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Mucho ha cambiado en #Madrid

EN EL AYUNTAMIENTO SE ESTÁ LLEVANDO A CABO UNA ESCRUPULOSA AUDITORÍA DE LA DEUDA PÚBLICA ADQUIRIDA POR LOS GOBIERNOS ANTERIORES
Nuestra máxima prioridad es gasto social, reequilibrio territorial, educación, transporte, medio ambiente, cultura, solidaridad social...
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Más de dos décadas ha gobernado el Ayuntamiento de Madrid el Partido Popular y la herencia, esa de la que no quieren hablar, se puede resumir fácilmente: una ciudad atrapada por una descomunal deuda cuyo origen siguen queriendo ocultar a la gente y que ha sido acumulada con intereses claramente alejados de las necesidades generales. Mastodónticas infraestructuras ligadas al sueño olímpico de unas élites que cumplieron de esa forma el sueño de las grandes empresas que las ejecutaron y los de las entidades bancarias que las financiaron.

La deuda municipal de Madrid medida en términos de Protocolo de Déficit Excesivo (que no incluye la deuda comercial) llegó a suponer en el punto más álgido el 17% del total de la que soportaban las corporaciones locales. Evidentemente supone una brutal sobredimensión ya que duplicaba la repercusión que por su población debería tener Madrid. Y no fue fruto del azar sino como resultado de una gestión política nefasta para la mayoría social.

Las consecuencias las pagamos todos y todas. Porque esa ciudad idílica que nos pintaba Ana Botella estaba sobre asentada sobre esa enorme deuda cuya devolución absorbía ingentes recursos públicos. En su último año en Cibeles, el año 2014, la cuarta parte de los ingresos corrientes totales de Madrid se destinó a hacer frente a la carga de la deuda (amortización e intereses). Y eso no era neutro ya que suponía que por cada euro destinado a actuaciones de protección y promoción social, se dedicaban cuatro a gastos financieros y a amortizar la deuda. En los años en los que más efectos nocivos causaba la crisis capitalista a las clases populares, las administraciones públicas y, expresamente Madrid, dejaban tirados a los que en peor situación se encontraban. Ejemplo claro de esto fue la venta de vivienda social a los fondos buitre en la que se puso de manifiesto de forma clara la subordinación de la gente y sus necesidades a los acreedores financieros.

Pero la llegada al gobierno de Ahora Madrid, en la que participa Izquierda Unida, ha cambiado de forma radical la situación con la que abordamos la deuda de la ciudad. Por eso, aprobamos un Plan Presupuestario a Medio Plazo que permite conocer el marco en el que se elaborarán los presupuestos de los tres próximos años, del 2017 al 2019. Este plan parte de la convicción de que existe una situación de emergencia social en la ciudad de Madrid que el Ayuntamiento debe combatir a través de sus políticas públicas mediante un fuerte incremento de la inversión real y del presupuesto destinado a políticas sociales y a servicios al ciudadano. Mientras que el promedio de los gastos no financieros para los años 2012-2015 alcanzó los 3.518 millones de euros, nos hemos comprometido a elevarlo en los años 2016-2019 a 4.090 millones de euros, un 16,2% más. Este incremento se realizará en todas las partidas excepto en la de gastos financieros, donde el promedio para 2016-2019 será de 160 millones de euros menos que el promedio para los años 2012-2015, lo que supone una significativa reducción del 50,3%. Éste es un cambio muy importante ya que se deja de destinar muchísimo dinero público a pagar a acreedores financieros y permite que ese dinero se destine a las necesidades de la mayoría social y no sólo a las de una minoría privilegiada.

Las partidas de gasto que más aumentarán son: inversiones reales (un 115,1% más que en los cuatro ejercicios anteriores), gastos en bienes corrientes y servicios (un 15,7% más), gastos de personal (un 12,1% más), y transferencias corrientes (un 29,5% más). Todos los incrementos de gasto están justificados por su necesidad social y económica, ya que se trata de remuneraciones para personal del Ayuntamiento de Madrid y sus organismos, de gastos del funcionamiento de la ciudad, alumbrado, agua, limpieza, manteniendo colegios, cuidado de parques y jardines, ayudas y subvenciones que el Ayuntamiento concede a otras instituciones y personas como ONG, asociaciones, clubs y las aportaciones a sociedades públicas. En los tres años siguientes se gastará más pero mejor.

No se trata sólo de previsiones porque estamos demostrando con hechos que lo que decimos es posible. En este año no se han incrementado todas las partidas presupuestarias. Se ha disminuido notablemente el gasto en arrendamientos de edificios y otras construcciones (7,3 millones de euros) cuya razón de ser era asegurar el negocio a determinadas empresas privadas, en adquisición de suelo e inversión en edificios (9,3 millones) y en retribuciones monetarias a altos cargos, eventuales y personal directivo (1,7 millones).

Y para hacer nuestras políticas hemos decidido que no vamos a pedir ni un euro a las entidades bancarias. Vamos a financiar las políticas públicas con nuestros propios recursos y no vamos a hipotecar a los madrileños y madrileñas con más deuda. Antes bien, la estamos reduciendo a un ritmo considerable. En nuestro primer año de gobierno hemos reducido la deuda en 1.074 millones de euros lo que supone una disminución del 19% y eso después del cambio radical de prioridades a la hora de hacer frente a las necesidades de la gente. Mientras eso ocurría, la Comunidad de Madrid presidida por Cristina Cifuentes la incrementaba en 3.094 millones de euros, casi un 12% más en el último año. Sin comentarios.

Auditoría de la deuda

Al mismo tiempo, en el Ayuntamiento se está llevando a cabo una escrupulosa auditoría de la deuda pública adquirida por los gobiernos anteriores para dilucidar si alguna parte de la misma fue contraída de una forma ilegal o incluso ilegítima. Si así se determinase, tomaríamos las decisiones pertinentes para revertir la situación.

Nuestra estrategia va a continuar en la misma línea: Máxima prioridad en nuestros presupuestos a las partidas que garantizan el máximo nivel de bienestar de los habitantes: gasto social, reequilibrio territorial, educación, transporte, medio ambiente, cultura, solidaridad social, y una larga relación de medidas que persiguen el desarrollo personal de nuestros vecinos y el desarrollo social de nuestras comunidades. Y todo ello con una reducción de más del 51% de la deuda que nos encontramos ya que acabaremos la legislatura con 2.900 millones de euros menos que la que existía en junio de 2015.

Están nerviosos claro. Porque demostramos que otra política es posible. El objetivo irrenunciable es poner los recursos al servicio de la mayoría social madrileña. No duden que lo conseguiremos.

Publicado en el Nº 299 de la edición impresa de Mundo Obrero octubre 2016

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