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EL TRANSITO A LA UNIFICACION ALEMANA NO FUE PENSADO CON CALMA

César Olhagaray es uno de los pocos artistas hispanoparlantes que en 1990 fue seleccionado para pintar la East Side Gallery del Muro de Berlín. DW-WORLD lo entrevistó.

Hace 19 años el artista chileno César Olhagaray leyó un aviso en el diario que convocaba a artistas para pintar murales en el Muro de Berlín. Presentó sus bosquejos y fue seleccionado junto con otros 118 artistas en un concurso público para participar en el proyecto East Side Gallery. Una galería al aire libre de 1.300 metros de largo ubicada en lo que una vez fuera la frontera que separaba la Alemania Occidental de la Oriental. El tiempo pasó y la contaminación y graffiteros hicieron estragos en las 105 obras símbolo de la libertad y los derechos humanos, dejándolas casi en ruinas. Todas las pinturas de la East Side Gallery serán renovadas por los artistas originales. Este monumento nacional será reinaugurado en noviembre próximo para celebrar el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín. Olhagaray finalizó hace tres semanas sus trabajos de remozamiento de 16 metros del Muro de Berlín. Deutsche Welle conversó con el artista.
DW-World ¿Cómo fue que llegaste a Berlín?
César Ohlagaray: Yo llegué a Alemania porque fui víctima de la dictadura de Pinochet. En Chile estuve preso en el campo de concentración del Estadio Nacional. A los 4 meses de estar allí Francia negoció mi libertad y me fui a vivir a ese país. Sin embargo después la República Democrática Alemana (RDA) me invitó a terminar mis estudios. Así fue como llegué a Alemania para seguir estudiando en la Academia de Artes de Dresden. Finalmente no sólo obtuve un diploma, también una familia, hijas y nietos. En 1988 me traslado a Berlín por asuntos de trabajo antes de la caída del Muro. Desde esa fecha hasta ahora que vivo en Berlín.
¿Por qué quisiste pintar el Muro de Berlín en los años 90 ?
El gusto de pintar muros surge de mi lado artístico y político, antes del golpe fascista en Chile. Durante la Unidad Popular o gobierno de Allende existió un movimiento político de graffitis llamado Brigada Ramona Parra. Yo era del aparato de diseño y arte de ese movimiento de graffitis. Llenamos todo Chile de murales y me desarrollé como pintor de murales callejeros. Yo soy un profesional del mural. No solamente quedó como un juego de juventud. Incluso después hice algunos proyectos en la RDA. En Berlín tengo una docena de murales en edificios públicos. Así que cuando cayó el Muro fue muy natural el impulso de pintarlo.
En Chile fuiste integrante de la Brigada Ramona Parra, que apoyaba los contenidos del gobierno de Allende y viviste en la Alemania socialista. ¿Cómo alguien que tenía lazos con la RDA pinta un muro que está a favor de la Perestroika?
Estoy muy agradecido por la solidaridad y la acogida que nos dio tanto el gobierno como el pueblo mismo de la RDA. Fuimos muy bien recibidos. Estudié gratis con todas las comodidades que pude haber tenido y también sentía que la población vivía muy bien, comía muy bien y tenía los problemas materiales básicos resueltos de salud, vivienda y transporte. Solamente criticaba la falta de libertad política y de movimiento. Yo no era un militante de la Perestroika pero mis pensamientos en parte coincidían con ese movimiento. Mi cuadro en el Muro de Berlín a diferencia de muchos otros es bastante crítico de la situación global que estaba viviendo en esa época. Es un cuadro colorido y de formas volumétricas típicas de los reclames de publicidad. Sin embargo yo rompo en mil pedazos ese mundo materialista, hiperrealista e hipercolorido, donde los humanos son mitad cemento y mitad cuerpo. Se puede observar un animal prehistórico con cabeza de televisor y una máquina que está moliendo un cuerpo humano. Es un mundo bastante apocalíptico y monstruoso. El cuadro se llama Los primitivos de la computación y es un llamado de alerta porque dependemos totalmente de la tecnología y nos comunicamos más por Internet, celular y televisión, que personalmente. Ya somos unos monstruos y no nos damos cuenta.
¿Cómo viviste la caída del Muro de Berlín?
Yo llegué a la Alemania democrática con la idea de vivir en socialismo. Durante 15 años fui observando la RDA y me dí cuenta que no era el estilo de socialismo que yo una vez imaginé.
A mitad de los años 80 me encaucé rápidamente en el movimiento de la Perestroika, incluso participaba activamente en un movimiento donde los artistas de la RDA proponían cambios dentro del socialismo. Nosotros queríamos un socialismo más justo y democrático. Cuando cayó el Muro tenía emociones muy contradictorias. Por un lado estaba a favor de la caída del Muro porque encuentro inhumano todo tipo de muros que dividen a pueblos enteros y estaba muy contento que los alemanes se pudieran volver a unificar. Como chileno fui puesto al otro lado de la frontera. Me echaron de Chile y en la RDA mi familia no podía salir. Es decir tengo ambas experiencias y por eso soy un activo pensador de la libertad, de la democracia y justicia social. Esa era la parte positiva que tenía a favor de la caída del Muro. Por otra parte era triste ver como el socialismo se farreaba una posibilidad histórica por culpa del sistema dictatorial.
¿Cómo ves ahora lo ocurrido, casi 20 años después? ¿Cómo ves aquel momento histórico?
Como un momento irracional, de euforia y de sentimientos impulsivos por parte de los alemanes que estaban contentos de unirse pero que a la postre llevó a algunos desastres. En general la gente que vivió en la RDA no siguió este movimiento del nuevo pensar y de cambiar la RDA por un socialismo democrático, moderno y ecológico. Sino que optaron por los partidos de derecha representantes del capitalismo. En mi cuadro eso lo manifiesto muy bien. Puedes ver los burócratas del aparato de poder de la RDA representados por las cabezas de cemento con los cuellos torcidos. Los alemanes le dicen cuellos torcidos a la gente que va donde más calienta el sol. En la RDA toda la gente que marchaba hacia un socialismo real cuando cedió el Muro empezaron a marchar hacia un capitalismo real. Entonces todos los bienes que habían trabajado en la RDA a nivel estatal y a nivel industrial fueron liquidados por los monopolios de las empresas occidentales. Casi no hubo empresa que sobreviviera. Los capitales occidentales arrasaron y compraron a precio de huevo toda la RDA. La gente de poder de Alemania domina lo que antes fuera la Alemania Oriental. Además los alemanes de la ex-RDA siguen manteniéndose en segunda clase porque hay mas cesantía, los sueldos son más bajos y el nivel de vida material sigue siendo más bajo que en Occidente. Ahora con el tiempo se nota más y la frontera sigue existiendo desde un punto de vista social, cultural y económico. El tránsito a la unificación no fue pensado con calma. Fue una entrega total al Occidente y por eso que hay más gente de izquierda y nazis en el lado oriental, producto del descontento y la desilusión.
¿Qué significa para ti estar en el Muro?
Fue muy importante que se haya hecho esta acción llamada East Side Gallery. Gracias al proyecto ese pedazo de muro se rescató y lo designaron monumento nacional. Quedando no sólo como objeto arquitectónico de cemento sino como documento de lo que fue el muro. Aquí se pueden observar las distintas emociones que tuvieron los alemanes en esa época. Nosotros los artistas documentamos emociones.
¿Qué relación tienes con Berlín?
Berlín me gusta porque hay mucho pluralismo y además tiene vestigios de historia universal por las guerras mundiales. Asimismo es un centro político, financiero y cultural. No hay otra ciudad con tantos teatros, galerías y eventos artísticos como Berlín. A semejanza de Nueva York es una isla dentro de su propio país. El pluralismo es tan especial que el 30 por ciento de la población está compuesta por inmigrantes. Además hay una serie de eventos desde el punto de vista de la liberación tanto de la mujer como de los gays. Por ejemplo hay unos maratones en patines donde corren 10.000 lisiados y existe el Carnaval de las Culturas donde se pueden expresar las minorías. Berlín es una ciudad muy interesante.
Autor: Pamela Schulz

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