Resolución de la comisión permanente del Partido Comunista de Madrid acerca de Bankia

Madrid, 21 de Mayo de 2012 El Partido Comunista de Madrid, aprobó en su último Congreso celebrado el 30 de Mayo de 2010 la apuesta por la creación de una banca pública en Madrid que diera respuesta a los problemas de las familias y la clase trabajadora madrileña. Los innumerables ataques que han sufrido los trabajadores desde aquella fecha, hace irrenunciable para los comunistas madrileños la existencia de una banca pública que no gestione los intereses del capital sino que facilite el acceso al crédito a los madrileños que ven perder sus viviendas o a las pequeñas empresas madrileñas, verdaderas generadoras de empleo en nuestra Comunidad; es decir, una banca que gestione los intereses de la clase trabajadora madrileña. Las recientes medidas del gobierno y del nuevo Presidente de Bankia, ponen de manifiesto una vez más que lo que pretende la derecha de nuestro país es afianzar los intereses del capital financiero, en manos de las mismas pocas familias desde hace siglos. Las medidas son una burla a la clase trabajadora, pues se trata de nacionalizar las pérdidas para privatizar los beneficios, aceptando así las presiones de los principales bancos del país, que quieren tener bajo su control todo el mercado financiero. Estas medidas ponen en riesgo la representación de los trabajadores en las Cajas y Bancos “Públicos”, lo que significa que, eliminados los representantes de los trabajadores de los consejos de dirección y de las Asambleas Generales, sólo queden gestores de los intereses del capital, mientras que los trabajadores perdemos la mínima capacidad de control sobre nuestras rentas. Quedamos por tanto aún más a expensas de un capital que lejos de ser anónimo queda fielmente representado en las familias que dirigen los principales bancos. En este contexto, el Partido Comunista de Madrid entiende que no se cumplen las condiciones para que ningún representante de los trabajadores madrileños pueda desempeñar un trabajo adecuado en Cajamadrid, en donde ya no cuentan los intereses de la clase trabajadora. Sin embargo, la política de Izquierda Unida, en lo que se refiere a las Cajas de Ahorro, en particular, y a la Banca pública, como estrategia general, es una política que afecta al conjunto del Estado, es una política, por tanto, federal, por lo que trasladamos a la dirección federal del PCE, la necesidad de que Izquierda Unidad abra un debate sobre nuestra representación en todas las cajas y en las entidades surgidas de la fusión de estas. Igualmente, el Partido Comunista de Madrid ante la pretensión de nacionalizar las pérdidas de Bankia y mantener la participación privada en los beneficios, apuesta por la nacionalización completa de este banco, devolviendo al ámbito de lo público las rentas colectivas generadas, con el objetivo de garantizar los ahorros de los trabajadores, el mantenimiento de la obra social de las cajas y el empleo en las mismas. De la misma manera, apuesta por la nacionalización total o parcial de aquellos bancos que han saneado sus cuentas con dinero público, al igual que la de aquellas empresas que reciben subsidios públicos para mantener sus tasas de ganancia mientras se emplean a fondo en despedir trabajadores. En definitiva, entendemos que nacionalizar Bankia debe servir para que este banco juegue un papel activo en la economía madrileña volviendo a poner sus intereses por detrás de los intereses de los madrileños. Los créditos a la pequeña y mediana empresa, en especial a las cooperativas, debe ser una prioridad para poder garantizar el numeroso empleo que estas empresas aseguran dentro del sector económico de Madrid. También debe apostar por ayudar a los municipios en riesgo de quiebra y a todos aquellos municipios que requieran de la liquidez necesaria para garantizar la prestación de los servicios públicos. Por eso, en estos momentos poco importan los nombres de los individuos cuando estamos ante un ataque sin precedentes a las plusvalías colectivas y el expolio de las rentas generadas con el trabajo de la clase trabajadora. Por ello, debemos reforzar nuestro discurso por la democratización de la economía, la colectivización de los procesos productivos, la construcción colectiva de otro Estado.