El primer efecto de la caída del Muro de Berlín fue que todos los buenos jugadores de la liga de Alemania del Este, que se llamaba Oberliga, recalaron en los clubes de la Bundesliga. Hoy, veinte años después, no queda ningún equipo oriental en la primera división alemana. El Hansa Rostock fue el equipo que más tiempo resistió en la Bundesliga y últimamente el Cottbus había peleado, pero la temporada pasada descendió.
No veo fácil que un equipo del Este pueda consolidarse en la Bundesliga. Tienen graves problemas económicos y sin dinero no es fácil fichar a buenos jugadores. El mismo Cottbus tiene una plantilla plagada de extranjeros y muchos de ellos son de los antiguos países del bloque comunista, que resultan más baratos. Así es complicado que puedan llegar a la altura de los grandes equipos del Oeste.
Tampoco salen jóvenes jugadores de la antigua RDA. Es un problema de mentalidad. Pienso que los jóvenes tienen otras opciones, a diferencia de lo que pasaba cuando estaba el muro. Entonces, sólo había una posibilidad de ver otros países y ganar algo de dinero: destacar como futbolista, o deportista en general.
Tras la caída del muro eso cambió. Los alemanes del Este vieron cómo era la otra Alemania y querían alcanzar directamente el nivel que había en el otro lado. Por una parte es normal, porque cuando había muro no tenían nada y cuando cayó quisieron acceder directamente a la vida occidental y les resultó muy complicado el cambio de chip.
En mi opinión, el problema de que no haya ni clubes ni futbolsitas del Este es de mentalidad, porque si siempre habían sacado buenos jugadores, ¿dónde están ahora? El fútbol es reflejo de lo que pasa en general en el país. Sigue habiendo diferencias entre el Este y el Oeste. Los alemanes orientales pensaron que podrían pasar directamente al nivel económico y de bienestar de la parte occidental, sin darse cuenta del enorme trabajo que había costado levantar lo que era la República Federal. Es lógico que ese cambio haya sido difícil.
No han sido muchos los que han conseguido superar esa brecha. El caso más claro es el de Michael Ballack, que es natural del Este. En el momento en que cayó el muro, Matthias Sammer y Ulf Kirsten siguieron destacando en la selección. Pero a partir de entonces no hubo continuidad. Respecto a los jugadores, creo que es posible que vuelvan a salir jóvenes, pero los clubes lo tienen complicado, porque cualquier chaval que destaca es fichado inmediatamente por los grandes de la Bundesliga y se los llevan, no de su país, pero sí a un mundo diferente.
Viniendo publicado en El Diario Vasco (español) no podía esperarse un análisis mas sesudo que este, claro, los habitantes de la RDA eran todos unos vagos redomados, mientras que los de la RFA son todos héroes del trabajo, como siempre las divinas palabras pueden con la realidad, ninguna mención a las lamidas de orto que habrán tenido que dar los supuestos “triunfadores” a los jerifaltes del Oeste, el eterno mito del sueño americano, “Hijo, si tu te portas bien, te esfuerzas y trabajas duro llegaras lejos”, luego el que llegaba lejos era o bien la zorra que se dejaba sobar por el jefe o el pelota chivato que hundía con sus delaciones a los demás compañeros, pero…que bonitas quedan las mentiras en un periódico.
ResponderEliminarSi, esa es la imagen que se quiere transmitir a todos con respecto a los trabajadores de la RDA y eso como sabemos todos, es una trampa ya que los capitalistas piensan en la sociedad es esfuerzo y todas esas pamplinas solo valen para los hijos de los obreros.
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