Ingo Schulze: 'Caída muro Berlín es hecho más significativo que mayo de 1968'
El escritor Ingo Schulze, que acaba de publicar en España 'Vidas nuevas', una larga novela epistolar sobre la reunificación alemana, opina que la caída del muro de Berlín en 1989 es para su país 'un acontecimiento mucho más significativo que los hechos de mayo de 1968, aunque a algunos les parece más lejano'.Tras siete años de trabajo y quince después del derrumbe del sistema comunista en Alemania, publicó Schulze este relato en 2005, que ahora en castellano edita Destino y en catalán Proa, con un ex-dramaturgo de la República Democrática, Enrico Türmer, de hilo conductor, ha explicado en una entrevista con EFE.Con una gran acogida por parte de la crítica, que aseveró en su momento que estas 'Vidas nuevas' ayudarán a entender la reunificación alemana como en su día 'El tambor de hojalata', de Günter Grass, contribuyó a entender el siglo XX, el escritor reflexiona sobre un hecho capital, que cree provocó cambios paradigmáticos 'muy profundos'.Nacido en Dresde en 1962 y residente en la provinciana Altenburg durante su juventud, Schulze se extraña, sin embargo, de que en su país haya quien a día de hoy considere la caída del muro como algo muy antiguo y con poca trascendencia.El germano, actualmente instalado en Berlín, mantiene que para los del Este fue 'un cambio muy dramático, completo, tanto por la nueva moneda, como por la comida o los nombres de las calles que se modificaron'.Asimismo, prosigue, supuso que los de esa parte del país 'tuviéramos que aprender las reglas del juego, como si fuéramos niños, de una nueva vida, en un nuevo mundo'.Sin perder el sentido del humor, igual que ocurre en diferentes momentos de esta monumental obra, explica el escritor un chiste según el cual antes de 1989 en Alemania del Este 'uno podía decir cualquier cosa contra su jefe, pero nada en contra del secretario general del partido comunista, mientras que ahora uno puede decir cualquier cosa del canciller, pero no de su jefe de oficina'.También hubo cambios estructurales y se pasó de que 'el discurso fuera más importante que las cifras, a que lo único que importara fueran los números'.Todo eso queda reflejado en las diferentes epístolas que escribe, entre enero y julio de 1990, el personaje Enrico Türmer a su hermana Vera Barakat-Türmer, a su amigo de juventud Joachim Ziehlke y a Nicoletta Jansen, una periodista alemana occidental, con la que acabará manteniendo una relación amorosa.Sobre esa estructura argumental, precisa Schulze que al principio tenía previsto escribir una novela no muy larga sobre el tiempo de su adolescencia, pero 'acabé optando por las cartas porque me permitían incluir cosas muy contradictorias, según fueran los destinatarios, y también porque eran una forma muy común de comunicación en el Este, donde muchos no tenían teléfono'.Juega asimismo con el lector porque esas cartas están editadas y comentadas por alguien también llamado Ingo Schulze, que en Francia acabaron confundiendo con él, lo que le divirtió mucho, porque, aclara, 'el que aparece en la novela es un personaje ficticio', aunque, 'siempre me ha gustado crear cierta irritación en el lector y transgredir los límites entre Literatura y realidad'.Con algunos hilos sueltos, avanza el autor de Dresde que no descarta escribir una segunda parte de la vida de Enrico, a quien en 2008 ve 'intentando disfrutar de la vida en algún país del sur de Europa como Italia'.Ingo Schulze, que como Enrico Türmer fue dramaturgo teatral y redactor en un diario, se dio a conocer con el libro '33 momentos de felicidad', con el que recibió el premio Aspekte, mientras que con 'Historias simples' obtuvo la medalla Johannes Bobrowski de Berlín, y fue seleccionado por The New Yorker como uno de los seis mejores jóvenes novelistas europeos.
El escritor Ingo Schulze, que acaba de publicar en España 'Vidas nuevas', una larga novela epistolar sobre la reunificación alemana, opina que la caída del muro de Berlín en 1989 es para su país 'un acontecimiento mucho más significativo que los hechos de mayo de 1968, aunque a algunos les parece más lejano'.Tras siete años de trabajo y quince después del derrumbe del sistema comunista en Alemania, publicó Schulze este relato en 2005, que ahora en castellano edita Destino y en catalán Proa, con un ex-dramaturgo de la República Democrática, Enrico Türmer, de hilo conductor, ha explicado en una entrevista con EFE.Con una gran acogida por parte de la crítica, que aseveró en su momento que estas 'Vidas nuevas' ayudarán a entender la reunificación alemana como en su día 'El tambor de hojalata', de Günter Grass, contribuyó a entender el siglo XX, el escritor reflexiona sobre un hecho capital, que cree provocó cambios paradigmáticos 'muy profundos'.Nacido en Dresde en 1962 y residente en la provinciana Altenburg durante su juventud, Schulze se extraña, sin embargo, de que en su país haya quien a día de hoy considere la caída del muro como algo muy antiguo y con poca trascendencia.El germano, actualmente instalado en Berlín, mantiene que para los del Este fue 'un cambio muy dramático, completo, tanto por la nueva moneda, como por la comida o los nombres de las calles que se modificaron'.Asimismo, prosigue, supuso que los de esa parte del país 'tuviéramos que aprender las reglas del juego, como si fuéramos niños, de una nueva vida, en un nuevo mundo'.Sin perder el sentido del humor, igual que ocurre en diferentes momentos de esta monumental obra, explica el escritor un chiste según el cual antes de 1989 en Alemania del Este 'uno podía decir cualquier cosa contra su jefe, pero nada en contra del secretario general del partido comunista, mientras que ahora uno puede decir cualquier cosa del canciller, pero no de su jefe de oficina'.También hubo cambios estructurales y se pasó de que 'el discurso fuera más importante que las cifras, a que lo único que importara fueran los números'.Todo eso queda reflejado en las diferentes epístolas que escribe, entre enero y julio de 1990, el personaje Enrico Türmer a su hermana Vera Barakat-Türmer, a su amigo de juventud Joachim Ziehlke y a Nicoletta Jansen, una periodista alemana occidental, con la que acabará manteniendo una relación amorosa.Sobre esa estructura argumental, precisa Schulze que al principio tenía previsto escribir una novela no muy larga sobre el tiempo de su adolescencia, pero 'acabé optando por las cartas porque me permitían incluir cosas muy contradictorias, según fueran los destinatarios, y también porque eran una forma muy común de comunicación en el Este, donde muchos no tenían teléfono'.Juega asimismo con el lector porque esas cartas están editadas y comentadas por alguien también llamado Ingo Schulze, que en Francia acabaron confundiendo con él, lo que le divirtió mucho, porque, aclara, 'el que aparece en la novela es un personaje ficticio', aunque, 'siempre me ha gustado crear cierta irritación en el lector y transgredir los límites entre Literatura y realidad'.Con algunos hilos sueltos, avanza el autor de Dresde que no descarta escribir una segunda parte de la vida de Enrico, a quien en 2008 ve 'intentando disfrutar de la vida en algún país del sur de Europa como Italia'.Ingo Schulze, que como Enrico Türmer fue dramaturgo teatral y redactor en un diario, se dio a conocer con el libro '33 momentos de felicidad', con el que recibió el premio Aspekte, mientras que con 'Historias simples' obtuvo la medalla Johannes Bobrowski de Berlín, y fue seleccionado por The New Yorker como uno de los seis mejores jóvenes novelistas europeos.
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