El Secretario de Estado de Administraciones Públicas afirma que las subidas salariales de las y los empleados públicos estarán ligadas a la productividad y no al IPC. Para CGT-CAT el sistema de productividad es tramposo, inestable, no consolidable, provoca enfrentamientos y enrarece el ambiente laboral.
En declaraciones a Expansión, el pasado 10 de octubre, el Secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, dice:..."se ha puesto fin a las subidas salariales en base a la inflación". Este señor que nos pidió, cuando tomó posesión de su cargo, "más humildad y responsabilidad" amén de sugerir que "nos olvidáramos del cafelito y de leer el periódico", hace gala, con estas declaraciones, de todo lo contrario a aquello que predica, su ignorancia e irresponsabilidad es manifiesta. Señor Beteta, llevamos lustros sin que nuestras retribuciones -según el absurdo neo término que acaban de sacarse de la manga- estén indexadas al IPC. Cuando las subidas existían, lo habitual era que estas fueran un 2%, aunque el IPC fuera del 4, del 5 o del 425. Claro que otras retribuciones en forma de productividades y complementos varios logran para su caso y el de otros altos cargos, un cómodo colchón sobre el que indexar su torturada espalda.
Peor aún, ahora nos habla de subidas en el complemento de productividad, fatídico complemento que solo engorda el bolsillo de los altos cargos. Se cargaron la Ley 30/84 que limitaba las diferencias salariales a un 300%, que ya está bien, y las distintas productividades solo han servido para disparar esas diferencias que ahora alcanzan, en algunos casos, más del 1000%.
Se nos vendió, por parte de los sindicatos colaboradores, este concepto retributivo como una forma de mejorar nuestras retribuciones y el resultado es que estamos ante un concepto tramposo, inestable, no consolidable en la extra, que provoca enfrentamientos y enrarece el ambiente laboral.
La productividad es un concepto salarial que no tiene sentido en la Administración Pública. Su propia naturaleza establece que es una retribución complementaria, no consolidable, sujeta a demasiada subjetividad, poco ligada al trabajo real y demasiado al nivel.
La principal fuente y excusa de la productividad es elcumplimiento de objetivos. Unos objetivos que en Seguridad Social se tienen que inventar y así establecen en forma deporcentajes y ratios difusos y difícilmente entendibles en una Administración Pública. Lamejora del servicio no se contempla, su externalización/privatización sí. Quienes trabajamos en los servicios públicos tenemos eldeber de servir lo mejor posible a la ciudadanía y si ese es nuestro deber,nuestra supuesta “producción” se nos tiene que presumir siempre.
Todo lo que dice este señor va en contra nuestra: "estamos avanzando en materias que tienen un impacto importantísimo de salud laboral, prevención de riesgos laborales, igualdad de oportunidades...Haremos avances en lo que es la filosofía en una retribución por objetivos, en la movilidad funcionarial..."
Habla de salud laboral y su gobierno estudia un nuevo decreto que se carga la mayoría de los comités de seguridad y salud, el órgano encargado de la salud laboral más cercano a los trabajadores, para enviarlo al submundo. Retribuciones por objetivos que siempre apuntan hacia el mismo lugar. Movilidad funcionarial.....pero no vemos concursos anuales que faciliten movilidad alguna.
Su obsesión por la monserga neoliberal es palmaria, repite y repite términos como laproductividad, la competitividad, el mercado, la desindexación… que lo único que buscan es que los servicios públicos se rijan por las leyes de la economía de mercado, quieren que los derechos sean productos de consumo y que nuestra función sea la de comerciales que venden esos productos ya desnudos de todo suvalor social, de su condición de derecho de ciudadanía. Y, de paso, sumandodegradación a nuestras condiciones laborales y salariales.
Que nos vendan esto como moderno ya no cuela. La productividad del señor Beteta y del gobierno que le sustenta hace tiempo que es negativa.
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