Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Sufrieron un recorte de hasta el 44 por ciento tras la disolución de la RDA.
Un tribunal denegó aumentar las pagas a los ex trabajadores de la policía política de la RDA. Sus pensiones están en la media de los jubilados de la extinta Alemania Oriental, tras sufrir recortes del 44 por ciento.
No habrá pensiones más elevadas para los jubilados de la Stasi, la siniestra policía política de la extinta República Democrática Alemana (RDA). Así lo ha decidido un tribunal berlinés, en respuesta a la reclamación presentada por la viuda de un antiguo agente. La mujer pretendía que la corte revocase la sentencia que en su día recortó las pensiones de los ex trabajadores del Ministerio de Seguridad de Estado (MfS) de la RDA hasta un 44 por ciento.
En la actualidad, se calcula que hay alrededor de 100.000 personas en toda Alemania, entre ex miembros de la Stasi o viudos y viudas de los mismos, que perciben pagas como contraprestación por los años de servicio en la policía secreta. Su pensión se sitúa en el mismo nivel de lo que perciben de media los jubilados de la antigua Alemania Oriental.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Museo de la Stasi en Berlín.
De hecho, si no fuera por la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional Federal en 2004, aún percibirían menos. Hasta que hace cuatro años la corte con sede en Karlsruhe aprobó elevar las pensiones de los ex miembros de la Stasi hasta la media de la extinta RDA, sus pagas se situaban en un 70 por ciento del nivel medio de la antigua Alemania del Este tras el recorte sufrido después del desmantelamiento de la policía política. En aquel momento, se decidió rebajar los emolumentos de los ex miembros de la Stasi al considerarlos desmesurados.
Sueldos desmesurados
Sin embargo, son muchos los beneficiarios de dichas pensiones que en los últimos años se han movilizado para recuperar su antiguo estatus. Se calcula que hay en marcha unos 150 procesos en todo el país. Afirman, en contra de lo acordado en su día por el Tribunal Constitucional y ratificado ahora por el Tribunal Social de Berlín, que las rentas que perciben no se ajustan a lo que deberían.
Argumentan que los sueldos que percibían durante la época de la RDA no eran "exagerados", como afirman las sucesivas sentencias, y que se situaban al mismo nivel que el de los miembros del Ejército o del Ministerio del Interior de la Alemania Oriental. Sin embargo, los jubilados de estas dos instituciones sí que perciben una pensión más alta en la actualidad, según la versión del abogado de uno de los afectados.
Lo cierto es que, según el informe del Tribunal Social de Berlín, los salarios de los miembros de la Stasi superaban a la media de la RDA en un 172 por ciento en 1950 y en un 59 por ciento en 1988, apenas un año antes de la caída del Muro de Berlín. Ni el Ejército ni el Ministerio del Interior, ni siquiera trabajadores bien pagados de determinadas ramas de la industria, como el metal o la energía, alcanzaban en aquel entonces los sueldos de la Stasi.
Trabajadores privilegiados
De hecho, según la nueva resolución judicial, el informe elaborado sobre la estructura salarial del Ministerio de Seguridad de Estado (MfS) "constata" el "privilegio" de que disfrutaban los trabajadores de la Stasi. La sentencia va más allá y afirma que "los salarios más altos de la Seguridad servían al poder político". El informe, por ejemplo, cifra los sueldos de la policía política un 20 por ciento por encima de los percibidos por el Ejército.
La sentencia de la corte berlinesa, sin embargo, no pone aún punto final al proceso. El tribunal ha decidido elevar la causa al Tribunal Federal de Asuntos Sociales, con sede en Kassel, para que decida al respecto. Se calcula que los ex trabajadores de la Stasi cobran de media una pensión de 1.400 euros mensuales. Si prosperaran sus reclamaciones, podrían llebar a percibir hasta 4.000. Mientras tanto, las víctimas de la RDA, que en la actualidad reciben unos 250 euros de renta por parte del Estado, observarán a buen seguro con perplejidad cómo evoluciona el proceso.
Emili Vinagre
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