Gemma Casadevall
EFE
La parodia política inunda los cines en la precampaña para las elecciones generales alemanas del próximo septiembre, con dos películas que muestran a dos zafios candidatos a la Cancillería, como teóricos rivales a quitarle el puesto a Angela Merkel.
"Die Partei - Der Film" -"El Partido - La película"-, con el ex director de la revista satírica "Titanic" Martin Sonneborn liderando a los revisionistas del Muro de Berlín, y "Isch kandidiere" -"Soy candidato"- con el humorista Hape Kerkeling son las dos producciones que este agosto se lanzan a parodiar a los políticos en campaña.
El primero, estrenado esta semana, es un pseudo-documental que sigue los pasos al líder de un partido cuya militancia echa de menos la Alemania divida en dos bloques, este y oeste.
Sonneborn se sube a la escuela de Sasha Baron Cohen -"Borat" y "Brüno"-, se planta en Georgia con una delegación de 25 miembros en busca de políticos corruptos, funda su formación en el Nuremberg donde Hitler celebró sus congresos nazis y va en busca de patrocinadores para su idea de reconstruir el Muro.
La idea fundacional de "Die Partei" es una encuesta según la cual uno de cada nueve ciudadanos quisiera el regreso del Muro. A partir de ahí busca a esos nostálgicos, aprovechando la coincidencia con el 20 aniversario de su caída -el 9 de noviembre de 1989.
El escueto "Die Partei" remite a la República Democrática Alemana (RFA) y a su único partido -el Socialista Unificado (SED)- que por supuesto, como decía la letra de su himno, siempre tenía razón.
La película discurre entre quejosos por la concentración de parques acuáticos y piscinas en el antiguo territorio comunista, mientras en el oeste languidecen las inversiones, hasta algún que otro político real que cae en la trampa -como el opositor georgiano Shlava Natelaschili, que les recibe con 60 botellas de vino.
Nada que no haya descubierto Baron Cohen, con la peculiaridad de que "Die Partei" de Sonneborn existe como formación política y fue excluido de concurrir en las generales del 27 de septiembre.
Sonneborn fundó el partido en 2004 en sus tiempos al frente de "Titanic", estandarte entre las revistas satíricas. Ahora, la comisión electoral rechazó su solicitud de concurrir a los comicios por considerar que sus propósitos no son serios.
El líder y humorista ha recurrido al Tribunal Constitucional y solicitado apoyo a su "causa democrática" a las embajadas de Irán y Corea del Norte, informa hoy "Der Spiegel".
Mientras espera respuesta a tales recursos, la crítica alemana ha degradado su película a la categoría de subproducto cinematográfico.
Kerkeling entre tanto se erigió en personaje de la semana, con la conferencia de prensa de presentación de su "Isch kandidiere".
El "Isch" del título -en lugar del correcto "Ich" alemán- anuncia el propósito del humorista, una celebridad en la escena alemana, de degradar al ridículo las proclamas de los políticos reales.
A medio camino entre la realidad y la ficción, Kerkeling no se lanza a la piscina de lo casual, sino que actúa bajo guión y sustentado en su talento como humorista.
Su presentación en el Hotel Ritz Carlton concentró más despliegue mediático que cualquier mitin de estos días del candidato socialdemócrata y ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier.
El candidato de Kerkeling se llama Horst Schlämmer -juego de palabras con "schlimmer", "cada vez peor"- y, puestos a buscarle un parecido, está más cerca de Steinmeier que de la canciller Merkel a la que el socialdemócrata aspira a quitar el puesto.
La película de Kerkeling se estrena el 20 y por tanto no hay la crítica no ha dado aún su veredicto, pero su protagonista es el personaje del verano pre-electoral, al que se requiere su opinión en todo aquello que se permiten prometer los candidatos reales.
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