JUAN GÓMEZ - EL PAIS
El presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Franz Müntefering, se ha lanzado a la reconquista del este del país con la propuesta de redactar una Constitución que sustituya a la actual Ley Fundamental (Grundgesetz), en vigor desde 1949. Müntefering recoge de esta forma, 20 años después de la caída del Muro, una vieja demanda de muchos ciudadanos procedentes de la antigua República Democrática Alemana (RDA).
Se distancia así el SPD de su socio de coalición en el Gobierno, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller, Angela Merkel. A cinco meses de las elecciones, los socialdemócratas tratan de pescar en las aguas electorales del este. Es allí donde más apoyos tiene la formación La Izquierda, heredera del partido único de la RDA. Müntefering es el ariete electoral del SPD, que lidera junto al candidato a la cancillería y actual ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
La propuesta desconcierta por cuanto no explica qué alteraciones necesita el texto de 1949. Ayer, Müntefering defendía en el diario de Dortmund Ruhr Nachrichten que "no se trata de reinventar la Ley Fundamental", sino de iniciar, en el 60º aniversario del texto que sustituyó al régimen nacionalsocialista, "un proceso que nos lleve a medio plazo hacia una nueva Constitución común, aceptada por los ciudadanos del este y por los del oeste".
En una entrevista en el dominical Bild am Sonntag, el presidente del SPD había aludido al "escepticismo de los alemanes del este ante la Ley Fundamental". Escepticismo que "no se debe a su contenido", sino a que no es un texto redactado específicamente para la unificación de las dos Alemanias en 1990.
Sobre si el SPD abriría un proceso constituyente en caso de que ganara las elecciones de septiembre, se mostraban ayer más que cautelosos en la oficina de prensa de la central en Berlín. Ayer no parecían tener muy claro qué hacer con la Constitución. Obviamente, insisten, el SPD es defensor y partidario de la Ley Fundamental. Aseguran que la de Müntefering es una iniciativa para el debate. No se trata, dicen, de una promesa electoral.
Los demás partidos alemanes también lo entienden así y hablan de estratagema electoralista. La CDU ha rechazado de plano la propuesta de Müntefering que, dicen, provoca un "debate peligroso" porque sugiere que los alemanes del este tienen ahora menos derechos que los del oeste. Los liberales del FDP se opusieron como la CDU, mientras que Los Verdes mostraron su escepticismo. El diputado Dieter Dehm, de La Izquierda, aseguró, quizá para devolverle la sorpresa a Müntefering, que su partido "considera que la Ley Fundamental es una de las mejores Constituciones del mundo".
El rescate socialdemócrata de algunos de sus principios tradicionales para estas elecciones, como la introducción de un salario mínimo, el aumento de los impuestos a los ricos o la mejora de los subsidios sociales, causa cierta inquietud en La Izquierda. El hasta hace poco pujante partido, que resultó del reciente matrimonio entre ex comunistas del este y disidentes socialdemócratas de la órbita de Oskar Lafontaine en el oeste, parece haberse estancado en las encuestas.
Los socialdemócratas, por el contrario, recuperan apoyos tras haber enterrado las grescas internas que lo zarandearon durante los últimos años. Si bien la CDU sigue líder según todas las consultas, las perspectivas del SPD, ya por encima del 25%, han salido de los abismos demoscópicos de hace unos meses. Corteja el SPD, sin mucho recato, a verdes y liberales para un tripartito, que Steinmeier podría llegar a liderar. Para ello, debe fortalecer su endeble perfil como candidato y sacar partido de las dificultades de Merkel con la crisis económica, con las críticas internas en la CDU y las de su partido hermano bávaro, CSU.
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