EN EL AÑO DE LAS ELECCIONES ALEMANAS

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Apenas la mitad de los ex alemanes del este consideran que su vida ha mejorado desde la caída del Muro de Berlín respecto a como vivían durante el régimen comunista y de la Stasi.




MOMENTO HISTÓRICO
En noviembre se cumplirán veinte años de la caída del Muro de Berlín pero en muchos alemanes todavía hay un "muro de las cabezas".


La prensa alemana se hace eco este viernes de una encuesta encargada por el diario Berliner Zeitung sobre como la euforia de los primeros meses tras la caída en noviembre de 1989 del Muro de Berlín se ha convertido en pesimismo. Gran parte de los alemanes hacen un pobre balance de los casi 20 años de la unificación como se puede leer en la edición digital del periódico. Gran parte, tanto de orientales como de occidentales consideran que su situación no ha mejorado o incluso ha empeorado."Se ha evaporado gran parte de la euforia que vivimos después de la caída del Muro", explica el director del instituto Forsa, Manfred Güllner, al diario que encargó el estudio. El porcentaje de alemanes orientales que perciben una mejora en su situación llega sólo al 46%, mientras que en 1989, tras la caída del Muro, un 71% encaraba el futuro con optimismo.Es precisamente en los nuevos Bundesländer, la antigua República Democrática Alemana, donde el panorama se presenta aún más negro. Sólo un 40% considera que veinte años después de la caída del régimen comunista las cosas marchan mejor. A este sondeo, que retrata una vez más la "división mental" que existe aún entre las dos Alemanias (el llamado "muro en las cabezas") se une otro resultado que publica la web de Berliner Zeitung.El 67% de los alemanes del este y el 53% de los del oeste no se sienten satisfechos con el funcionamiento del sistema político alemán aunque un 90% si cree en la "idea de la democracia". Por otra parte, el 60% de los encuestados tanto en el este como en el oeste consideran que la corrupción ha aumentado desde 1989. Para Güllner se trata de un signo de alarma del divorcio que existe entre los ciudadanos y los políticos alemanes. Este año se medirá este abismo en cuatro importantes elecciones regionales y en las elecciones generales.