Ir al contenido principal

YA VA SIENDO HORA DE DEJAR DE ACUSAR CONSTANTEMENTE A LOS SERBIOS


Por Neil Clark


Este artículo de The Guardian expone la forma en la que los serbios han sido diabolizados por representar un contínuo obstáculo frente a las ambiciones hegemónicas de Occidente en la región de los Balcanes.Título Original: "It's time to end Serb-bashing"The Guardian, 14/01/2008Traducido al español por Mónica Aragolaza para Investig'ActionEn el CIF (la sección de commentarios libres del Guardian) de la semana pasada , Anna di Lellio, que fue la consejera política de Agim Çeku, el antiguo primer ministro kosovar y en su momento jefe de estado mayor del Ejército de Liberación del Kosovo ( UCK), afirmaba que " el nacionalismo serbio, que se había atenuado brevemente tras la caída de Milosevic, volvía con gran fuerza" haciendo uso de " sus viejas tácticas".Di Lellio exponía muy pocas pruebas para respaldar lo que afirmaba, exceptuando una declaración del Parlamento serbio que afirmaba -¡Oh! ¡ Horror supremo!- el país está determinado a defender su integridad territorial dentro del marco de la legislación internacional.Lo que, sin duda alguna, "está volviendo con fuerza" y haciendo uso de sus "viejas tácticas" son las acusaciones contra los serbios, de lo cual Di Lellio es sólo una de las numerosas culpables en los medios de comunicación occidentales (incluido, y es triste decirlo, el CIF). Los serbios han sido diabolizados, no porque fueran los mayores responsables de las guerras de secesión de los años 90 - que no lo eran-, sino porque han sido un continuo obstáculo a las ambiciones hegemónicas de Occidente en la región.Occidente quería una Yugoslavia destruída, convirtiendo su Estado independiente y militarmente fuerte en varios protectorados, débiles y divididos, bajo el control del trío OTAN-FMI-UE. "En la Europa de después de la Guerra Fría, no había lugar para un vasto Estado socialista con pretensiones independientes y que resistiese a la mundialización", reconocía George Kenney, antiguo alto funcionario para Yugoslavia del Departamento de Estado americano (= Ministerio de Asuntos Exteriores).El gran crimen de los serbios fue no haberse leído el guiónDe entre todos los grupos de la antigua Yugoslavia, los serbios, cuya población estaba diseminada por todo el país, eran los que resultaban más desaventajados de su desintegración.Durante una reunión en La Haya en octubre de 1991, los dirigentes de las seis repúblicas constitutivas yugoslavas recibieron un documento titulado " La desaparición de Yugoslavia del escenario internacional" por parte de los "árbitros" de la Comunidad Europea.Sólo uno de ellos- el líder serbio Slobodan Milosevic- se negó a firmar el " certificado de defunción" de su país. En aquella ocasión declaró: " Yugoslavia no fue creada por un acuerdo entre seis hombres y tampoco puede ser destruida por acuerdo entre seis hombres".A causa de esta simple frase proyugoslava Milosevic fue galardonado con más de una década de diabolizaciones en los medios de comunicación internacionales.A pesar de sus frecuentes victorias electorales en un país en el que 21 partidos políticos funcionaban libremente, Milosevic fue ( y es aún) sistemáticamente etiquetado como un "dictador", apelativo que incluso su biógrafo Adam LeBor (que le profesa una profunda hostilidad) considera "incorrecto".Algunos intentos por imputarle algunos acontecimientos en los que ni siquiera participó han bordado el ridículo: en un artículo del Guardian de 2006, Timothy Garton Ash, un profesor de estudios europeos, afirmaba que en 1991 los Eslovenos "intentaron romper con la Yugoslavia de Slobodan Milosevic", cuando, en aquella época, el líder de Yugoslavia era, en realidad, el croata Ante Markovic (una correción fue publicada).Según la típica re-escritura de la Historia por parte de Occidente, « Slobo » y los serbios son los culpables del estallido de la guerra en Bosnia.Sin embargo, quien prendió fuego a la mecha en esa guerra particularmente brutal no fue ni Milosevic los dirigentes serbios de Bosnia, sino el embajador de Estados Unidos, Warren Zimmerman, que convenció al separatista bosniaco Alija Itzebegovic a rechazar el acuerdo de Lisboa de 1992 por el que se garantizaba la división pacífica de la República.Incluso después de que los acuerdos de Dayton en 1995 pusieran fin a un conflicto absolutamente inútil, Occidente no dio la más mínima tregua a la serbofobia. En Kosovo, los objetivos estratégicos de Occidente llevaron a defender la línea dura del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), un grupo oficialmente catalogado como organización terrorista por el propio Departamento de Estado americano.Nadie, en cualquier caso, ningún serbio que yo conozca, negará que las fuerzas serbias cometieron atrocidades en las guerras de los Balkanes y que los responsables de estos actos deberían rendir cuentas ante un Tribunal de Justicia. Ahora bien, este Tribunal no debería estar financiado por las potencias que bombardearon ilegalmente su país hace menos de diez años.Pero lo que provoca una inmensa cólera entre los serbios es que mientras que las atrocidades serbias han sido exhibidas bajo los proyectores de los medios de comunicación occidentales, las atrocidades perpetradas por los otros participantes en el conflicto han sido totalmente ignoradas.Mientras la atención masiva de los medios se focalizaba en las hostilidades de baja intensidad de tipo "ojo por ojo y diente por diente" entre las fuerzas armadas yugoslavas y el UCK en 1998 y 1999, apenas mencionaron la "Operación Tormenta" -en la que se estima que unos 200.000 serbios fueron expulsados de Croacia gracias al apoyo logístico y técnico de los EE.UU. Tampoco hubo ninguna publicidad sobre algunas masacres como la matanza de 49 serbios en el pueblo de Kravice, no lejos de Srebrenica, el día de la Navidad ortodoxa de 1993. Recientemente, esta ciudad organizó una ceremonia de conmemoración del 15º aniversario de esta tragedia: ni un solo miembro de la "comunidad internacional" estuvo presente.Hoy, que Kosovo vuelve a estar en los titulares, los « anti-serbios » vuelven a la escena con fuerza.Una vez más, el conflicto se describe en términos maniqueos.Por un lado se da mucha importancia a los malos tratos inflingidos por las fuerzas yugoslavas a los albaneses de Kosovo en 1998 y 1999. Por el otro, se evita hablar sobre la campaña de intimidación del UCK que condujo al éxodo de, según las estimaciones, unos 200.000 serbios, gitanos, bosnios, judíos y otras minorías de la zona tras la intervención de la "comunidad internacional".« En ningún otro lugar de Europa hay tanta segregación como en Kosovo... En ningún otro lugar existen tantas ciudades y pueblos "étnicamente puros" diseminados en una zona tan pequeña. En ningún lugar reina semejante nivel de temor por parte de tantas minorías de verse hostigadas simplemente por ser quienes son. Mientras siguen las discusiones sobre el futuro estatuto, los serbios y las otras minorías, que sufren la expulsión de sus hogares, las discriminaciones y las restricciones de hablar su propia lengua, temen que el modelo de violencia que han soportado durante tanto tiempo se convierta en ley en el nuevo Kosovo".Esta es la conclusión del informe del Grupo Pro-Derechos de las Minorías en relación al Kosovo "liberado"- ¡pero cuidado! Lo que dice este grupo ha sido desacreditado por no culpar a los serbios. El doble rasero que se aplica a todo lo que concierne a los serbios es impresionante. Se nos repite continuamente que la independencia de Kosovo es una simple cuestión de autodeterminación. Sin embargo, no se aplica el mismo principio a los serbios de Bosnia, que desearían unirse a Serbia.En vez de hacerse los paladines del secesionismo kosovar, contraviniendo totalmente el derecho internacional, Gran Bretaña y Occidente harían mejor en reconsiderar su política respecto a Serbia. Es demasiado tarde para deshacer los crímenes pasados - tales como la enorme campaña de bombardeos de la OTAN, en 1999 - pero si modificaran su política en Kosovo, podrían, al menos, constituir un punto de partida hacia la reparación de las injusticias que se han desarrollado durante los últimos veinte años. Ya va siendo hora de dar un respiro a los serbios.

Comentarios

  1. Gracias por el artículo, muy interesante...

    tuve la suerte de visitar Yugoslavia para visitar a unos amigos poco después de la guerra, tenía algo de miedo por ser español (fue algo después de los bombardeos de la OTAN)... y me encontré con gente encantadora y amable, con un ambiente nocturno increible (en Belgrado, por ejemplo)... y junto a eso los daños de los bombardeos terroristas de la OTAN (a ver si va a resultar que poner una bomba en un sitio es terrorismo pero lanzarla desde un avión militar no)... recuerdo tambien los puentes sobre el Danubio en Novi Sad, de los que quedaban solo unos pilares blancos en el río (tenían que usar un puente militar provisional)... una imagen dantesca (porque además había niebla)... no se me olvidará.

    Antes de la guerra leí unos cuantos libros de historia de Yugoslavia, fue antes de la campaña de intoxicación y de mentiras sobre Serbia (y de la guerra), por ejemplo el que escribió Ferenc Fejto sobre las democracias populares, en el que se describen qué cosas hacian los nacionalistas albano-kosovares para expulsar a la población serbia de la región (el libro se escribió a finales de los 70 y comienzos de los 80, es que eran dos volúmenes, mucho antes de que Milosevic pintara algo) y ya entonces se hablaba de refugiados serbios que huían de Kosovo.

    Es una verguenza lo que hemos hecho (la UE, los EEUU) con Serbia y los serbios y con Yugoslavia (si no recuerdo mal habia un porcentaje bastante grande de la población que se consideraban yugoslavos, no serbios ni croatas ni albaneses, ni nada).

    Estoy hasta las narices (por no decir algo más) de esa imagen tan negativa que hay de los serbios, cuando además resulta que el país que más refugiados tiene de la guerra de Yugoslavia es precisamente Serbia...a esos, la OTAN o la UE ¿los va a ayudar para que puedan volver a sus casas a Croacia o a Kosovo?

    ResponderEliminar
  2. Llevas razon, estos de la OTAN UE son unos sinverguenzas y no ha perdonado a la Yugoslavia de Tito, que fuera neutral y esto que estan haciendo es pura venganza. O estas conmigo o estas contra mi,no hay termino medio.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Latinoamérica: La crisis de los gobiernos “progresistas”

Lo que predomina en Latinoamérica es el debate sobre el porqué de la crisis y retroceso de los mal considerados gobiernos “progresistas”. Lo más sobresaliente es la crisis del gobierno de Maduro y el declive del chavismo. En diciembre pasado fue derrotado electoralmente. Esto se une a la grave crisis de Dilma-PT en Brasil, a las derrotas electorales del peronismo K en Argentina y de Evo en el referendo de Bolivia. Pretenden culpar de sus fracasos a “campañas de la derecha” y hasta a un “golpe” en Brasil. ¿Cuáles son las verdaderas razones de su crisis? Ante la debacle electoral del chavismo el primero en salir a justificarse fue Nicolás Maduro dando la explicación de que todo se debió a una “guerra económica” lanzada por el imperio”. García Linera, vicepresidente de Bolivia, aseguró que existe una “oleada contrarrevolucionaria” y que “está en riesgo la soberanía latinoamericana”. Y que esa “guerra económica” la orquestarían Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita po

68 razones para celebrar #Israel