, dan escaso valor y credibilidad.
Contra la violencia machista, la lucha es el único camino
Denunciamos la hipocresía de este gobierno que es el primer enemigo de las mujeres trabajadoras puesto que mientras las anima a denunciar, desmantela el sistema de protección social y aplica medidas económicas que nos condenan al paro, la precariedad, la pobreza y la exclusión social. ¡Esto también es violencia hacia las mujeres!
Este próximo 25N, Día internacional contra la Violencia de Género, Corriente Roja se sumará a las voces de todas aquellas organizaciones que reclaman más dinero para prevención y sensibilización social y para atención y asistencia inmediata a las víctimas de la violencia machista.
Y como sabemos que esto no es suficiente, exigimos también que el dinero que se usa para el pago de la deuda pública (90% del PIB), se utilice para crear empleo y para mantener y aumentar la atención de menores, personas mayores, enfermas o dependientes. ¡Educación, Sanidad y Servicios sociales públicos, gratuitos y de calidad!
Exigimos que se creen viviendas sociales en régimen de alquiler social con las miles de viviendas vacías en manos de bancos e inmobiliarias, a disposición de las familias más necesitadas, entre ellas mujeres víctimas de violencia machista con menores a su cargo.
La lucha contra el machismo, al igual que la lucha contra la explotación, es internacional
Pero además de ello, estamos convencidas que no es posible acabar con la violencia machista y la desigualdad que sufrimos las mujeres, dentro del sistema capitalista. Porque el capitalismo es un sistema que se apoya no sólo en la explotación, sino en la desigualdad y la opresión.
Todas las conquistas y avances en igualdad que conseguimos las mujeres dentro de este modelo económico, están continuamente amenazados, especialmente en tiempos de crisis.
Porque cada vez que la burguesía necesita recuperar la tasa de ganancia perdida, utiliza la opresión contra las mujeres y otros grupos sociales para dividir a la clase trabajadora y explotar más a l@s más oprimid@s dentro de ésta.
Utiliza la ideología machista para justificar la vuelta de las mujeres al hogar, para que sean éstas quienes carguen con todo el peso de las tareas domésticas y de cuidados, desviando así el dinero público que el Estado se ahorra, hacia los bolsillos de la burguesía. Para ello no dudan si es necesario, como en el caso de la actual crisis mundial, incluso en endeudar al Estado para rescatar sus bancos y empresas en quiebra con dinero público.
Mientras exista el capitalismo, no importa si algunas mujeres consiguen cotas de poder dentro de éste, seguirá existiendo la desigualdad, puesto que los intereses a los que responden no son los de la clase oprimida y explotada, sino los de la minoría que se enriquece.
Por eso, para nosotras y nosotros, la lucha contra el machismo y la explotación van juntas y las demandas específicas de las mujeres trabajadoras tienen que ser defendidas por las organizaciones de la clase trabajadora, y por los hombres y no sólo por las mujeres, dentro de ésta.
Al igual que la lucha contra la explotación nos exige organizarnos a nivel internacional, porque el imperialismo aplica sus planes en todo el mundo, la lucha contra el machismo también debe serlo. Esto es así, porque lejos de desaparecer, bajo el capitalismo, la opresión hacia las mujeres se acrecienta, la propia ONU declara públicamente, basándose en las actuales estadísticas, que la violencia contra las mujeres es una epidemia mundial.
Las mujeres trabajadoras a la vez que participamos de las organizaciones de clase y damos la batalla para acabar con el machismo dentro de éstas, tenemos por tanto que organizarnos y unificarnos para desarrollar e impulsar de forma coordinada la batalla contra la violencia machista a nivel internacional.
Hacemos un llamamiento a las mujeres que sufren de la opresión machista y la explotación del capitalismo, a venir y organizarse con nosotras y nosotros en Corriente Roja, sección en el Estado Español, de la LIT-CI.
Y este 25 N, todas y todos salimos a la calle para exigir:
Recursos y medios suficientes para las mujeres agredidas (centros de acogida, puntos de información, asistencia psicológica, etc.…).
Garantía por parte del Estado de un empleo para las mujeres maltratadas y subsidio de desempleo mientras se les proporciona.
Fuera jueces machistas del aparato judicial.
Espacios gratuitos en los medios de comunicación para la difusión de una cultura contra la violencia hacia las mujeres y los sectores más oprimidos.
Educación sexual y de igualdad de género en la enseñanza obligatoria. Combate de los estereotipos de las mujeres, promovidos por los medios de comunicación y la iglesia católica: ¡Fuera la religión de las aulas! No a las subvenciones para las organizaciones privadas ligadas a la iglesia, ni a colegios que segregan por sexo.
No a la reforma laboral, que trae mayor precariedad laboral y permite un goteo continuo de ERES fraudulentos, haciéndonos más vulnerables ante los malos tratos machistas.
No al recorte del gasto público. ¡Guarderías públicas!
No a los recortes en la ley de dependencia que nos responsabiliza del cuidado de ancianos y personas con discapacidad.
Educación, sanidad, transporte y servicios públicos de calidad. ¡No a las privatizaciones!
Por un parque público de viviendas en alquiler social con las miles de viviendas vacías en manos de bancos e inmobiliarias, al alcance de las familias más necesitadas, priorizando aquellas que tienen menores a cargo.
¡Fuera Rajoy y la Troika! Rompamos con la Europa del capital y con el euro.
No al pago de la deuda y auditoría pública. Prisión y confiscación de los bienes de especuladores y corruptos.
Por un gobierno de los trabajadores/as apoyado en su lucha y organizaciones de base. Por una Europa de los/as trabajadoras y los pueblos.
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