Los políticos lo utilizan para colocar a parientes y amigos: Aznar puso allí a su hermano
<”Dice el refrán español que 'las cosas de palacio van despacio'. Más lentos aún parecen los asuntos que pasan por las manos del Tribunal de Cuentas, una carísima institución que no ha mostrado eficacia alguna a la hora de cumplir con su función de fiscalizar los partidos políticos.
Mientras los escándalos de corrupción en el seno de las principales formaciones partidos no dejan de aparecer en los medios de comunicación ni llegar a los juzgados, el Tribunal de Cuentas no da muestras de una gran capacidad indagadora en esa materia, y mucho menos de velocidad. En febrero de 2013 todavía está pendiente la elaboración del informe correspondiente a 2008 y a los años posteriores.
A pesar de su falta de eficacia, el Tribunal de Cuentas resulta muy caro para el bolsillo de los contribuyentes. Su presupuesto total ha sufrido un ligero recorte en el último ejercicio, al pasar de 62,216 millones de euros en 2012 a 61,335 millones en 2013. Pero eso no ha afectado a los gastos de personal, que han aumentado de 52,904 millones a 53,115 millones.
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