Ilegalidades, información oculta, mediciones trucadas, robo de agua, trato de favor a grandes empresas…
La gestión del agua en la cuenca del río Segura está salpicada de malas prácticas e intereses creados. Diez años después de la primera vez que lo denunciamos, hemos vuelto a viajar hasta allí para documentar esta trama del agua que parece sacada de una película de mafiosos.
“Me amenazaron con una pistola en la boca diciéndome que si continuaba me iban a quitar del medio”, cuenta Pedro, agricultor que dice ser víctima de un grupo de empresarios y del Ministerio quienes, aprovechándose la infraestructura del trasvase Tajo-Segura, amplían regadíos y le roban el agua a miles de ciudadanos.
María es otras de las personas afectadas por esta trama que hace que sí haya agua para unos pero no para otros: “Si tú te enfrentas a la gente del agua, te pueden cerrar el chorro y no riegas. Ellos tienen una llave y un mando para hacer y deshacer lo que quieran porque tienen el poder del agua”, nos cuenta.
Como ellos, otros pequeños agricultores de la zona denuncian que no tienen acceso al agua porque esta va a parar a las grandes empresas hortofrutícolas con la complicidad de las administraciones. La Confederación Hidrográfica del Segura manipula los datos para sostener un falso déficit hídrico y prioriza el acceso al agua para cultivos intensivos y la especulación urbanística.
Es decir: para resorts, campos de golf, piscinas en chalets y otros proyectos urbanísticos de la burbuja inmobiliaria sí hay agua, pero para los pequeños agricultores, ganaderos y PYMES no.Desde Greenpeace creemos que otro Segura es posible, que otro modelo de gestión de agua es necesario. Juntos podemos lograr un escenario donde la economía de esta región siga creciendo sin sobreexplotar la cabecera del Tajo, ya de por sí deteriorado, con un trasvase innecesario. ayúdanos a seguir denunciando estas prácticas corruptas y que el agua no sea un negocio que beneficie a unos pocos.
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