COMUNICADO DE IZQUIERDA ANTICAPITALISTA
Domingo 22 de julio de 2012, por
Las masivas manifestaciones del 19J en todo el Estado han expresado una vez más de manera clara el amplio rechazo popular a los nuevos recortes impuestos por el gobierno bajo el mandato de la cúpula de la UE. Pero mientras la ciudadanía se manifiesta indignada, el gobierno mantiene inflexible sus postulados, al tiempo que la “prima de riesgo” bate nuevos récords, las comunidades autónomas- empezando por la valenciana -solicitan su rescate al gobierno central y la fantasmagórica voz de los “mercados” empieza a pedir ya un “rescate total” del Estado español, algo que seguramente excede las posibilidades económicas de los potenciales “salvadores”.
Las manifestaciones han sido masivas, sí, y una vez más han dejado claras una serie de cuestiones: la primera de ellas es que la clase trabajadora está indignada y que responde cuando se efectúa una llamada a la movilización por parte de los sindicatos mayoritarios y contando con el apoyo de otras fuerzas sindicales y de movimientos y organizaciones sociales; la segunda de ellas es que la represión policial y judicial dura empieza a ser una constante, como demuestra lo ocurrido en Madrid tras la última manifestación; la tercera es que como este gobierno- y otros autonómicos del PP -parecen tener claro que no van a variar ni un ápice su política pase lo que pase, esto significa que están vinculando la posibilidad de cambios a su propia caída.
La inflexibilidad del gobierno de Rajoy en sus políticas, el ninguneo al que éste somete a las fuerzas sindicales y la estrategia de acoso y derribo que mantiene respecto de ellas, parece que van forzando a las direcciones de las centrales sindicales mayoritarias a pasar de las palabras a los hechos en lo que respecta a la necesidad de una “movilización sostenida”. Aunque lejos aun de la planificación detallada a medio y largo plazo que sería deseable, CCOO y UGT han lanzado ya un calendario de acciones para lo que resta de julio, agosto y setiembre, que incluye la celebración de “Cumbres Sociales” el 25 de julio y el 6 de setiembre; una gran marcha hacia Madrid el 15 de setiembre, con la loable vocación de ser también punto de encuentro de las diferentes “Mareas” que se han ido produciendo hasta ahora (educación, sanidad, mineros...); y la exigencia una de convocatoria de un referéndum sobre política económica y social, junto con la posibilidad de convocar también un “referéndum alternativo”.
La “Cumbre Social” propuesta por CCOO y UGT podría ser un buen instrumento para unificar y coordinar las luchas contra los recortes, siempre que se cumplan algunas condiciones. La principal de ellas es que se trate de una “Cumbre” verdaderamente representativa de “lo que se mueve” en estos momentos, de las organizaciones sindicales y sociales, de los movimientos que están en lucha. Existe el peligro de que se pretenda llenar la “Cumbre” con siglas poco representativas o en buena medida artificiales, lo cual sería un lastre para su real representatividad y devaluaría el papel que en ella han de jugar las organizaciones y movimientos realmente existentes e implantadas.
Por otra parte, los sindicatos mayoritarios han pretendido a menudo tener un rígido control sobre plataformas y entidades unitarias, convirtiéndolas en apéndices de sus propias iniciativas. Si se quisiera hacer algo semejante con ls “Cumbres” anunciadas esto determinaría de entrada, si no su fracaso, por lo menos una pérdida importe de sus potencialidades.
La petición de convocatoria de un referéndum sobre política económica y social no está exenta de problemas, aunque sin duda va a poner más en evidencia que el gobierno está desarrollando una política salvaje de recortes que no figuraba en su programa electoral y que incluso en algunos casos (aumento del IVA) está en directa contradicción con aquél. Cuando Rajoy afirma que “Hacemos lo que podemos”, lo hace dando por supuesto que su mayoría electoral lo legitima para interpretar “qué es lo que se puede hacer” y para aplicarlo sobre la marcha. Rajoy no fue investido Dictador en las últimas elecciones generales, aunque él y su partido, de manera totalmente antidemocrática, obren como si así fuese.
El referéndum, tanto si se desarrolla en el marco institucional como fuera de él, exige sin embargo claridad con respecto a las medidas alternativas que se han de aplicar en lugar de las actuales de recortes: expropiación de la banca y creación de una banca pública bajo control social; impago de la deuda ilegítima; política fiscal progresiva para que paguen los que más tienen; derogación de toda la legislación regresiva en materia de derechos laborales, de pensiones y sociales; creación de puestos de trabajo mediante inversiones públicas, reforma del modelo productivo y reparto de las horas... Este aspecto sigue brillando por su ausencia en las declaraciones y propuestas de los sindicatos mayoritarios que si bien van enunciado medidas posibles de manera deslabazada y esporádica, siguen sin formular de manera clara qué tipo de política alternativa defienden globalmente.
La propuesta de confluencia en la marcha a Madrid del 15 de setiembre de las diferentes “Mareas” que han ido surgiendo es muy positiva pero sigue circunscribiendo ésta a una acción puntual. En realidad, las circunstancias exigen una coordinación de las luchas constante y bien planificada que pueda permitir tanto su extensión como su prolongación en el tiempo. Hasta ahora, aparte de las convocatorias de las Huelgas Generales del 29S y del 29M y de la Huelga estatal de Educación del 22 de mayo, las acciones de movilización se han desarrollado de manera aislada, tanto las de ámbito regional o nacional como las locales, sin ninguna voluntad de unificarlas. Esto constituye un gran error y más considerando que las respuestas, cuando esta unificación se ha planteado, han sido muy buenas. Debería existir por lo menos un plan estatal de coordinación de luchas que incluya las de la función y servicios públicos (educación, sanidad, transportes, administración...) y las del sector de la minería. En dicho plan se podrían insertar las movilizaciones específicas de cada territorio y sector, junto con las globales, para de esta forma permitir la continuidad del conjunto de luchas, su permanencia en el tiempo y los necesarios periodos de recuperación de fuerzas tras los momentos más explosivos.
La convocatoria de una Huelga General en Euskadi para el 26 de setiembre por parte del conjunto de fuerzas sindicales, exceptuando de momento a las mismas CCOO y UGT, podría ser una buena oportunidad para hacer extensiva dicha HG a todo el Estado. Así como la situación requiere de una movilización sostenida que se desarrolle a través de un abanico amplio de formas de lucha, también necesita de momentos álgidos de unificación del combate, para lo cual la HG es uno de los instrumentos idóneos. Evidentemente, dicha HG debe siempre entenderse incluida dentro del plan general de movilización sostenida y como uno más de sus instrumentos.
La gran responsabilidad de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, en todo lo que se acaba de exponer, no supone que la acción de otras fuerzas sindicales, del movimiento 15M y de otras organizaciones y movimientos sociales sea irrelevante. Al contrario, la actividad del sindicalismo alternativo y de los movimientos sociales será fundamental en este periodo. En primer lugar porque existen organizaciones sindicales cuyo peso es determinante en determinados sectores, territorios o naciones del Estado que pueden impulsar las luchas en ellos atendiendo a los criterios antes expuestos; lo mismo es aplicable al movimiento del 15M, a los movimientos sociales y a sus organizaciones. Todos ellos deberían adoptar actitudes unitarias, buscando la convergencia en la acción entre sí y con los sindicatos mayoritarios, aunque sin ceder ante los intentos de control o de freno de los movimientos que éstos puedan realizar. Se trata de un equilibrio ciertamente difícil pero no imposible. Los movimientos sociales y el sindicalismo alternativo deben mostrar capacidad de iniciativa en estas semans cruciales y ser capaces de impulsar iniciativas y movilizacions unitarias y decididas.
Para hacer frente a la crisis y a la avalancha de recortes salariales, sociales y políticos se impone en resumen una “movilización sostenida” planificada a medio y largo plazo, la definición de un paquete claro de medidas alternativas, la coordinación de los sectores y territorios en lucha y el aumento progresivo de la organización sindical, social y en los centros de trabajo. Así debería ser canalizada la indignación que se manifestó en las calles el pasado 19 de julio.
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