Esta carta fue publicada por el diario Público el dia 14 de abril. Después de las tonterías que estoy escuchando de la derechona me parece interesante este nuevo punto de vista.
Lo anuncian cono un hecho triunfal, pero a mi sólo me produce tristeza. Que una mujer y además embarazada vaya a ser ministra de defensa, no es un hito hacia adelante, sino una caída desesperanzadora. Acabar con la inversión en investigación armamentística, renuncia al comercio de armas y abolir los ejercitos sería un avance histórico. La guerra, que yo creía que había sido siempre un brutal juego de intereses orquestado por unos pocos hombres poderosos, una manera más de seguir haciendo negocio con la muerte de los pobres, será también cosa de mujeres, que son y han sido siempre las únicas que han mantenido la dignidad y la razón de los pueblos en las guerras. ¿Por qué llamamos igualdad a hacerlas a ellas como nosotros? ¿No deberíamos ser quizás nosotros como ellas?. Hoy estoy triste, porque una mujer se ha rebajado a dirigir los ejércitos de una nación.
Fernando Laviana Martínez (Sevilla)
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