Veinte años después de la caída del muro de Berlín, Alemania continúa presentando las señales de una sociedad dividida. La reunificación de 1990 fue una absorción política y económica de la antigua República Democrática Alemana (RDA) a la medida de la élite de Bonn y Francfort, y no ha cerrado aquellas "cicatrices" a las que se refirió el ex Canciller y padre de la "Ostpolitik", Willy Brandt, en su famosa intervención ante la primera sesión del Bundestag de la Alemania reunificada en el Reichstag de Berlín, el 4 de octubre de 1990. Brandt, que falleció en 1992, apeló en aquella histórica sesión a una reunificación, "sin cicatrices deformantes" que lograra integrar lo que era un único cuerpo nacional mediante, "el aprecio y respeto hacia la autoestima de nuestros hasta ahora separados compatriotas". Entonces, la correlación de fuerzas imperante entre los dos trozos de Alemania, y entre el este y el oeste de Europa, impidió una reunificación más orgánica, popular y social. La reunificación con la que soñaban los impulsores del movimiento civil de la RDA, a los que tuve la suerte de conocer en directo entre 1983 y 1987, tenía que ser mucho más lenta y pretendía unificar ideas verdes "alternativas" con una ideología de izquierdas democrática. En otras condiciones aquel breve e improvisado programa difuso habría encontrado eco en la población de la RFA. En la práctica, ni siquiera fue capaz de imponer en la negociación la reivindicación de un estatus fuera de la OTAN para la Alemania reunificada, algo para lo que había apoyos sociales mayoritarios en ambas alemanias y que el propio Helmuth Kohl reconoce en sus memorias. Veinte años después, si la reunificación nacional y estatal de Alemania presenta la evidencia de un hecho sólido, los estudios muestran una cruda división entre las sociedades del este y del oeste. División de mentalidad, de valores y hasta de niveles de paro y de rentas. En desempleo, la zona correspondiente a la antigua RDA dobla al oeste: 14,1% frente al 7%, en datos de febrero. En rentas, los alemanes del este ganan un 12% menos y sus estados federados dependen en un 30% de las transferencias del oeste. "Aun no podemos decir si la reunificación social ha tenido lugar", dice el sociólogo Wilhelm Heitmayer, de la Universidad de Bielefeld, que dirige desde 2002 la encuesta nacional "Deutsche Zustände". Para Heitmayer los problemas de la integración social de Alemania tienen que ver con una dificultad más general de la nación por integrar y aceptar en la sociedad a los grupos diferentes y más débiles. Los alemanes del este tachan en las encuestas de "arrogantes" "superficiales" y "peseteros" a sus compatriotas del oeste, mientras que éstos describen a los orientales como "desconfiados", "preocupados" y "holgazanes". Un 64% de los alemanes del este se consideran "ciudadanos de segunda clase", un 72% observa que la reunificación ha supuesto no sólo ventajas sino también desventajas, y un porcentaje similar se declara discriminado. Afirmaciones como "nuestros logros son poco reconocidos" u otras que denotan una sensación de injusticia, son apoyadas en esta encuesta nacional que se realiza desde hace siete años, por más del 70% de los alemanes del este."Todavía no tenemos una sociedad cuyas partes tienden al mutuo acercamiento", dice Heitmayer.A la pregunta de si Alemania ya es una "patria unida", la respuesta de cuatro sociólogos es un ambiguo "Jein", contracción de "si" y "no" en alemán. Por un lado, en una comparación entre 1996 y 2008, el "orgullo por ser alemán" ha aumentado -sin que ello haya dado lugar a expresiones de un nacionalismo grosero por encima de lo habitual en Europa-. Por el otro, la identificación de unos y otros con la parte oriental u occidental del país, no sólo no ha disminuido sino que se incrementa. Sólo un 60% de los ciudadanos del oeste y un 41% de los del este consideran "integrada" a la nación, en la encuesta publicada por la editorial "Suhrkamp" de Francfort. Únicamente un 17% de los ciudadanos del oeste y un 33% de los del este, han pasado alguna vez un mes entero en el "otro lado" del país, que lleva veinte años sin muro.La actual Alemania no tiene precedentes históricos. Hasta 1990 nunca había habido una Alemania en las actuales fronteras. Así pues, como dice el teólogo de la antigua RDA Friedrich Schorlemmer, en Alemania no hubo una "reunificación" ("wiedervereinigung"), sino una "nueva unificación" ("neuevereinigung"). Mas allá de la comprensible lírica de la celebración del veinte aniversario de la caída del muro que nos espera este año, la "revolución popular" de la RDA, como toda la eclosión civil del bloque del este, fue una mera consecuencia del inesperado y sorprendente giro de la situación en Moscú. El guión esencial del "cambio" alemán fue un asunto dictado por las elites occidentales en el que el valioso y respetable movimiento cívico de la RDA puso poco más que la coreografía: una típica "revolución" alemana desde arriba. Esto no es un juicio peyorativo, pues las cosas podían haber ido mucho peor, y en algunas cosas la élite y la población alemana demostraron no pocas virtudes y una inteligente moderación, sino que es un juicio de historiador. La prueba del déficit orgánico de la reunificación es, precisamente, que ha pasado una generación y las cicatrices sociales de todo aquello están a la vista. Que aun deberá pasar otra generación para cerrar el círculo de la reunificación social en Alemania. Conversación con el editor Christoph LinksNacido en 1954, el editor Christoph Links fue, en otoño de 1989, el creador de la primera editorial privada de la República Democrática Alemana (RDA). Tras la unificación Links editó algunos de los mejores libros sobre aquel proceso y sus resultados, siendo autor o coautor de algunos de ellos. Es una excelente fuente para hablar del tema. - ¿Por qué la reunificación alemana, como absorción de la RDA por la RFA no tuvo alternativa?- En 1990, tanto en el oeste como en el este había interés en una unificación rápida. Los alemanes del este querían alcanzar lo antes posible el nivel de vida y consumo que había en el oeste, mientras que el Canciller Helmuth Kohl estaba muy interesado en ganarse al electorado de Alemania del Este. La CDU y el campo conservador de la República Federal Alemana (RFA) no estaban muy bien situados electoralmente, y en diciembre de 1990, dos meses después de la reunificación, había elecciones generales. Kohl sabía que si añadía 17 millones de alemanes del este mediante una rápida unificación recibiría muchos votos para la CDU, tal como ocurrió. Así que había un interés, político en el oeste y de la gente en el este, que coincidía en una rápida unificación. Los expertos económicos, los jefes de los bancos, incluido el jefe del Bundesbank, aconsejaban en sentido contrario. Dijeron que era demasiado rápido y que había que pasar por un proceso de adaptación, que cuando un nuevo país era aceptado en la Unión Europea, por ejemplo Portugal en su día, se establecía un periodo de transición de entre cinco y siete años para sintonizar la legislación y dar a la economía posibilidades de adaptarse a la nueva situación de competencia del mercado ampliado. Los expertos económicos no fueron escuchados y decidieron los políticos. El resultado es que hoy la unidad política ha funcionado, pero la unificación económica no. La economía es un problema enorme. Todavía hoy, una tercera parte, -más del 30%- del dinero que los estados federados del este necesitan, viene del oeste; son transferencias del oeste, porque en el este no se recaudan suficientes impuestos. Y eso obedece a que la economía del este fue destruida, a que hubo una enorme desindustrialización y a que muchas empresas productivas desaparecieron. Por ejemplo, en mi ramo, el editorial: de las 78 editoriales que había en la RDA, hoy solo quedan 12. El resto fueron compradas por editoriales occidentales y cerradas. Eso pasó también en los otros sectores porque no se necesitaba a las empresas orientales. En el oeste ya había empresas que producían coches, leche, mantequilla... así que la economía del este se fue a pique.- ¿Qué pasó con el patrimonio nacional de la RDA; empresas y propiedades? - Más del 90% de las empresas de la RDA eran estatales. La parte privada representaba solo el 7%. O sea que 93% eran estatales. Toda la propiedad estatal pasó a manos del "Treuhandanstalt". Era un holding de todas las empresas estatales y era filial del Ministerio de Finanzas. La RDA había metido en ese holding a todas las empresas estatales a principios de 1990 con el fin de sanearlas, modernizarlas y privatizarlas bajo la supervisión directa del jefe del gobierno. Tras la reunificación del 3 de octubre de 1990, ese holding no pasó ni al Canciller Federal, ni al Ministerio de Economía, como podía pensarse, sino al Ministerio de Finanzas, con el encargo de vender las empresas lo antes posible. Los políticos no querían ninguna empresa productiva del este, sino que querían vender esas empresas lo más rápido posible para recibir dinero para las empresas. Las empresas se vendieron muy rápido y muy barato, a veces por un simbólico marco. El comprador sólo debía comprometerse a mantener la empresa cinco años e invertir en ella.- ¿Quien estableció esa obligación? - Estaba en los contratos de venta, pero nadie controló si se cumplía. El "Treuhandanstalt" fue disuelto en 1994. Nadie controló si los empleados continuaban allá otros cinco años, o si se invertía en ellas. Muchas empresas del oeste simplemente compraron a sus competidores del este por un marco, las mantuvieron dos o tres años y luego las cerraron. Por eso hay tan poco trabajo en el este. En el este el paro es el doble que en oeste porque no hay empresas. Las empresas fueron cerradas y no hay donde trabajar.- En general, ¿qué nivel de fraude, de "raubkapitalismus" hubo en esa operación?- Las empresas de la RDA eran vetustas, estaban en mal estado y necesitaban inversiones. Muchos esperaban que los compradores del oeste invirtieran. En algunos casos contados eso ocurrió, pero no en general. Los trabajadores despedidos recibieron mucho dinero y luego el estado les dio las llamadas medidas ABM de "creación de empleo" (Arbeitsbeschafungsmassnahmen), es decir darles empleos limpiando calles o parques para que no se rebelasen. Poco a poco, esa cantidad se fue reduciendo de tal forma que la transición fuera lenta, para que no todos se quedaran sin trabajo de golpe. La mayoría de las empresas cerraron. No se las quedó ningún magnate, como fue el caso en Rusia, sino que fueron en su mayoría liquidadas por sus propietarios del oeste.- En Alemania se habla de "revuelta", de "revolución", de "Wende" (cambio, giro). Esa ambigüedad y confusión a la hora de describir todo aquello relacionado con el movimiento social y ciudadano que contribuyó al hundimiento de la RDA, en el fondo, ¿no denota el simple hecho de que sin Gorbachov, sin el cambio en la URSS, no habría pasado nada en la RDA?- Cada grupo denomina de forma diferente aquel cambio brusco. Los defensores de los derechos humanos que luchaban por un cambio y una democratización de la RDA, hablan de "revolución". La mayoría de los ex dirigentes del Partido Comunista de la RDA (SED), hablan de un "ingreso" ("Beitritt") de la RDA en la RFA. Los viejos comunistas hablan de una "anexión" o "absorción" ("Anschluss"), pero el concepto que se ha impuesto en el lenguaje cotidiano ha sido el de "Wende", porque se produjo una transformación en la vida de muchas personas y ese cambio es descrito de diversas maneras. Históricamente es correcto calificar de "ingreso" la entrada de la RDA en la legislación fundamental de la RFA, porque no hubo ninguna confluencia o fusión: no se unieron dos partes iguales, sino que una tuvo que adoptar las normas y condiciones de la otra; es decir todo su sistema legal, político y social.- ¿Una política más incisiva y activa de la URSS de Gorbachov, habría podido alterar esta "Anschluss", por ejemplo poniéndole condiciones? Es la tesis que defiendo en mi libro sobre la mutación de la URSS. Condiciones como, por ejemplo, la salida de la RFA de la OTAN, como el propio Helmuth Kohl reconoce en sus memorias- Exacto. Gorbachov mantuvo una política indecisa, con ideas e impulsos pero sin un claro concepto...- He discutido mucho con Gorbachov sobre esto. Él siempre se enfadó cuando se lo apunté, y eso siempre me dejó con la impresión de que la observación le molestaba especialmente, precisamente, porque, en el fondo, la consideraba correcta... Pero pasemos a otro tema; la imagen de la RDA que se fomenta en la Alemania de hoy: Cuando entro en una librería -me refiero en uno de esos supermercados de libros que se llaman librería, tan diferentes de las genuinas librerías con libreros que sabían lo que tenían y por qué- pues bien; cuando entro en ellas en Berlín y miro la sección dedicada a la RDA, casi solo se encuentra material sobre la Stassi (policía de estado) o el estado policial. Todo lo que había en la RDA más allá de la cruda dictadura política y el estado policial... no existe!- Entre 1990 y el 2000, la política oficial de la Alemania unificada tuvo un fuerte componente para deslegitimar y descalificar a la RDA. Fue una época en la que muchos alemanes del este se sintieron muy frustrados por esa imagen. Hacia 2001 eso provocó la aparición del fenómeno de la "Ostalgie", la nostalgia del este entre los ex ciudadanos de la antigua RDA. De repente había muchas fiestas juveniles con la gente vestida con los uniformes de las juventudes comunistas (FDJ), espectáculos de televisión en los que se exhibían los antiguos lemas y símbolos de la RDA, o que se resaltaban las hazañas deportivas de la RDA... Fue una especie de reacción a ocho o nueve años de discurso negativo hacia ella. La "Ostalgie" enfatizaba lo bien que nos iba, por ejemplo, en la intensidad de la privacidad, o lo guay que era la cultura nudista en las playas del Báltico, el sentido de comunidad, la estabilidad, la seguridad en el trabajo y todo eso... Era un movimiento pendular en la otra dirección, que cambió un poco toda aquella fijación por la Stassi y la opresión. Noté eso en mi editorial; en los primeros diez años sólo recibía manuscritos, de la universidad, de los periodistas, sobre la opresión. Ahora, en los últimos años, se encuentran libros sobre la cultura, la vida cotidiana, la historia común. Hay diferentes visiones y voces de autores que ya no describen a la RDA como mera opresión, dictadura, y estado injusto, sino que se ocupan de otros aspectos y posibilidades de la vida allá.- ¿Qué ha aportado la RDA a la actual Alemania?- Hay muchos aspectos prácticos de la RDA que en los primeros diez años de la Alemania unificada fueron políticamente condenados y que hoy se aceptan. Para empezar, en el ámbito de la educación, las escuelas permanentes, un concepto de la RDA ("Ganztagschule") que enseñaban todo el día, abiertas por la tarde para adultos, o para escolares que podían allá recibir ayuda y hacer sus deberes en común o prepararse las clases, y que eran una ayuda estupenda para los estudiantes mas flojos. En los primeros años todo eso se condenó como mera "adoctrinación" de los niños, y ahora con los problemas evidenciados por el "Estudio de Pisa" (sobre educación en Europa) resulta que el modelo, el que sale mejor librado, es Finlandia, que tiene un modelo muy parecido al de la RDA, con clases vespertinas de refuerzo, por lo que aquello podría ser interesante... Hablamos del ámbito de la sanidad, donde el modelo de Policlínicas de la RDA, con muchos especialistas en un mismo centro y tratando a los pacientes en común... todo eso fue destruido y en su lugar se adoptó el sistema de muchos médicos privados, que hoy, en el contexto de la crisis del sistema sanitario, hace que, de repente, aquel sistema de atención colectiva sea visto con interés. También en el ámbito deportivo, la presencia del deporte en las escuelas, eso se acepta hoy en la RFA. También la calidad de la cultura en diversos aspectos... Pero su pregunta era sobre la aportación de la RDA, creo que en el pensamiento social, la idea de igualdad, de la nivelación de ingresos, se ha hecho muy importante para muchos en el contexto de las actuales dificultades económicas. La mayor diferencia de ingresos en la RDA era que el director de la fábrica ganara, quizá, tres veces más que el trabajador. Hoy un ejecutivo bancario gana cien veces más que un trabajador. Que esa justicia social también tiene un valor, es algo que comienza a comprenderse mejor hoy en la RFA. Que la nivelación como valor ha sido algo aportado por el este lo demuestra el éxito del Partido de la Izquierda ("Die Linke"), que es un claro resultado de la reunificación alemana.- ¿Hubo persecución política por parte de la derecha?, ¿hubo caza de brujas?, ¿utilización política de los archivos de la Stassi, por ejemplo?. ¿Cuanta gente fue condenada?- No muchos. Hubo muchos procesos, pero pocas condenas. Se creó una unidad policial-judicial que era rama de la Fiscalía, la ZERV ("Zentrale Ermittlungsstelle Regierungs- und Vereinigungskriminalität") encargada de investigar qué crímenes políticos y económicos podían ser perseguibles. Esa unidad abrió alrededor de 20.000 expedientes pero sólo produjo alrededor de 200 condenas. No hubo, pues, una "justicia de los vencedores". En mi opinión no la hubo. En el proceso de reunificación de 1990 se estableció que el derecho de la RDA mantenía su vigencia para los ciudadanos de la ex RDA, incluido con carácter retroactivo. Si su conducta había estado ajustada a derecho de la RDA, no podía ser juzgada de acuerdo con otro derecho. La gente que fue condenada lo fue por asuntos tan extremos como la muerte de tránsfugas en la frontera por disparos. Esa fue la única excepción; aquello estaba permitido en la RDA, pero no debía estarlo. Todo lo demás se rigió por el derecho de la RDA y por eso hubo muy pocas condenas. - O sea, que podemos hacer un balance bastante positivo de éste aspecto...- Si. Pocas condenas. También hubo poca instrumentalización política de los archivos de la Stassi. Fue muy diferente que en Polonia, o en Rumanía, porque aquí los archivos estaban abiertos para todos. En Chequia, Rumanía, Polonia... el acceso a las fichas estaba restringido y solo durante un determinado tiempo. Algunos pudieron acusar sin presentar pruebas, eso fue diferente en Alemania porque el movimiento cívico, la gente como Gert y Ulrike Poppe, lucharon para que las fichas estuvieran abiertas para todos y para que cualquier investigador o periodista pudiera consultarlas y no se pudiera abusar y decir; "éste si, pero aquél no...". Las decisiones sobre si alguien que había colaborado con la Stassi debía perder su trabajo o no, era asunto que se decidía en asamblea por los empleados de universidades y empresas, por ejemplo. Esas comisiones de personal, en la administración, en las universidades, en las empresas, decidieron en muchos casos mantener en sus puestos a gente que había colaborado con la Stassi, dependiendo de los daños de tal colaboración, de si había significado cárcel para otros, etc. Eso ocurrió en el Berliner Zeitung, donde cuatro redactores fueron señalados como colaboradores: dos tuvieron que irse y dos pudieron seguir, en función de la gravedad de su acción. Se les valoró personalmente en la propia empresa. - ¿Podemos decir entonces que no hubo un revanchismo social.?- Lo que hubo fue un fuerte relevo de élites, en el contexto de una situación de competencia económica. La élite del este fue apartada y se produjo una sustitución a cargo de la élite alemana occidental. Los profesores del este tuvieron que abandonar las universidades y los jóvenes doctores de Munich vinieron y fueron profesores en Berlín. Los empleados de la radio tuvieron que irse de Berlín Este mientras que un periodista de Colonia tomaba la jefatura. Los cuadros importantes de los medios de comunicación, redactores jefe, administradores, etc de televisión y radio, en las universidades, todo eso fue rellenado con gente del oeste...- ¿Cómo se hizo esta sustitución?, ¿fue algo impuesto?, ¿fue consecuencia del propio proceso de limpieza interna realizado por los propios empleados en las empresas...?- El proceso de limpieza interna no fue deseado por los responsables de la RFA. Por ejemplo en la Universidad Humboldt, la gente ya había iniciado su proceso de autolimpieza, pero el Senado de Berlín, no quería ninguna autolimpieza, sino que hizo una limpieza desde fuera y puso a su propia gente de fuera. En este proceso muchos intelectuales del este que no eran criminales ni habían hecho nada malo y que no habían sido colaboradores de la Stassi, pero que fueron señalados como "próximos al sistema" perdieron su puesto. Ese concepto político fue causa de que muchos perdieran su puesto socialmente influyente y que occidentales tomaran el relevo. - En resumen, que si se dice que en los archivos de la Stassi no se encontró nada comprometedor sobre la Señora Merkel, podemos creérnoslo...- Si.- ¿Qué fue de la estadocracia local, de la "nomenclatura" del SED, de la élite política de la RDA?- Hoy son jubilados que no trabajan. Su alejamiento de la escena fue un deseo de la población de la ex RDA. Sobre eso había consenso. Pero sus sucesores generacionales en el partido, frecuentemente críticos con los anteriores, no pasaron a ocupar los puestos vacantes en el estado, sino que fueron sustituidos por occidentales. No hubo un cambio desde dentro. La vieja burocracia se pasó a la economía privada; agentes de seguros, empresas de automóviles, pero en la función pública no se quería a gente de la ex RDA, ex miembros del SED o "próximos al sistema", como se decía, pero en la economía privada se podía trabajar. Por eso la vieja burocracia se fue a la economía privada y hoy no desempeña ningún papel. Se reúnen en asociaciones alrededor de Die Linke y el PDS, son gente mayor conservadora.- ¿Se ha hecho la crónica del "Wende" desde los despachos de Bonn?- Por desgracia no existe nada de ese género. Hay libros gruesos con los documentos oficiales de Bonn, pero no hay una "crónica del Wende" desde el Oeste. Los que lo organizaron no lo han descrito y sería muy interesante. Eso lo editaría con mucho gusto.- ¿Hay algo sobre el papel de los servicios secretos alemanes y occidentales durante aquel verano cuando la gente de la RDA de vacaciones en el Lago Balatón acabó atravesando "espontáneamente" la frontera húngara, y otros se encerraban en la embajada de la RFA en Praga. Un viceministro de exteriores de la URSS me explicó, por ejemplo, que en agosto de 1989 el Canciller Kohl y su ministro de exteriores Gensher, se habían reunido en el más estricto secreto en un castillo de los alrededores de Bonn con el primer ministro húngaro Karoly Nemeth y el ministro de exteriores Horn. La economía húngara estaba al borde de la quiebra y privada de la posibilidad de créditos soviéticos. En aquella reunión, los húngaros accedieron a abrir su frontera con Austria y permitir el paso a los turistas de la RDA a cambio de un crédito de mil millones de marcos... ¿Se ha revelado algo sobre ese tipo de cosas? - No.- ¿Le parece un aspecto relevante?- Claro que sí. Hubo toda una serie de conversaciones secretas, de pagos... Sabemos mucho sobre las negociaciones entre Kohl y Gorbachov en el Caucaso, que se ofrecieron 8.000 millones, cuando Gorbachov quería 12.000 millones por la retirada de las tropas soviéticas de la RDA y que al final hubo un acuerdo de que serían 8.000 millones con otros 4.000 millones como créditos. Se sabe que grandes sumas decidieron determinadas cosas. También puedo imaginar que hubo flujos de dinero en la compra de diarios de la DDR por parte de consorcios de la RFA..., pero no hay una crónica de estas cosas desde la perspectiva del oeste, y sería de gran interés.- Han pasado veinte años y sigue habiendo dos sociedades alemanas. En la encuesta "Deutsche Zustände" de la Universidad de Bielefeld, el 64% de los orientales se declaran ciudadanos de segunda clase ¿Todo esto qué perspectiva tiene, que futuro tiene?- En 1989, al principio, se dijo que para cerrar la reunificación alemana sería necesario el paso de una generación. Han pasado veinte años y eso es casi una generación, veinticinco años, pero la sociedad continua dividida. Eso tiene que ver, sobre todo, con los problemas económicos. Los conflictos mentales entre este y oeste se derivan de las diferencias económicas. Por lo menos tendrá que pasar otra generación más, cincuenta años, para que alcancemos una nivelación normal. En Estados Unidos, las diferencias entre estados del Norte y del Sur se han mantenido mucho tiempo y aun se observan... Todo dependerá, esencialmente, de si se logra una mejora de la situación económica en el este, de si la gente del este encuentra trabajo, de si pueden convivir en equidad. En ese caso habrá una nivelación mental mucho más rápida, en caso contrario la diferencia se mantendrá.
Veinte años después de la caída del muro de Berlín, Alemania continúa presentando las señales de una sociedad dividida. La reunificación de 1990 fue una absorción política y económica de la antigua República Democrática Alemana (RDA) a la medida de la élite de Bonn y Francfort, y no ha cerrado aquellas "cicatrices" a las que se refirió el ex Canciller y padre de la "Ostpolitik", Willy Brandt, en su famosa intervención ante la primera sesión del Bundestag de la Alemania reunificada en el Reichstag de Berlín, el 4 de octubre de 1990. Brandt, que falleció en 1992, apeló en aquella histórica sesión a una reunificación, "sin cicatrices deformantes" que lograra integrar lo que era un único cuerpo nacional mediante, "el aprecio y respeto hacia la autoestima de nuestros hasta ahora separados compatriotas". Entonces, la correlación de fuerzas imperante entre los dos trozos de Alemania, y entre el este y el oeste de Europa, impidió una reunificación más orgánica, popular y social. La reunificación con la que soñaban los impulsores del movimiento civil de la RDA, a los que tuve la suerte de conocer en directo entre 1983 y 1987, tenía que ser mucho más lenta y pretendía unificar ideas verdes "alternativas" con una ideología de izquierdas democrática. En otras condiciones aquel breve e improvisado programa difuso habría encontrado eco en la población de la RFA. En la práctica, ni siquiera fue capaz de imponer en la negociación la reivindicación de un estatus fuera de la OTAN para la Alemania reunificada, algo para lo que había apoyos sociales mayoritarios en ambas alemanias y que el propio Helmuth Kohl reconoce en sus memorias. Veinte años después, si la reunificación nacional y estatal de Alemania presenta la evidencia de un hecho sólido, los estudios muestran una cruda división entre las sociedades del este y del oeste. División de mentalidad, de valores y hasta de niveles de paro y de rentas. En desempleo, la zona correspondiente a la antigua RDA dobla al oeste: 14,1% frente al 7%, en datos de febrero. En rentas, los alemanes del este ganan un 12% menos y sus estados federados dependen en un 30% de las transferencias del oeste. "Aun no podemos decir si la reunificación social ha tenido lugar", dice el sociólogo Wilhelm Heitmayer, de la Universidad de Bielefeld, que dirige desde 2002 la encuesta nacional "Deutsche Zustände". Para Heitmayer los problemas de la integración social de Alemania tienen que ver con una dificultad más general de la nación por integrar y aceptar en la sociedad a los grupos diferentes y más débiles. Los alemanes del este tachan en las encuestas de "arrogantes" "superficiales" y "peseteros" a sus compatriotas del oeste, mientras que éstos describen a los orientales como "desconfiados", "preocupados" y "holgazanes". Un 64% de los alemanes del este se consideran "ciudadanos de segunda clase", un 72% observa que la reunificación ha supuesto no sólo ventajas sino también desventajas, y un porcentaje similar se declara discriminado. Afirmaciones como "nuestros logros son poco reconocidos" u otras que denotan una sensación de injusticia, son apoyadas en esta encuesta nacional que se realiza desde hace siete años, por más del 70% de los alemanes del este."Todavía no tenemos una sociedad cuyas partes tienden al mutuo acercamiento", dice Heitmayer.A la pregunta de si Alemania ya es una "patria unida", la respuesta de cuatro sociólogos es un ambiguo "Jein", contracción de "si" y "no" en alemán. Por un lado, en una comparación entre 1996 y 2008, el "orgullo por ser alemán" ha aumentado -sin que ello haya dado lugar a expresiones de un nacionalismo grosero por encima de lo habitual en Europa-. Por el otro, la identificación de unos y otros con la parte oriental u occidental del país, no sólo no ha disminuido sino que se incrementa. Sólo un 60% de los ciudadanos del oeste y un 41% de los del este consideran "integrada" a la nación, en la encuesta publicada por la editorial "Suhrkamp" de Francfort. Únicamente un 17% de los ciudadanos del oeste y un 33% de los del este, han pasado alguna vez un mes entero en el "otro lado" del país, que lleva veinte años sin muro.La actual Alemania no tiene precedentes históricos. Hasta 1990 nunca había habido una Alemania en las actuales fronteras. Así pues, como dice el teólogo de la antigua RDA Friedrich Schorlemmer, en Alemania no hubo una "reunificación" ("wiedervereinigung"), sino una "nueva unificación" ("neuevereinigung"). Mas allá de la comprensible lírica de la celebración del veinte aniversario de la caída del muro que nos espera este año, la "revolución popular" de la RDA, como toda la eclosión civil del bloque del este, fue una mera consecuencia del inesperado y sorprendente giro de la situación en Moscú. El guión esencial del "cambio" alemán fue un asunto dictado por las elites occidentales en el que el valioso y respetable movimiento cívico de la RDA puso poco más que la coreografía: una típica "revolución" alemana desde arriba. Esto no es un juicio peyorativo, pues las cosas podían haber ido mucho peor, y en algunas cosas la élite y la población alemana demostraron no pocas virtudes y una inteligente moderación, sino que es un juicio de historiador. La prueba del déficit orgánico de la reunificación es, precisamente, que ha pasado una generación y las cicatrices sociales de todo aquello están a la vista. Que aun deberá pasar otra generación para cerrar el círculo de la reunificación social en Alemania. Conversación con el editor Christoph LinksNacido en 1954, el editor Christoph Links fue, en otoño de 1989, el creador de la primera editorial privada de la República Democrática Alemana (RDA). Tras la unificación Links editó algunos de los mejores libros sobre aquel proceso y sus resultados, siendo autor o coautor de algunos de ellos. Es una excelente fuente para hablar del tema. - ¿Por qué la reunificación alemana, como absorción de la RDA por la RFA no tuvo alternativa?- En 1990, tanto en el oeste como en el este había interés en una unificación rápida. Los alemanes del este querían alcanzar lo antes posible el nivel de vida y consumo que había en el oeste, mientras que el Canciller Helmuth Kohl estaba muy interesado en ganarse al electorado de Alemania del Este. La CDU y el campo conservador de la República Federal Alemana (RFA) no estaban muy bien situados electoralmente, y en diciembre de 1990, dos meses después de la reunificación, había elecciones generales. Kohl sabía que si añadía 17 millones de alemanes del este mediante una rápida unificación recibiría muchos votos para la CDU, tal como ocurrió. Así que había un interés, político en el oeste y de la gente en el este, que coincidía en una rápida unificación. Los expertos económicos, los jefes de los bancos, incluido el jefe del Bundesbank, aconsejaban en sentido contrario. Dijeron que era demasiado rápido y que había que pasar por un proceso de adaptación, que cuando un nuevo país era aceptado en la Unión Europea, por ejemplo Portugal en su día, se establecía un periodo de transición de entre cinco y siete años para sintonizar la legislación y dar a la economía posibilidades de adaptarse a la nueva situación de competencia del mercado ampliado. Los expertos económicos no fueron escuchados y decidieron los políticos. El resultado es que hoy la unidad política ha funcionado, pero la unificación económica no. La economía es un problema enorme. Todavía hoy, una tercera parte, -más del 30%- del dinero que los estados federados del este necesitan, viene del oeste; son transferencias del oeste, porque en el este no se recaudan suficientes impuestos. Y eso obedece a que la economía del este fue destruida, a que hubo una enorme desindustrialización y a que muchas empresas productivas desaparecieron. Por ejemplo, en mi ramo, el editorial: de las 78 editoriales que había en la RDA, hoy solo quedan 12. El resto fueron compradas por editoriales occidentales y cerradas. Eso pasó también en los otros sectores porque no se necesitaba a las empresas orientales. En el oeste ya había empresas que producían coches, leche, mantequilla... así que la economía del este se fue a pique.- ¿Qué pasó con el patrimonio nacional de la RDA; empresas y propiedades? - Más del 90% de las empresas de la RDA eran estatales. La parte privada representaba solo el 7%. O sea que 93% eran estatales. Toda la propiedad estatal pasó a manos del "Treuhandanstalt". Era un holding de todas las empresas estatales y era filial del Ministerio de Finanzas. La RDA había metido en ese holding a todas las empresas estatales a principios de 1990 con el fin de sanearlas, modernizarlas y privatizarlas bajo la supervisión directa del jefe del gobierno. Tras la reunificación del 3 de octubre de 1990, ese holding no pasó ni al Canciller Federal, ni al Ministerio de Economía, como podía pensarse, sino al Ministerio de Finanzas, con el encargo de vender las empresas lo antes posible. Los políticos no querían ninguna empresa productiva del este, sino que querían vender esas empresas lo más rápido posible para recibir dinero para las empresas. Las empresas se vendieron muy rápido y muy barato, a veces por un simbólico marco. El comprador sólo debía comprometerse a mantener la empresa cinco años e invertir en ella.- ¿Quien estableció esa obligación? - Estaba en los contratos de venta, pero nadie controló si se cumplía. El "Treuhandanstalt" fue disuelto en 1994. Nadie controló si los empleados continuaban allá otros cinco años, o si se invertía en ellas. Muchas empresas del oeste simplemente compraron a sus competidores del este por un marco, las mantuvieron dos o tres años y luego las cerraron. Por eso hay tan poco trabajo en el este. En el este el paro es el doble que en oeste porque no hay empresas. Las empresas fueron cerradas y no hay donde trabajar.- En general, ¿qué nivel de fraude, de "raubkapitalismus" hubo en esa operación?- Las empresas de la RDA eran vetustas, estaban en mal estado y necesitaban inversiones. Muchos esperaban que los compradores del oeste invirtieran. En algunos casos contados eso ocurrió, pero no en general. Los trabajadores despedidos recibieron mucho dinero y luego el estado les dio las llamadas medidas ABM de "creación de empleo" (Arbeitsbeschafungsmassnahmen), es decir darles empleos limpiando calles o parques para que no se rebelasen. Poco a poco, esa cantidad se fue reduciendo de tal forma que la transición fuera lenta, para que no todos se quedaran sin trabajo de golpe. La mayoría de las empresas cerraron. No se las quedó ningún magnate, como fue el caso en Rusia, sino que fueron en su mayoría liquidadas por sus propietarios del oeste.- En Alemania se habla de "revuelta", de "revolución", de "Wende" (cambio, giro). Esa ambigüedad y confusión a la hora de describir todo aquello relacionado con el movimiento social y ciudadano que contribuyó al hundimiento de la RDA, en el fondo, ¿no denota el simple hecho de que sin Gorbachov, sin el cambio en la URSS, no habría pasado nada en la RDA?- Cada grupo denomina de forma diferente aquel cambio brusco. Los defensores de los derechos humanos que luchaban por un cambio y una democratización de la RDA, hablan de "revolución". La mayoría de los ex dirigentes del Partido Comunista de la RDA (SED), hablan de un "ingreso" ("Beitritt") de la RDA en la RFA. Los viejos comunistas hablan de una "anexión" o "absorción" ("Anschluss"), pero el concepto que se ha impuesto en el lenguaje cotidiano ha sido el de "Wende", porque se produjo una transformación en la vida de muchas personas y ese cambio es descrito de diversas maneras. Históricamente es correcto calificar de "ingreso" la entrada de la RDA en la legislación fundamental de la RFA, porque no hubo ninguna confluencia o fusión: no se unieron dos partes iguales, sino que una tuvo que adoptar las normas y condiciones de la otra; es decir todo su sistema legal, político y social.- ¿Una política más incisiva y activa de la URSS de Gorbachov, habría podido alterar esta "Anschluss", por ejemplo poniéndole condiciones? Es la tesis que defiendo en mi libro sobre la mutación de la URSS. Condiciones como, por ejemplo, la salida de la RFA de la OTAN, como el propio Helmuth Kohl reconoce en sus memorias- Exacto. Gorbachov mantuvo una política indecisa, con ideas e impulsos pero sin un claro concepto...- He discutido mucho con Gorbachov sobre esto. Él siempre se enfadó cuando se lo apunté, y eso siempre me dejó con la impresión de que la observación le molestaba especialmente, precisamente, porque, en el fondo, la consideraba correcta... Pero pasemos a otro tema; la imagen de la RDA que se fomenta en la Alemania de hoy: Cuando entro en una librería -me refiero en uno de esos supermercados de libros que se llaman librería, tan diferentes de las genuinas librerías con libreros que sabían lo que tenían y por qué- pues bien; cuando entro en ellas en Berlín y miro la sección dedicada a la RDA, casi solo se encuentra material sobre la Stassi (policía de estado) o el estado policial. Todo lo que había en la RDA más allá de la cruda dictadura política y el estado policial... no existe!- Entre 1990 y el 2000, la política oficial de la Alemania unificada tuvo un fuerte componente para deslegitimar y descalificar a la RDA. Fue una época en la que muchos alemanes del este se sintieron muy frustrados por esa imagen. Hacia 2001 eso provocó la aparición del fenómeno de la "Ostalgie", la nostalgia del este entre los ex ciudadanos de la antigua RDA. De repente había muchas fiestas juveniles con la gente vestida con los uniformes de las juventudes comunistas (FDJ), espectáculos de televisión en los que se exhibían los antiguos lemas y símbolos de la RDA, o que se resaltaban las hazañas deportivas de la RDA... Fue una especie de reacción a ocho o nueve años de discurso negativo hacia ella. La "Ostalgie" enfatizaba lo bien que nos iba, por ejemplo, en la intensidad de la privacidad, o lo guay que era la cultura nudista en las playas del Báltico, el sentido de comunidad, la estabilidad, la seguridad en el trabajo y todo eso... Era un movimiento pendular en la otra dirección, que cambió un poco toda aquella fijación por la Stassi y la opresión. Noté eso en mi editorial; en los primeros diez años sólo recibía manuscritos, de la universidad, de los periodistas, sobre la opresión. Ahora, en los últimos años, se encuentran libros sobre la cultura, la vida cotidiana, la historia común. Hay diferentes visiones y voces de autores que ya no describen a la RDA como mera opresión, dictadura, y estado injusto, sino que se ocupan de otros aspectos y posibilidades de la vida allá.- ¿Qué ha aportado la RDA a la actual Alemania?- Hay muchos aspectos prácticos de la RDA que en los primeros diez años de la Alemania unificada fueron políticamente condenados y que hoy se aceptan. Para empezar, en el ámbito de la educación, las escuelas permanentes, un concepto de la RDA ("Ganztagschule") que enseñaban todo el día, abiertas por la tarde para adultos, o para escolares que podían allá recibir ayuda y hacer sus deberes en común o prepararse las clases, y que eran una ayuda estupenda para los estudiantes mas flojos. En los primeros años todo eso se condenó como mera "adoctrinación" de los niños, y ahora con los problemas evidenciados por el "Estudio de Pisa" (sobre educación en Europa) resulta que el modelo, el que sale mejor librado, es Finlandia, que tiene un modelo muy parecido al de la RDA, con clases vespertinas de refuerzo, por lo que aquello podría ser interesante... Hablamos del ámbito de la sanidad, donde el modelo de Policlínicas de la RDA, con muchos especialistas en un mismo centro y tratando a los pacientes en común... todo eso fue destruido y en su lugar se adoptó el sistema de muchos médicos privados, que hoy, en el contexto de la crisis del sistema sanitario, hace que, de repente, aquel sistema de atención colectiva sea visto con interés. También en el ámbito deportivo, la presencia del deporte en las escuelas, eso se acepta hoy en la RFA. También la calidad de la cultura en diversos aspectos... Pero su pregunta era sobre la aportación de la RDA, creo que en el pensamiento social, la idea de igualdad, de la nivelación de ingresos, se ha hecho muy importante para muchos en el contexto de las actuales dificultades económicas. La mayor diferencia de ingresos en la RDA era que el director de la fábrica ganara, quizá, tres veces más que el trabajador. Hoy un ejecutivo bancario gana cien veces más que un trabajador. Que esa justicia social también tiene un valor, es algo que comienza a comprenderse mejor hoy en la RFA. Que la nivelación como valor ha sido algo aportado por el este lo demuestra el éxito del Partido de la Izquierda ("Die Linke"), que es un claro resultado de la reunificación alemana.- ¿Hubo persecución política por parte de la derecha?, ¿hubo caza de brujas?, ¿utilización política de los archivos de la Stassi, por ejemplo?. ¿Cuanta gente fue condenada?- No muchos. Hubo muchos procesos, pero pocas condenas. Se creó una unidad policial-judicial que era rama de la Fiscalía, la ZERV ("Zentrale Ermittlungsstelle Regierungs- und Vereinigungskriminalität") encargada de investigar qué crímenes políticos y económicos podían ser perseguibles. Esa unidad abrió alrededor de 20.000 expedientes pero sólo produjo alrededor de 200 condenas. No hubo, pues, una "justicia de los vencedores". En mi opinión no la hubo. En el proceso de reunificación de 1990 se estableció que el derecho de la RDA mantenía su vigencia para los ciudadanos de la ex RDA, incluido con carácter retroactivo. Si su conducta había estado ajustada a derecho de la RDA, no podía ser juzgada de acuerdo con otro derecho. La gente que fue condenada lo fue por asuntos tan extremos como la muerte de tránsfugas en la frontera por disparos. Esa fue la única excepción; aquello estaba permitido en la RDA, pero no debía estarlo. Todo lo demás se rigió por el derecho de la RDA y por eso hubo muy pocas condenas. - O sea, que podemos hacer un balance bastante positivo de éste aspecto...- Si. Pocas condenas. También hubo poca instrumentalización política de los archivos de la Stassi. Fue muy diferente que en Polonia, o en Rumanía, porque aquí los archivos estaban abiertos para todos. En Chequia, Rumanía, Polonia... el acceso a las fichas estaba restringido y solo durante un determinado tiempo. Algunos pudieron acusar sin presentar pruebas, eso fue diferente en Alemania porque el movimiento cívico, la gente como Gert y Ulrike Poppe, lucharon para que las fichas estuvieran abiertas para todos y para que cualquier investigador o periodista pudiera consultarlas y no se pudiera abusar y decir; "éste si, pero aquél no...". Las decisiones sobre si alguien que había colaborado con la Stassi debía perder su trabajo o no, era asunto que se decidía en asamblea por los empleados de universidades y empresas, por ejemplo. Esas comisiones de personal, en la administración, en las universidades, en las empresas, decidieron en muchos casos mantener en sus puestos a gente que había colaborado con la Stassi, dependiendo de los daños de tal colaboración, de si había significado cárcel para otros, etc. Eso ocurrió en el Berliner Zeitung, donde cuatro redactores fueron señalados como colaboradores: dos tuvieron que irse y dos pudieron seguir, en función de la gravedad de su acción. Se les valoró personalmente en la propia empresa. - ¿Podemos decir entonces que no hubo un revanchismo social.?- Lo que hubo fue un fuerte relevo de élites, en el contexto de una situación de competencia económica. La élite del este fue apartada y se produjo una sustitución a cargo de la élite alemana occidental. Los profesores del este tuvieron que abandonar las universidades y los jóvenes doctores de Munich vinieron y fueron profesores en Berlín. Los empleados de la radio tuvieron que irse de Berlín Este mientras que un periodista de Colonia tomaba la jefatura. Los cuadros importantes de los medios de comunicación, redactores jefe, administradores, etc de televisión y radio, en las universidades, todo eso fue rellenado con gente del oeste...- ¿Cómo se hizo esta sustitución?, ¿fue algo impuesto?, ¿fue consecuencia del propio proceso de limpieza interna realizado por los propios empleados en las empresas...?- El proceso de limpieza interna no fue deseado por los responsables de la RFA. Por ejemplo en la Universidad Humboldt, la gente ya había iniciado su proceso de autolimpieza, pero el Senado de Berlín, no quería ninguna autolimpieza, sino que hizo una limpieza desde fuera y puso a su propia gente de fuera. En este proceso muchos intelectuales del este que no eran criminales ni habían hecho nada malo y que no habían sido colaboradores de la Stassi, pero que fueron señalados como "próximos al sistema" perdieron su puesto. Ese concepto político fue causa de que muchos perdieran su puesto socialmente influyente y que occidentales tomaran el relevo. - En resumen, que si se dice que en los archivos de la Stassi no se encontró nada comprometedor sobre la Señora Merkel, podemos creérnoslo...- Si.- ¿Qué fue de la estadocracia local, de la "nomenclatura" del SED, de la élite política de la RDA?- Hoy son jubilados que no trabajan. Su alejamiento de la escena fue un deseo de la población de la ex RDA. Sobre eso había consenso. Pero sus sucesores generacionales en el partido, frecuentemente críticos con los anteriores, no pasaron a ocupar los puestos vacantes en el estado, sino que fueron sustituidos por occidentales. No hubo un cambio desde dentro. La vieja burocracia se pasó a la economía privada; agentes de seguros, empresas de automóviles, pero en la función pública no se quería a gente de la ex RDA, ex miembros del SED o "próximos al sistema", como se decía, pero en la economía privada se podía trabajar. Por eso la vieja burocracia se fue a la economía privada y hoy no desempeña ningún papel. Se reúnen en asociaciones alrededor de Die Linke y el PDS, son gente mayor conservadora.- ¿Se ha hecho la crónica del "Wende" desde los despachos de Bonn?- Por desgracia no existe nada de ese género. Hay libros gruesos con los documentos oficiales de Bonn, pero no hay una "crónica del Wende" desde el Oeste. Los que lo organizaron no lo han descrito y sería muy interesante. Eso lo editaría con mucho gusto.- ¿Hay algo sobre el papel de los servicios secretos alemanes y occidentales durante aquel verano cuando la gente de la RDA de vacaciones en el Lago Balatón acabó atravesando "espontáneamente" la frontera húngara, y otros se encerraban en la embajada de la RFA en Praga. Un viceministro de exteriores de la URSS me explicó, por ejemplo, que en agosto de 1989 el Canciller Kohl y su ministro de exteriores Gensher, se habían reunido en el más estricto secreto en un castillo de los alrededores de Bonn con el primer ministro húngaro Karoly Nemeth y el ministro de exteriores Horn. La economía húngara estaba al borde de la quiebra y privada de la posibilidad de créditos soviéticos. En aquella reunión, los húngaros accedieron a abrir su frontera con Austria y permitir el paso a los turistas de la RDA a cambio de un crédito de mil millones de marcos... ¿Se ha revelado algo sobre ese tipo de cosas? - No.- ¿Le parece un aspecto relevante?- Claro que sí. Hubo toda una serie de conversaciones secretas, de pagos... Sabemos mucho sobre las negociaciones entre Kohl y Gorbachov en el Caucaso, que se ofrecieron 8.000 millones, cuando Gorbachov quería 12.000 millones por la retirada de las tropas soviéticas de la RDA y que al final hubo un acuerdo de que serían 8.000 millones con otros 4.000 millones como créditos. Se sabe que grandes sumas decidieron determinadas cosas. También puedo imaginar que hubo flujos de dinero en la compra de diarios de la DDR por parte de consorcios de la RFA..., pero no hay una crónica de estas cosas desde la perspectiva del oeste, y sería de gran interés.- Han pasado veinte años y sigue habiendo dos sociedades alemanas. En la encuesta "Deutsche Zustände" de la Universidad de Bielefeld, el 64% de los orientales se declaran ciudadanos de segunda clase ¿Todo esto qué perspectiva tiene, que futuro tiene?- En 1989, al principio, se dijo que para cerrar la reunificación alemana sería necesario el paso de una generación. Han pasado veinte años y eso es casi una generación, veinticinco años, pero la sociedad continua dividida. Eso tiene que ver, sobre todo, con los problemas económicos. Los conflictos mentales entre este y oeste se derivan de las diferencias económicas. Por lo menos tendrá que pasar otra generación más, cincuenta años, para que alcancemos una nivelación normal. En Estados Unidos, las diferencias entre estados del Norte y del Sur se han mantenido mucho tiempo y aun se observan... Todo dependerá, esencialmente, de si se logra una mejora de la situación económica en el este, de si la gente del este encuentra trabajo, de si pueden convivir en equidad. En ese caso habrá una nivelación mental mucho más rápida, en caso contrario la diferencia se mantendrá.
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