Una trabajadora de la empresa Avicu sintetiza con su dolor e ira lo que está ocurriendo en cientos de miles de familias
inSurGente.- Cientos de trabajadores impidieron que el empresario que les adeuda cinco nóminas salga de los juzgados El empresario alcarreño Jesús María Saboya (en la foto), tuvo que permanecer resguardado en los juzgados de Guadalajara durante nueve horas, ante la presión ejercida por cientos de trabajadores de la empresa avícola Avicu, que se concentraron en las puertas del edificio judicial, exigiendo el pago de cinco nóminas atrasadas. Se trata de una empresa con 450 obreros. En el video, al que pueden acceder en “Leer más”, podrán ver lo sucedido y unas declaraciones de una trabajadora que, en apenas catorce segundos, sintetiza el estado de las cosas, la situación por la que atraviesan cientos de miles de personas.Agencias/ inSurGente.-
Todo comenzó pasadas las 9 de la mañana, cuando Saboya comparecía para testificar en una querella contra él impuesta por la Hacienda Pública por impagos de impuestos. Los trabajadores, sabedores de su citación, rodearon el edificio, custodiando las dos únicas puertas de salida del mismo.
Los ánimos se fueron caldeando hasta que a las 12.00 la Policía trató de evacuar a Saboya. Pero fue imposible. Los trabajadores comenzaron a lanzar piedras, huevos y otros objetos; a abalanzarse contra el empresario, llegaron a golpearle con virulencia, al menos dos veces, y los efectivos policiales se vieron impotentes, y decidieron resguardar de nuevo a Saboya en el edificio.
Finalmente, a las 17.45, y aprovechando la relajación de los concentrados, un fugaz operativo de los antidisturbios logró crear un cordón de seguridad junto a la puerta del garaje del edificio, momento en que evacuaron al empresario.
La ira de los obreros se dirigió entonces hacia los policías que habían preparado el dispositivo, a los que acusaban de "proteger al delincuente", momento en que la tensión alcanzó el punto álgido, y los agentes comenzaron a disparar sus armas de fogueo, y a utilizar con contundencia las porras. Se vivieron algunas escenas dramáticas, y la situación se saldó con varios heridos leves.
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A los que hay que denuinciar ES A LOS POLICIAS Por defender a los delicunetes y a los que hay que acosar es a sus familiares de los policias para que se enteren lo que es estar sin cobrar y sin tener que dar de comer a tus hijos, haber si estos energunmenos se enteran de juna puñetera vez que sun unos traidores y los perros guardianes del capital.
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