Tel Aviv. Hora del almuerzo. El día de verano está limpio, sin nubes; el sol irradia su calor habitual, sin conceder tregua alguna. De pronto, el hospital de Ijilov, situado en el centro, tiembla. El suelo se tambalea. En un restaurante cercano, alguien ha activado la carga explosiva que llevaba en el torso y explotando en mil pedazos, segando la vida de 19 personas e hiriendo un número en un primer momento indeterminado. El personal del hospital, que observa la columna de humo dejada por el kamikaze, se prepara rápidamente para recibir a los heridos y tratar de salvar todas las vidas posibles.
Entre los médicos de Ijilov que trabajan a ritmo frenético está el cirujano árabe Amín Jaafari, que además de residir en Tel Aviv es ciudadano israelí. Mientras se desvive con cada camilla que sale de las ambulancias, Jaafari no sabe que el ataque terrorista que acaba de tener lugar cambiará su vida para siempre: en unas horas la Policía vendrá a contarle que su mujer está entre los fallecidos en el restaurante; y no como víctima, sino como asesina.
Así comienza una historia que intenta delinear todas las variables que confluyen en el conflicto entre israelíes y palestinos, pero no lo consigue.
El atentado es una novela del argelino Yasmina Khadra, posteriormente llevada al cine por el libanés Ziad Doueiri. Ahora, los franceses Loïc Dauvillier y Glen Chapron han adaptado este triste y desesperanzador relato al cómic.
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