6 de mayo 2014 en Madrid-Barajas
Hoy, día 6 de mayo, se ha celebrado la primera protesta en el aeropuerto de Barajas tras inaugurar su flamante nombre de Adolfo Suárez. Al mismo tiempo, se han realizado concentraciones de trabajadores de Aena, en protesta contra sus políticas laborales y contra la privatización de la empresa pública gestora de la Red de Aeropuertos del Estado. En todos los centros intervinientes está presente la Confederación General del Trabajo (CGT): Madrid-Barajas: Alicante, Tenerife Norte y Tenerife Sur y los Servicios Centrales. El pleno del comité de centro, reunido en Barajas, ha dado su apoyo y ha participado en la misma.
El despido de una trabajadora de Aena en el Aeropuerto de Alicante (ALC), utilizando el nuevo articulado de la reforma laboral que permite el despido objetivo por determinada acumulación de bajas laborales, ha sido la gota que ha colmado el vaso, ya pleno, del malestar de los trabajadores de Aena. Con gritos de “no a la Privatización” y contra la reforma laboral, han rechazado un modelo que entrega todo el patrimonio aeroportuario público, al capital riesgo y al actual presidente de Aena. Véase carta a la ministra 18/02/2014.
La CGT comunicó a la Delegación del Gobierno, además de los motivos anteriores, las siguientes reivindicaciones para la concentración en la T2:
- Por la erradicación de la temporalidad. Contra la precarización creciente de las condiciones laborales del trabajador aeroportuario, de Aena y el sector aéreo.
- Por la recuperación de la calidad y la seguridad. Contra los recortes, el abaratamiento y el deterioro de la calidad del servicio en el aeropuerto.
- Por la gestión en interés y beneficio general. Contra la privatización y las maniobras y planes especulativos que perjudican a ciudadanos y trabajadores.
CGT ha hecho un llamamiento a movilizarse a cualquier organización, asociación o colectivo que defienda estos planteamientos y entienda que la reforma laboral sólo ha servido para abaratar los despidos masivos, crear más paro y sustituir trabajadores con ciertas condiciones laborales, ganadas durante años, por otros que han ocupado sus puestos con salarios de hambre, despido libre, sin aportaciones a la Seguridad Social y sin derechos.
Hoy nuestro país es un conglomerado de oligopolios de grandes empresas que dominan los principales sectores estratégicos productivos del estado en exclusivo beneficio propio. Ello no ha supuesto en absoluto una mejora del servicio a la ciudadanía ni en calidad ni en coste. No hay más que ver el ejemplo de los oligopolios de la energía. Ahora. Los responsables del Ministerio de Fomento, quieren vender la última joya de la corona que resta en manos públicas: la mayor red mundial de aeropuertos: Aena. Y lo quiere hacer por la puerta falsa, de espaldas a la ciudadanía y a través de Real Decreto. En este empeño, el PP se ha quedado solo dentro del arco parlamentario.
Este modelo de cesión al capital riesgo del 60% de la gestora ha encontrado un rechazo frontal dentro del propio sector aéreo, que teme que este “monopolio privado”, en manos de inversores meramente financieros, conlleve una subida directa de las tasas, que revertirá en los precios del billete que paga el pasajero. Asimismo, las asociaciones del sector turístico, básico dentro de nuestra actual economía, han mostrado su preocupación ante Fomento por la capacidad de “chantaje” que este monopolio financiero, que puede caer en manos de grupos no nacionales, tenga de facto en la decisión de la formación de rutas y destinos turísticos.
Ya es hora de plantear adónde nos han conducido estas políticas, que llevan al enriquecimiento de las compañías privadas y a un mayor coste para la ciudadanía. En las protestas del día 6 hemos dado un NO claro a la privatización de una de la últimas grandes empresas de servicios públicos, el último gran pelotazo que le resta a la voracidad de los capitales especulativos.
Aena es un servicio público que nunca debe ser privatizado.
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