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PROGRAMA DEL PCPE PARA LAS ELECCIONES EUROPEAS DE 2014

  1. CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LA UE
    1. - Concentración y centralización del capital. Dictadura de los monopolios
La UE es el producto natural del desarrollo del capitalismo europeo, en su fase imperialista. Esta fase imperialista sufre un salto cualitativo al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las potencias capitalistas europeas tienen que competir con el reforzado imperialismo yanki por un lado, y con la Unión Soviética -victoriosa en su lucha contra el nazi-fascismo- por otro, y que construía un sistema social bajo la dirección de la clase obrera por primera vez en la Historia.
El capital, en su desarrollo histórico, tiende a la creación de monopolios; desaparece la libre competencia capitalista y ese capital, altamente concentrado, impone sus leyes de forma más dictatorial que nunca. Este capital monopolista va adaptando el sistema de dominación a sus particulares exigencias y necesidades: ampliar los mercados, romper las barreras proteccionistas de producciones locales, control total del crédito, abastecerse de materias primas en cualquier lugar del planeta.
Así nace el Mercado Común, como respuesta a estas necesidades imperiosas del capital desarrollado. Los grandes monopolios se disputan el mundo, y someten a la clase obrera internacional a una brutal explotación para garantizarse la ganancia. En la sociedad capitalista el alto desarrollo de las fuerzas productivas aumenta su capacidad de elaboración de mercancías, al tiempo que bajan sus salarios y, también, la seguridad en el empleo.

Una férrea dictadura, impuesta por una reducida oligarquía monopolista, se disfraza detrás de la supuesta modernidad de la UE.
    1. - Privatizaciones
La propaganda ideológica de la burguesía mantiene un sostenido combate contra la esfera de lo público, para desprestigiar la garantía colectiva de servicios esenciales para el individuo y para la comunidad.
El objetivo de esta intensa campaña contra lo público no es otro que abrir nuevos lugares para la acumulación de capital. En este caso la necesidad ineludible del uso de esos servicios coloca a disposición de los capitalistas una clientela cautiva (sanidad, educación, abasto domiciliario, suministro eléctrico, servicios sociales varios, etc.). Así los capitalistas tienen garantizado el control absoluto de un mercado que paga en efectivo y en plazo, pues en caso contrario de forma implacable se corta el servicio.
Son los grandes monopolios quienes controlan todos estos procesos de privatización, que lo reciben a precio de saldo por mediación de los gobiernos a su servicio.
La empresas que controlan los sectores privatizados quedan en una situación privilegiada, con una clientela garantizada, haciendo de nuestras necesidades más básicas elemento subordinado a la acumulación de capital.
La práctica demuestra que estos servicios básicos, bajo el control absoluto de los monopolios, incrementan su precio de forma continuada, y no garantizan la calidad, al estar subordinados a la ganancia capitalista y no a la satisfacción de las necesidades sociales.
Esas son las consecuencias de las políticas privatizadoras que impone la UE, para garantizar la ganancia de los grandes monopolios.
    1. - Contrarreformas laborales
La Unión Europea nace para administrar los negocios comunes de los monopolios europeos, mejorar su posición en la pugna interimperialista y organizar el despojo a la clase obrera elevando la tasa de explotación, para mantener su cuota de ganancia en las condiciones de descomposición y crisis general del capitalismo.
Los gobiernos burgueses de la Europa imperialista desregulan las relaciones laborales a marchas forzadas bajo directrices de la Comisión Europea. Coincidiendo con el inicio de la actual crisis, en su Comunicación al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, de 27 de junio de 2007, la Comisión formuló los denominados "principios comunes de la flexiguridad: más y mejor (!) empleo mediante la flexibilidad y la seguridad".
La implementación de estos "principios comunes" fue desarrollada en las sucesivas contrarreformas laborales de los gobiernos burgueses, tanto de la derecha dura como de la socialdemocracia apuntalada por el reformismo, y las consecuencias que han tenido y siguen teniendo sobre la cantidad y la calidad del empleo son sobradamente conocidas. Abaratan la mano de obra ya sea por la vía de la contratación precaria, ya por la modificación de la regulación laboral mientras dura el contrato o bien por el abaratamiento del despido mediante multitud de normas que han conseguido que despedir sea cada vez más fácil y barato para los empresarios. Se abaratan los costes de producción rebajando el precio de la fuerza de trabajo por debajo de su propio valor de reproducción (siempre la clase obrera ha cobrado mucho menos del valor de lo que produce; la novedad es que ahora cobra incluso por debajo de lo que necesita para vivir). El aumento de la competitividad y la productividad de las empresas monopolistas se consigue destruyendo masivamente fuerzas productivas y arrojando al paro y a la miseria a decenas de millones de personas en toda Europa.
La normativa laboral europea, y en aplicación de sus “principios comunes” la última contrarreforma laboral del gobierno español capitalista “moderniza la legislación laboral implementando un conjunto de medidas que procuran aumentar los márgenes de decisión empresarial en la gestión de la mano de obra contratada”. Las medidas que supuestamente modifican los derechos y obligaciones de empresas y trabajadores, en realidad tan sólo destruyen derechos de los trabajadores/as y allanan el camino a la dictadura absoluta de la patronal. La única ley que queda a salvo es la del Máximo Beneficio. La destrucción del derecho laboral se acompaña de la criminalización de la lucha obrera y la persecución patronal y del estado contra sus organizaciones clasistas y dirigentes de mayor combatividad.
    1. - Dictadura del capital. Estado policial
Las clases dominantes son conscientes de que este grado creciente de explotación y opresión, sobre la mayoría social que es la clase obrera, produce un generalizado descontento de sectores cada vez más amplios de la clase obrera y otros sectores populares. Que en estas condiciones, de incremento constante de la violencia sistémica, se generan procesos de toma de conciencia que catalizan en el avance del Partido de la clase obrera y de prácticas sindicales de clase, se incrementa la lucha de masas con orientación clasista y el Partido Comunista progresivamente gana capacidad de liderazgo en la lucha de clases.
Un avance generalizado de estas tendencias, que ya se expresan visiblemente, constituye una temida amenaza para los intereses de la burguesía, y de su fracción superior la oligarquía. Por ello el actual sistema de la dictadura del capital no solo promueve toda una batería de nuevas legislaciones antiobreras, sino que va dando nuevas formas a sus instrumentos de ejercicio de la violencia y la represión directa contra la clase obrera.
Los distintos cuerpos de policía cuentan con avanzados sistemas de captación de información sobre las organizaciones obreras, sus estructuras y sus dirigentes de mayor cualificación. Esta información es procesada y archivada con procedimientos de la máxima eficacia que, prácticamente, les permiten conocer en cada momento los planes y capacidades de estas organizaciones políticas y sindicales. Todo ello con el objetivo de reprimirlas y/o anularlas en un determinado momento de avance de la lucha de masas.
La UE ha desarrollado una frenética actividad en este terreno, legislando sobre las empresas de comunicación, obligándolas a dejar sus bases de datos abiertas a los servicios secretos policiales, e imponiéndoles la obligación de archivar todas las comunicaciones por al menos dos años. Sin que haya ninguna garantía sobre el uso que se da a esos archivos, y de que al final de ese plazo los mismos sean destruidos.
Por ello en la UE no existe ya ninguna privacidad en las comunicaciones, ninguna libertad en las comunicaciones. Nuestros ordenadores personales son monitorizados desde los sistemas policiales centrales, e incluso manipulados a su conveniencia para crear todo tipo de trampas inculpatorias. La Europol, el Frontex, el CNI, etc., son organizaciones del terrorismo de estado de alta capacitación en su objetivo contrarrevolucionario.
Estas formas de control y espionaje policial, en tiempo real continuo, son una necesidad del imperialismo, en su temor constante ante el avance de las posiciones revolucionarias que le han de dar muerte, avanzando hacia la revolución y la construcción de la sociedad socialista. Inútil intento de parar la Historia, que -de forma transitoria- solo llevará más represión y sufrimiento a la clase obrera, pero que no podrá parar el desarrollo histórico, y la muerte y destrucción del capitalismo.
La estructura organizativa del Partido Comunista, sustentada en el centralismo democrático, es la herramienta más eficaz para luchar contra esta estrategia represiva de la burguesía, y se constituye en el elemento determinante de la lucha de clases.
    1. - Pugna interimperialista
La Unión Europea es una alianza de Estados con un nítido carácter imperialista. Esto significa que la UE existe, fundamentalmente, para defender y promover los intereses de las grandes empresas -los monopolios-, en todo el mundo: abrir nuevos mercados, fortalecer su posición en los mercados en los que ya están presentes, así como maniobrar para contar con gobiernos afines en otros países. El reciente caso de Ucrania es un claro ejemplo de la política imperialista de la Unión Europea, pero también lo han sido las intervenciones militares en África (Mali, República Centroafricana, el Sahel) o las operaciones “de protección” de los pesqueros europeos que esquilma el mar en Somalía, por citar sólo algunas muestras.
En su búsqueda por lograr las mejores condiciones para los monopolios con base en sus Estados miembro, los intereses que defiende y promueve la Unión Europea chocan con los de otras potencias que buscan promover y defender los intereses de sus propios monopolios. Así, somos testigos de cómo la UE y los Estados Unidos pugnan por obtener una mejor posición en África, en Oriente Medio o en los países de la antigua Unión Soviética. Pero, al mismo tiempo, la UE se enfrenta a potencias como Rusia o China por el control de recursos naturales esenciales para mantener el nivel de desarrollo capitalista y las rutas de transporte del comercio internacional.
Estos enfrentamientos son en ocasiones comerciales o diplomáticos, pero en otros momentos son de carácter militar, lo que puede desencadenar una nueva conflagración a nivel mundial cuando las contradicciones entre las potencias imperialistas lleguen a un punto de suficiente tensión.
    1. Guerra imperialista. OTAN
El imperialismo necesita la guerra para sostenerse. Desde inicios del siglo XX, el recurso a guerras enormemente destructivas ha ido en aumento, imponiendo a los pueblos sacrificios inmensos y sometiendo a grandes masas a crueldades y crímenes de una violencia que no hace más que crecer. Primera y segunda guerras mundiales, guerras por el mantenimiento de las colonias y guerras contra los pueblos de China, Corea, Vietnam, Irak, Yugoslavia, Afganistán, Libia, Costa de Marfil, Mali, Siria o República Centroafricana son los ejemplos más sobresalientes de la agresión permanente del imperialismo contra los pueblos, su soberanía y su derecho a la emancipación.
La Unión Europea, Estados Unidos y las otras potencias imperialistas necesitan la guerra para dirimir las contradicciones interimperialistas en la disputa de materias primas, energía, rutas de transporte o mercados. El antagonismo entre los grandes monopolios, dueños de los Estados capitalistas y todas sus instituciones, conduce a intervenciones y guerras. La OTAN es el principal instrumento militar colectivo del capital en la Unión Europea y, en consecuencia, juega un papel protagonista en los conflictos y guerras que el imperialismo impone a los pueblos.
    1. - El futuro de la UE: dictadura, violencia, desigualdad y explotación
El futuro de la UE -mientras la clase obrera no revierta estas tendencias con su lucha revolucionaria- será de un incremento de las formas más evidentes de la dictadura del capital: prohibición de partidos revolucionarios, incremento del estado policial y del control absoluto del espacio público, represión de la movilización social, espionaje y control universal de toda la población, reducción de los derechos laborales, arrasamiento de la negociación colectiva, cultura alienante e idiotizante desde los medios de comunicación de masas del sistema, desigualdad creciente con un empobrecimiento generalizado de la clase obrera y los sectores populares frente a una reducida oligarquía infinitamente enriquecida, políticas migratorias cada vez más criminales, asesinato selectivo de dirigentes de la lucha de masas, cárcel y tortura para toda disidencia social y política, etc.
El intento desesperado del capital por tratar de revertir la caída de la tasa de ganancia le llevará, de forma desesperada, a acentuar todos sus mecanismo de violencia hasta el paroxismo.
La clase obrera no tiene ningún futuro en esa alianza imperialista. Solo la lucha revolucionaria de masas puede dar un futuro a la clase obrera, a la juventud y a la mujer obrera doblemente oprimida.
Por ello el futuro tiene que ser la salida de la UE y la construcción del poder obrero y el socialismo.
  1. CONSECUENCIAS PARA LA CLASE OBRERA, EUROPEA Y ESPAÑOLA
    1. - Ataque sistemático contra el derecho al trabajo
Las políticas de los distintos gobiernos de la burguesía han tenido un objetivo central compartido: la reducción del derecho del trabajo a su expresión mínima, como paso necesario para la reducción del precio de la fuerza de trabajo. El resultado es evidente: cada vez hay menos clase obrera acogida a los convenios colectivos, las empresas usan por sistema el descuelgue del convenio, y el precio de la fuerza de trabajo comienza -desde 2012- una caída imparable, tanto en el salario neto como en el coste laboral total (pagos a la S.S. incluidos). A esto se suman las rebajas de las pensiones y el aumento exponencial de los contratos basura.
Algunos datos: en dos años se han destruido en España 1.354.644 empleos, reflejo de que la etapa de destrucción de fuerzas productivas aun no ha llegado a su límite mínimo. Por otro lado, en 2013 se firmaron en España 14.792.614 contratos, de los cuales sólo 1.134.949 eran indefinidos (el 7,67%). En eso consiste la llamada, por los “agentes internacionales” flexiguridad: peores condiciones laborales para la clase obrera y facilidades de despido para la patronal. Por utilizar una figura matemática, la lucha de clases es un juego de suma cero: lo que gana la patronal, lo pierde la clase obrera.
Las políticas gubernamentales han provocado una bajada salarial especialmente notable en los tramos de salarios más bajos, que llega hasta el 16%. Según la Agencia Tributaria, por ejemplo, el salario medio en España se situó en 2012 en los 18.601 euros brutos, un 2,62% menos que en 2011. Más aun, en 2013 las rentas del trabajo pasaron de representar un 54% de las rentas totales a un 50%, en igualdad con las rentas del capital, y la tendencia continúa: en otras palabras, la oligarquía cada día se apropia de mayor porcentaje de la riqueza generada por la clase obrera.
Decía Marx que el capitalismo necesitaba la continua creación y mantenimiento de un ejército de reserva que actuara como un elemento “disciplinador” de la fuerza de trabajo. Y eso exactamente es lo que han proporcionado las reformas laborales del PSOE y el PP. La última EPA de 2013 nos habla de 5,8 millones de personas en paro en España (26,03%).
1,8 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro. De esos casi 6 millones de personas en paro, 3,5 millones llevan más de un año en esa situación y 2,3 millones llevan más de dos años. Parece una paradoja pero aunque haya más personas en paro, el Estado paga cada vez menos en Seguridad Social porque a un número cada vez mayor de personas se les acaban las prestaciones sociales.
Hay 686.000 familias en riesgo grave de exclusión porque no tienen ningún ingreso y el capitalismo es incapaz de absorber esa fuerza de trabajo a ningún coste. Un ejemplo, en 2013 visitaron las Islas Canarias un 18% más de turistas que en 2012, pero ese aumento de la entrada de turistas no se ha traducido en una reducción del paro en las Islas por muy bajo que sea el precio de la fuerza de trabajo dedicada a este sector en las Islas.
    1. - Reducción del precio de la fuerza de trabajo. Aumento de la tasa de explotación
El objetivo del capital es valorizarse y valorizarse, posibilitando una mayor acumulación en cada período. Consiguiéndolo sometido a una mayor concentración y centralización y a pesar de las periódicas y persistentes crisis que le afligen. La acumulación es un presupuesto teórico y un hecho histórico incontestable.
La varita mágica que posibilita semejante hazaña es la peculiar explotación a que se ve sometida la clase obrera mediante la extracción de plusvalía relativa. Pero al mismo tiempo es también el punto débil del desarrollo del capital, pues la extracción de la plusvalía relativa se consigue, gracias al aumento de la productividad del trabajo, durante la jornada de trabajo reduciendo la porción de tiempo de trabajo que remunera al trabajador/a (parte necesaria) y aumentando la porción de tiempo de trabajo que se apropia el capital (parte excedente). Este método, si bien sigue rigiendo el desarrollo del capital y su obtención de beneficios, se muestra insuficiente, no crea suficiente plusvalía dado el punto de sobreacumulación, para una remuneración adecuada del capital empleado. Por lo que utiliza más mecanismos:
- Intensificación del trabajo.
- Aumento de la jornada laboral.
- Expropiación de parte del trabajo necesario, o sea pagar salarios por debajo de su valor. 
Mecanismos que instalan a la clase obrera en la miseria. Se le niegan, incluso, las condiciones necesarias para reponer su fuerza de trabajo. Se provoca su agotamiento prematuro y se impide el consumo imprescindible para su mantenimiento.
La UE desarrolla sus políticas migratorias bajo esta determinación. Se utiliza a la clase obrera migrante como fuerza de trabajo que se paga a precio inferior, y se obtiene una cuantiosa plusvalía relativa. Es el caso del empleo agrícola, o en el sector de la hostelería.
Las fronteras se abren o se cierran a la orden de las necesidades del capitalismo europeo, el Frontex y la Guardia Civil disparan según las órdenes de banqueros y monopolios. De una forma más descarnada se demuestra el carácter de mercancía que tiene la fuerza de trabajo en el capitalismo. Decenas de miles de trabajadores y trabajadoras han dejado su vida en los desiertos y en los mares que conducen a las antiguas metrópolis europeas, sin que los gobiernos democrático-burgueses europeos tengan una mínima piedad por este genocidio que ocurre en las orillas y las alambradas de sus fronteras.
    1. - Sanidad, Educación, Servicios Sociales a manos privadas
Como consecuencia de la necesidad de la burguesía de mejorar su tasa de ganancias y de ampliar la captación de plusvalía para mantener el ciclo de acumulación de capital, los servicios públicos básicos para el pueblo están siendo privatizados. Con ello, se pone en manos del capital un inmenso patrimonio social para su explotación con el criterio dominante de hacer negocio.
En el ámbito sanitario, las privatizaciones están excluyendo a millones de miembros de la clase obrera y sectores populares de la atención necesaria en múltiples servicios –siempre los más costosos y que, para su universalización, requieren la intervención exclusiva del Estado-, lo que está provocando el aumento del número de muertes perfectamente evitables.
En Educación, la extensión de la enseñanza privada, estimulada con el trasvase de miles de millones de euros del presupuesto estatal, ensancha cada día la brecha de desigualdad social –dejando los centros públicos para los sectores más pobres y marginales de la clase obrera- y hace ganar casi mil millones de euros anuales al empresariado del sector, destacando la Iglesia Católica. En el ámbito universitario, los obstáculos añadidos con las últimas normativas expulsan de sus aulas a los hijos y las hijas del pueblo.
Los planes privados de pensiones ponen en manos de los grandes bancos ingentes cantidades, con las que especulan y hacen inversiones bajo el exclusivo criterio de aumentar ganancias. La privatización de numerosos servicios de protección social degrada la calidad del empleo, disminuye los salarios y lleva al bolsillo privado otra tajada del erario público.
    1.  Pensiones y edad de jubilación
Todos los componentes del salario indirecto son atacados por las clases dominantes para tratar de remontar su crisis sistémica.
Entre ellos, también, las pensiones. Alargamiento del período de cálculo y del número de años necesarios para el cobro completo de la pensión, aumento de la edad de jubilación y reformas en los mecanismo de revisión anual de las pensiones, son tretas del capitalismo para robarle a la clase obrera esos salarios diferidos que acumuló durante su vida de trabajo activo. Decenas de miles de millones de euros está perdiendo la clase obrera como consecuencia de las sucesivas reformas aprobadas en estos años, tanto en el ámbito de la UE como en España.
Además, se abre un amplio mercado para las aseguradoras privadas, que se introducen en este sector para obtener nuevos mecanismos de acumulación de capital. Una auténtica estafa, como se ha demostrado en repetidas ocasiones, donde la quiebra de determinados fondos de pensiones han dejado en la pobreza absoluta a quienes recurrieron a estos fondos para garantizarse una vejez más segura.
La pretensión de llevar la edad de jubilación a los setenta años no es ninguna quimera. Las necesidades del capitalismo en crisis empujarán para implantar este baremo. Además se insiste una y otra vez en medidas para penalizar a las personas con mayor esperanza de vida, que se convierten en un estorbo para la reproducción ampliada del capital.
Cuando el avance social crea mejores condiciones para un ciclo de vida más largo, en condiciones gratificantes, el capitalismo se ve obligado a tratar de reducir esas mejores condiciones de desarrollo de la vida humana porque va en contra de sus antisociales intereses.
    1. - Agricultura y ganadería
Las políticas de la Unión Europea para el mar y el campo tienen un objetivo muy claramente definido: pretenden terminar con la pequeña producción y beneficiar a las grandes explotaciones. Al mismo tiempo, en el marco de los acuerdos internacionales sobre comercio con otras potencias capitalistas, la UE promociona la desaparición de determinados cultivos y cabañas ganaderas, orientando la producción tradicional hacia otros caminos, en alianza con los monopolios del sector.
En los repartos de cuotas y ayudas económicas se priman las grandes explotaciones agrícolas y ganaderas, así como las grandes flotas pesqueras que faenan en aguas de otros continentes, esquilmando los recursos naturales.
La nueva Política Agraria Común (PAC) no ha alterado sustancialmente esta situación, sino que la profundiza, fomentando la desaparición de ciertos cultivos y ayudando a la mayor concentración de la tierra en cada vez menos manos.
Es necesario desvincular la política agraria, ganadera y pesquera de los intereses de los grupos monopolistas y centrarlas en la satisfacción de las necesidades populares, garantizando al mismo tiempo niveles de vida dignos para el conjunto de trabajadores y trabajadoras de estos sectores esenciales.
    1. - Militarización del sistema económico
Es inherente al desarrollo del capitalismo la creciente militarización de la economía. Este rasgo se refuerza con cada crisis, que impulsa el gasto armamentístico, tanto con el reforzamiento de los ejércitos como en los contratos del Estado con la industria militar para la producción de mercancías cuyo valor de uso es que se consuman en las guerras. Estos contratos aseguran a las empresas monopolistas una esfera de inversiones permanentes, de la que obtienen ingentes ganancias extraídas de los presupuestos de los Estados. En la última etapa, los gastos de la OTAN se han triplicado. El gasto militar expresa con desnudez el carácter parasitario del capitalismo en su fase imperialista.
El incremento del gasto militar tiene una relación directa, en lo económico-social, con el aumento de los impuestos, la reducción del salario real, la disminución del gasto social y la vinculación de buena parte de la investigación y desarrollo tecnológico a la aplicación militar, y, en lo ideológico, con la extensión del pensamiento reaccionario y las políticas más agresivas contra la clase obrera. En el inevitablemente desigual comercio internacional, es un importante mecanismo de saqueo de las economías de los países dependientes.
    1. - Los monopolios de la comunicación. La alienación de las masas
También en los medios de comunicación asistimos a la tendencia general del capitalismo de la concentración y centralización de los medios de producción.
El capitalismo en su fase imperialista, hace que hoy 6 grandes monopolios de la comunicación en el mundo controlen el 90% de las plataformas. Y que bajo un discurso de pluralidad de medios, el 80% de las noticias que circulan por el mundo proceden de cuatro agencias informativas internacionales: Associated Press, United Press Internacional, Reuters y Agence France Press.
Muchos medios son meros departamentos de imagen de los medios empresariales. En ellos encontramos accionistas que son bancos, aseguradoras, empresas de telecomunicaciones o incluso fabricantes de armamento. Estos monopolios, son grandes entramados empresariales y financieros, donde la comunicación no tiene por qué ser su principal actividad.
Bajo el discurso de la libertad de prensa y de expresión, de la pluralidad de medios…, se encubren la concentración y centralización de la propiedad privada, en muy pocas manos. Y lo que es más importante, se encubre que todos ellos están en manos de la misma clase social, la burguesía.
La ideología dominante es la de la clase dominante, pues ésta tiene toda la superestructura en sus manos para ejercer su dominación, contra la clase obrera. Uno de los principales mecanismos de alienación se ejerce a través de los medios de comunicación burgueses. Los monopolios de la comunicación se convierten así en uno de los pilares fundamentales para transmitir la ideología del enemigo de clase, elemento fundamental para seguir explotando a la clase obrera.
365 días al año bombardean con su discurso. En un mismo hecho, una parte de la información se oculta, otra se magnifica y otra se distorsiona. Diariamente vemos como silencian las luchas populares o conflictos obreros, y cuando no pueden contenerlos, pasan a su criminalización. O directamente se planifican grandes campañas basadas en la mentira y la manipulación, como las que sistemáticamente se lanzan contra las experiencias de construcción del socialismo en el mundo.
    1. - Nueva distribución internacional del trabajo. Sociedad de servicios y de mano de obra barata
La Unión Europea impone una nueva división internacional del trabajo, basada en la concentración casi exclusiva del sector industrial en las potencias centrales (Alemania, Francia) o en el extranjero (p. ejem., astilleros); mientras países como España se ven abocados a una pronunciada terciarización de su economía, principalmente hacia los sectores de hostelería y turismo.
Entre 1970 y 2010, la industria ha perdido más de la mitad de su peso en el PIB del país, mientras los servicios han ganado similar proporción. El turismo genera hoy casi el 12% del empleo y supone el 11% del PIB español, mientras la hostelería genera, respectivamente, el 8% y el 7%.
El desmantelamiento del tejido industrial español, promovido por la UE y aceptado por los sucesivos gobiernos, implica en la práctica un empeoramiento generalizado de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, pues los sectores que ganan peso se caracterizan por unas inferiores condiciones laborales, salarios bajos, precariedad mayor, y alta estacionalidad.
    1. - Agresividad medioambiental
La energía es uno de los principales monopolios capitalistas, con jugosos beneficios. La política de la UE, para seguir instalando capacidades productivas de electricidad, se basa en una cínica política que aparentemente defiende el uso de renovables.
El Tratado de Amsterdam marcó el objetivo de que en 2020 el 22% del consumo eléctrico procediera de renovables, no como sustitución de la producción térmica o nuclear, sino como complemento. En once años, esto ha multiplicado la producción eólica en España 23 veces y en sólo cinco años, la solar en 20 veces. Mientras tanto, las políticas expansivas y liberalizadoras han elevado el coste de la luz al doble desde 2007.
La solución al problema medioambiental sólo puede basarse en la nacionalización y la planificación centralizada por parte de la clase obrera en el poder. Sólo de esta manera puede producirse de acuerdo a una política de ahorro respetuosa con el medio ambiente en función de las necesidades de consumo reales y no de las necesidades de venta de los monopolios privados.
El PCPE defiende un modelo que se sustenta en la nacionalización y uso estratégico de las fuentes de materias primas, el ahorro planificado, la primacía de la energía basada en fuentes renovables y del transporte colectivo, la instalación de filtros y medidas de protección medioambiental y la recuperación de los entornos naturales y con un fuerte impacto de las actividades humanas.
Exigimos, y luchamos por, la garantía de suministros para la población en paro, por un sistema tarifario libre del control monopolista, por sistemas autónomos subsidiados de producción y suministro de energía, paralización del fracking y de las prospecciones en el mar.
Defensa de la continuidad de la minería del carbón como fuente de generación eléctrica autóctona y con claro carácter estratégico, sustituyendo las explotaciones a cielo abierto por unidades productivas de interior, manteniendo el empleo, garantizando la estabilidad del sector, y asegurando la estricta aplicación de todas las medidas de control medioambiental.
    1. - Recorte de libertades
El deterioro y progresiva desaparición de las escasas libertades arrebatadas a la oligarquía mediante la organización y la lucha es cada vez mas palpable. El capitalismo español, preso de una crisis sin precedentes que ha desatado un amplia y creciente dinámica de movilización obrera y popular en todo el país, hoy tiene una única salida: avanzar en sus formas dictatoriales y coartar de forma flagrante las mismas libertades y derechos ya mermados que antaño decía defender.
Esta brutal ofensiva se encuentra dirigida contra multitud de aspectos de la vida y el trabajo de las amplias mayorías obreras y populares de nuestro país, ataque: desde la libertad sindical en los centros de trabajo, hasta los derechos de manifestación y reunión, en la actualidad se ven constantemente amenazados por el creciente autoritarismo del gobierno de la patronal. Y de igual forma que en el resto de estados pertenecientes a la Unión Europea, los mecanismos jurídicos y policiales construidos a tal fin son objeto de una creciente sofisticación con vistas a ejecutar de forma mas eficaz su represión contra cualquier signo de movilización clasista y evitar de esta manera un aumento en el nivel de organización de los sectores obreros y populares de nuestro país. En ese sentido, y no en otro, se encaminan las sucesivas reformas del Código Penal y el nuevo proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana.
    1. - El futuro de la UE será una férrea dictadura de los monopolios
La profundidad de la crisis capitalista que ha azotado especialmente a ciertos países miembro de la Unión Europea ha demostrado que la UE es un gigante con pies de barro. En los últimos años hemos podido escuchar multitud de comentarios acerca del futuro de este proyecto y de los problemas que genera en las relaciones internas entre los Estados que lo componen, que tratan de posicionar mejor los intereses de sus monopolios dentro del marco general de la UE.
La Unión Europea no es un bloque homogéneo en lo político, de manera que, en su seno, se dan importantes luchas para tomar las riendas de la orientación que esta alianza imperialista seguirá en el futuro. Mientras algunos sectores pugnan por avanzar hacia una UE de carácter federal, con mayores atribuciones para las estructuras comunitarias, otros pretenden que las instituciones de la UE se mantengan en tanto sirvan para beneficiar a los monopolios radicados en sus propios países. Es el caso de Alemania, como principal potencia europea, que actualmente utiliza las estructuras comunitarias para situarse en mejor posición que el resto de Estados miembro.
Mientras la Unión Europea siga siendo útil a los intereses de los monopolios, estas pugnas internas se verán minimizadas. El gran capital se beneficia del mercado único y las políticas que la UE lleva en su propio ADN. La salida unilateral y sucesiva de los distintos países que componen la UE, en la senda de la construcción socialista, será la única vía de asestar un golpe mortal a estos intereses monopolistas, tanto a nivel estatal como europeo.
    1. - Las posiciones oportunistas (las promesas de la Europa Social y la Europa de los Pueblos)
Partiendo del doble análisis que sitúa al oportunismo como expresión de la influencia de la política y la ideología burguesa en el movimiento obrero y que, consecuentemente a ello, su principal misión es generar confusión y dispersión de objetivos entre ésta, es fácil entender por qué en todo lo relativo a la construcción europea, las fuerzas políticas del oportunismo, usan un lenguaje –casi metalenguaje diríamos- que juega con la permanente ambigüedad para acabar cimentando una estricta alianza de intereses con la oligarquía europea.
Su posición respecto a la UE se combina perfectamente con el análisis que realizan de la crisis general y estructural del capitalismo y -al igual que entienden ésta como consecuencia de una errónea gestión de los recursos financieros-, proponen la vuelta a lo que denominan señas de identidad de la UE como medio para la superación de la crisis. Corregir el rumbo de las políticas neoliberales que nos apartaron de unos servicios públicos eficaces, gratuitos y universales para volver al estado del bienestar que tan bien representa el modelo europeo frente a los imperialistas norteamericanos. Ese es en resumen el discurso de los oportunistas. Una propuesta que, denunciando la creciente situación de exclusión social, explotación y pobreza a la que nos conducen la políticas de la Comisión Europea, al mismo tiempo, hace bandera de la UE y del euro para proponernos un paquete de medidas keynesianas que revitalicen la economía en los países más pobres de la UE. De forma idealista tratan de conducir la Historia hacia atrás e ignoran que las leyes del desarrollo económico del capitalismo no permiten a los monopolios, que deciden el futuro de la UE, hacer otra política diferente a la que corresponde a una potencia imperialista que juega fuerte y decididamente por desarrollar sus esferas de poder económico y político en el mundo. Explotación, violencia y guerra es el único futuro que ofrece la UE.
En su XIX congreso, realizado en Noviembre de 2013, el PCE resolvía la cuestión con la magistral frase de “romper con la Europa del euro sin romper la Europa del euro” que entendemos se sitúa en el mismo nivel de idealismo y/o complicidad que el llamado del PIE a “realizar la búsqueda de un desarrollo económico social, ecológico y solidario dentro de la UE y sin romper con el euro porque ello no conduciría automáticamente a políticas más progresistas”. Palabras huecas de trileros, de las que se hacen eco los charlatanes mediáticos de Podemos al reivindicar dentro de la UE “una Europa justa, de los derechos y de la democracia”. Lamentables frases a las que sin ningún tipo de dificultad podríamos añadir las expresadas por el CE de la CES el pasado Octubre en la que propone “un nuevo rumbo para Europa para mostrar que Europa defiende el progreso social y no es un instrumento que ataca los derechos sociales” y para que eso se convierta en una realidad sacan a relucir nuevamente a Keynes y proponen “un plan de recuperación europeo”.
    1. - Paro juvenil, sistema educativo
En 1998 se aprobó el Plan Bolonia que ha supuesto, la elitización, privatización y mercantilización de la Universidad Pública. Elitización por la que ya se cuentan por decenas de miles los alumnos expulsados de la universidad como consecuencia de la subida de tasas y la imposibilidad de compaginar vida académica y laboral. Privatización y mercantilización que ha supuesto regalar a las empresas privadas la gestión de las Universidades Públicas a través de la creación del Consejo Social; verdadero órgano de poder de las Universidades presidido por los altos ejecutivos de las principales multinacionales.
La LOMCE, también conocida como ''Ley Wert'', no es más que la adecuación del Plan Bolonia a las enseñanzas medias, y continuadora de este plan proveniente de la Unión Europea. Esta reforma educativa persigue separar desde temprana edad a quienes en un futuro serán explotadores/as o explotados/as. El mayor peso otorgado a la escuela privada demuestra, de nuevo, la finalidad privatizadora.
En la UE la juventud de extracción obrera y popular, es víctima directa de las políticas anti-obreras de la Unión Europea, que se concretan en el marco educativo con las cuestiones antes enumeradas, también se ve sometida a una multitud de anti-reformas laborales o iniciativas como la Garantía Juvenil, que preparan un mercado laboral cada vez más imposible para la juventud.
Todo ello responde al carácter de clase de la UE, cuya finalidad no es otra que situar en mejores condiciones a la burguesía; conseguir que la patronal se enriquezca más mientras que la clase obrera sea cada vez más pobre.
Las medidas emanadas de la Unión Europea están teniendo consecuencias especialmente devastadoras para la clase obrera y para la juventud de ciertos países (entre ellos España), pero tampoco podemos obviar que a las grandes empresas españolas, los monopolios y oligopolios, estas políticas les han sido rentables. Por ello, las políticas de la Unión Europea no son las políticas de Alemana o Francia como Estados, sino las políticas de la burguesía europea en general.
  1. LA PROPUESTA COMUNISTA. PODER OBRERO Y SOCIALISMO 

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