La revista satírica “El Jueves” hace un gag de mal gusto donde llama a acuchillar a empleados de las Oficinas de Empleo
El pasado día 2 de septiembre “El Jueves”, revista satírica que se caracteriza por su humor ácido y provocativo, incluyó en un artículo humorístico bajo el título Los consejos más fresquitos para sobrellevar la cola del paro este septiembredonde ha sobrepasado los límites del humor animando a acuchillar empleados de oficina de Empleo y ocupar su puesto. Una afirmación que no nos hace ni pizca de gracia y que viendo el clima de violencia y de agresiones que sufren en muchas oficinas no hace más que echar gasolina al fuego.
Dicho esto, queremos aclarar que no es nuestra intención censurar a este medio ni cuestionar su línea satírica y ácida. Nos parece necesario que existan este tipo de publicaciones que “no dejan títere con cabeza” y se cuestionan permanentemente desde el humor todo lo humano y lo divino. La libertad de expresión, la posibilidad de hablar libremente y sin censuras, de reírnos de los poderosos, debe estar en la base cualquier sociedad que se reclame democrática. Las mordazas, con sus leyes, son propias de dictaduras y de sus herederos.
También aceptamos que las y los empleados públicos podemos ser motivo de puyas, de chistes, de bromas más o menos justas o acertadas a las cuales nos enfrentaremos con humor. A diario escuchamos chistes sobre el “cafelito” de los funcionarios, sobre una supuesta baja productividad o sobre si somos aburridos y grises. Y nos gusta más o menos pero lo aceptamos porque el humor está lleno de tópicos comunes (hay chistes sobre murcianos, sobre andaluces, sobre vascos...) y respondemos con otro chiste. Y no pasa nada.
Pero en este caso creemos que “El Jueves” ha sobrepasado los límites del humor cuando está haciendo un llamamiento a acuchillar empleados de oficinas de empleo. No es una cuestión baladí, el clima de violencia que sufren muchas oficinas, tanto del SEPE como del resto de la administración, es un problema realsobre el que llevamos tiempo exigiendo que se adopten medidas integrales y no sólo a posteriori y de cara a la galería. En esta situación lo que menos necesitamos es que desde un medio de difusión masiva se haga un llamamiento explícito a acuchillarnos. Y no nos vale el argumento de que es sólo un chiste sin transcendencia, un poco de humor más o menos acertado. Es animar a que cualquiera nos agreda en nuestro puesto de trabajo y mientras desempeñamos nuestras funciones. Como si los y las responsables de las colas del paro fuéramos nosotros y no las penosas políticas económicas antisociales.
Por esto vamos a dirigirnos también a la revista satírica “El Jueves” para que pedirles que retiren este lamentable chiste y que en el futuro su humor ácido e irreverente nos haga reír a todas (y no apretar los dientes de grima). Y como confiamos en su buen sentido y en su capacidad de rectificar los errores, esperamos que así ocurra.
*Os adjuntamos el artículo integro por si no tenéis posibilidad de verlo por internet
Los consejos más fresquitos para sobrellevar la cola del paro este septiembre
Recibir la prestación de desempleo: malas caras, colas y tristeza. ¡Uf, qué pereza! Por suerte, El Jueves te ayuda a convertir este gris trámite burocrático en una pequeña aventura
2 septiembre 2016
1. Consulte cual es la oficina de empleo que le corresponde según su domicilio y escoja un medio de transporte económico para llegar hasta ella. Como la cola de parados es posible que llegue hasta la puerta de su casa, recomendamos recorrer esos pocos metros a pie para ahorrar.
2. Los ciudadanos españoles que forman la susodicha cola del paro responden al nombre de "desempleados". Sí, exactamente como usted. Aunque parezcan amigables, su única misión en la economía de mercado es robarle su trabajo y su dinero. Nuestra recomendación es que proceda a acuchillarlos uno a uno.
3. Ya ha llegado usted a la puerta de la oficina de empleo. Antes de entrar, arrodíllese y rece unos minutos en honor a Don Francisco Franco, que inventó no tan solo el paro, si no también las vacaciones pagadas, los domingos festivos, la tarta Comtessa e incluso el mismo concepto de trabajo. Antes de su democrático gobierno, los españoles no trabajaban: sencillamente se mataban los unos a los otros para alimentarse de cadáveres.
4. Coja un número y espere su turno. Es probable que tarden más de una hora en atenderle. Culpe de esta demora a Pedro Sánchez y maldígalo en voz alta, lo cual aumentará las posibilidades de ser atendido con mayor rapidez.
5. En caso de no saber contar y, por lo tanto, ser incapaz de determinar cuál es su turno, proceda a salir del local, sentarse en el suelo con la espalda apoyada en la pared, levantar la palma de la mano derecha hacia arriba y recordar que debería haber hecho caso a sus padres cuando le advirtieron de que no era buena idea estudiar una carrera de letras.
6. Si, efectivamente, usted sabe contar, diríjase a la mesa que le corresponde cuando llegue su turno. Delante de usted encontrará un ser gris y sin alma conocido por el nombre de "empleado de la oficina de empleo". Acuchíllele y ocupe su puesto. No se preocupe por las consecuencias legales. España es muy comprensiva con el pequeño emprendedor y las iniciativas laborales privadas.
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