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David Paravisini: "El fundamento de la guerra económica contra #Venezuela es el control de la renta petrolera"

PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN PARA LA TRANSFERENCIA DE LA PROPIEDAD Y COMPETENCIAS DE ACTIVOS AGROINDUSTRIALES A LAS COMUNAS
El tema impositivo que está recayendo sobre la población por la vía de impuestos, debería ser dirigido hacia el comercio, que es el factor de tergiversación de toda nuestra economía, es decir, el sector importador y el sector comercializador.
PEPA SUÁREZ 24/10/2016
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Ingeniero, experto en políticas públicas energéticas, con una larga trayectoria política a sus espaladas, David Paravisini ocupó, entre otros, el cargo de embajador en Libia y Guatemala después de ser diputado en la Asamblea Nacional durante el Gobierno de Hugo Chávez. Siguiendo su máxima "más calle y menos despacho", Paravisini compagina, en la actualidad, su trabajo como profesor universitario con el cargo de presidente de la Fundación para la Transferencia de la Propiedad y Competencias de Activos Agroindustriales a las Comunas. Se trata de un proyecto ilusionante y novedoso de la Vicepresidencia de la República, que intenta tomar las riendas de la producción y distribución de alimentos, con el objetivo de contrarrestar el boicot de la oposición política y económica venezolana en el terreno alimentario.

Mundo Obrero: Los medios de comunicación del Estado Español dibujan una situación de catástrofe en Venezuela.
David Paravisini:
 Hay que tener en cuenta dos puntos importantes. En primer lugar, Venezuela nunca ha producido. En segundo lugar, cinco millones de familias estaban excluidas de los sistemas de comercialización y distribución de alimentos de manera regular antes de Chávez. Es más, había millones de ciudadanos que no estaban registrados como tal. Desde que Chávez entró en el Gobierno se pusieron en marcha mecanismos de inclusión de toda la población y colocó a todo el pueblo venezolano en la situación de poder conseguir un puesto de trabajo, de tener unos ingresos, poder beneficiarse del sistema sanitario, de aspirar a una vivienda, es decir, de plantearse un sistema de distribución equitativa para todo el pueblo. La situación que estamos viviendo hoy día no es, ni mucho menos, parecida a la que vivió el pueblo en el período de la Cuarta República. Lo que ocurre es que en ese marco de guerra económica en la que vivimos hoy día, los medios de comunicación amplifican las deficiencias que sufrimos. Y todo es porque Maduro no se va y la oposición quiere que se vaya.

M.O.: ¿Cuáles son las principales directrices en las que se sustenta la guerra económica contra el gobierno de Maduro?
D.P.:
 En primer lugar, el fundamento y el objetivo de la guerra económica es el control de la renta petrolera. En segundo lugar, un ataque contra nuestra moneda con las casas de cambio que se han creado bajo leyes colombianas aprobadas por Uribe. Va para quince años esa escasez de cambio. Este hecho está afectando de una manera brutal a Venezuela. En tercer lugar, el contrabando, que tiene mucho que ver con la descomposición de las Fuerzas Armadas. Contrabando de gasolina, fundamentalmente, y otros productos. El litro de gasolina en Venezuela vale 6 bolívares y en Colombia a 600 bolívares. Esta situación por si misma fomenta un contrabando muy difícil de controlar. En cuarto lugar, el tema de la redistribución de los ingresos. No hemos entendido todavía que no se puede subsidiar a todo el pueblo. El subsidio tiene que ser dirigido y para eso se necesita maximizar la renta interna y externa. La interna a través de la valorización de los precios de los combustibles que los estamos regalando en Venezuela y en el exterior. En quinto lugar, tiene que ver con la identificación de los agentes de transformación de la sociedad. Sabemos que los funcionarios públicos son un componente fundamental de la sociedad pero pertenecen a la fuerza conservadora, no es fuerza transformadora. Y la burocracia es una fuerza reaccionaria por su misma naturaleza.

M.O.: ¿Qué puede hacer Nicolás Maduro, con una Asamblea mayoritariamente opositora, para contrarrestar esa guerra económica?
D.P.:
 En primer lugar, yo creo que la medida que tomó Maduro recientemente de convocar al Alto Mando es acertada. Y el control de la materia alimentaria por parte del presidente y del vicepresidente de la República. En mi opinión creo que deberían tomar también el control de la distribución de los fármacos. En segundo lugar la renta interna. Hay que retomar los conceptos chavistas de la economía. Sostener la economía con el petróleo y no con el bolsillo de la gente, porque aquí se abandonó el control sobre las variables de PDVSA [1], sobre todo en producción de petróleo y dependencia de tecnología entre otros, es decir, se abandonaron esos controles y se cambió por el sistema monetarista: aumento de los impuestos, aumento de los precios, aumento del IVA y sobre el producto de la renta. Es decir, el tema impositivo que está recayendo sobre la población por la vía de impuestos, debería ser dirigido hacia el comercio, que es el factor de tergiversación de toda nuestra economía, es decir, el sector importador y el sector comercializador. Esta situación podríamos cambiarla de inmediato y habría recursos suficientes.

M.O.: ¿En qué medida afecta hoy día la bajada del precio del petróleo en la calidad de vida de la sociedad venezolana y cuál es su relación con la crisis actual?
D.P.:
 Venezuela nunca se benefició de esas alzas del precio del petróleo excepto en el primer gobierno de Ricardo Andrés Pérez. La constante en Venezuela ha sido una construcción económica que viene de la colonia, con un sector comercial e importador que acaparaba los recursos y dejaba excluida al 80% de la población. A partir del año 1974 se dio ese cambio y Venezuela comenzó a tener más participación, más que por el alza del precio, por la vía legal, por la vía del impuesto, por la vía de la regalía, por la vía del establecimiento del sistemas de control sobre el tema de las operaciones. Es decir, Venezuela disfrutaba de una participación en la renta petrolera más que por los precios altos, por la lucha nacionalista de posición frente a las transnacionales. Cuando llegó el presidente Chávez decidió votar a la directiva petrolera y eso llevó a un golpe de estado contra Chávez. Después de seis meses del regreso del presidente organizaron un paro petrolero porque era la corporación petrolera, a través de PDVSA, la que trataba de retomar el control de la renta para que su mayor parte se fuera al exterior. Ese fue el cambio fundamental, porque Chávez cuando empezó a gobernar el precio del petróleo estaba a ocho o nueve dólares el barril y en la fecha del golpe, 2002, el precio era de 20 dólares. Es decir no estamos hablando de precios extraordinarios del petróleo. La pobreza en Venezuela no se produce porque el precio del petróleo cae. Esa miseria se produce hoy, en mi opinión, a partir de la muerte de Chávez, porque se ha perdido otra vez el control de la industria petrolera, quien ha hecho más costosa y onerosa la producción de petróleo y han tumbado la producción.

M.O.: ¿Existe en la actualidad capacidad para controlar a PDVSA?
D.P.:
 Chávez dejó esos mecanismos. Su fuerza y su personalidad sostenían esos mecanismos. Desde que apareció Chávez, PDVSA se autocontrolaba. Hay que tener en cuenta que a Chávez le costó un golpe de estado en su contra, en 2002, controlar a PDVSA. Chávez decía: "si yo no tengo el control de la industria petrolera yo no gobierno nada". Y lo tumbaron en un mes. Yo creo que hoy está planteada la misma situación. Esa es mi visión. Nosotros somos un país petrolero y lo seremos por mucho tiempo. Solo con absoluta claridad de cuál es nuestra posición en el mundo petrolero, la visión del control de la renta, y el que PDVSA, la estructura petrolera, se convierta en una estructura que funcione para incrementar la producción nacional tanto en lo tecnológico, cibernética, de operación, la manera de disminuir la exportación de dólares, maximizar la renta interna. Creo que esas son las líneas en las que hay que trabajar que, por otra parte, ha sido un problema en el pasado, lo sigue siendo y lo seguirá siendo por mucho tiempo.

M.O.: Usted preside en la actualidad el plan de transferencia de propiedad de activos agroindustriales a las comunas, ¿se encuadra este proyecto en el ideario político de Hugo Chávez?
D.P.:
 En ese línea de la que hablaba Chávez estamos trabajando ahora con la toma de plantas de empresas improductivas desde agosto del año pasado. Contamos con trabajadores con mucha experiencia para poner a producir esas plantas, porque ese es el motor de desarrollo de la comuna y de los consejos comunales. Se trata de plantas del estado y el gerente nos dijo cuando hablamos con él que no íbamos a entrar de ninguna manera. No solamente entramos con los comuneros y las comuneras, sino que además es la primera vez en nueve años que se está produciendo la harina de maíz precocido. Antes producían y cuando los productos salían de la planta desaparecían antes de llegar al mercado. Esta situación está generando, y aquí estamos haciendo un esfuerzo importante, un elemento transformador de todas las relaciones, entre los propios pobladores de la zona donde se encuentra la planta. Ahora tenemos una planta que produce harina de maíz y cambia el sentido de propiedad, el sentido de pertenencia, porque ahora los comuneros y comuneras son los dueños de una planta y no en el sentido capitalista, sino en el sentido chavista porque es una propiedad comunal transferida a la comuna.

M.O.: ¿Qué limitaciones tiene este tipo de experiencias?
D.P.:
 La base material, la logística, el transporte de los trabajadores y trabajadoras y la poca esperanza de muchos sectores en este tipo de proyectos. Y por otra parte, la oposición boicotea la toma de plantas atacando directamente, saboteando instalaciones, provocando enfrentamientos. Pero los estamos derrotando en el terreno político porque una de las armas que ellos utilizan es que no se distribuye la harina de maíz. Con este cambio, toda la harina de maíz va para el pueblo.

M.O.: Los medios de comunicación españoles comentaron en su momento que Maduro intentaba afianzar su poder con la declaración de emergencia.
D.P.:
 Estamos en guerra y por tanto declaramos una economía de guerra. Y en una economía de guerra hay restricciones. Desde entonces estamos entrando desde mi punto de vista en una mayor sensatez o seriedad, con el Estado Mayor asumiendo un área fundamental de la economía tan sensible como es el abastecimiento y distribución de alimentos. Ahora podemos decir que Maduro está tomando algunas tibias medidas que marcan la fortaleza del Gobierno, con más orientación política. Estamos superando problemas en tres áreas fundamentales: en el área del mando único. En segundo lugar, una dirección política que oriente el sistema de distribución. Por otra parte, el partido (PSUVE) está revitalizando los CLAPs [2] y la potenciación de una estructura social en la calle que respalde las decisiones del Gobierno. Estas son las señales que direccionan políticamente el proceso hacia el Socialismo.

Notas:
1. Petróleos de Venezuela S.A.
2. Comité Local de Abastecimiento y Producción

Publicado en el Nº 299 de la edición impresa de Mundo Obrero octubre 2016

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