MUNDO OBRERO: Cayo Lara: "IU tiene que ser la organización que aglutine la alternativa que necesita la sociedad"
Entrevista al Coordinador General de Izquierda Unida tras la X Asamblea Federal de Izquierda Unida
GEMA DELGADO08 Jan 13
M.O.: ¿Cuál es el balance que realiza de estos cuatro años en los que se ha pasado de una Asamblea con cinco listas a una X Asamblea cohesionada de lista única, y como decías, de una IU influyente a una IU alternativa de gobierno?
Cayo Lara: Hace cuatro años teníamos una situación de división, como se manifestó en aquellas cinco candidaturas. En estos cuatro años lo primero que hemos hecho ha sido cumplir con todos los compromisos que adoptamos con la gente. Se compuso una dirección integrada proporcionalmente por los miembros de las cinco listas, según el peso de cada una. Se hizo una transición no traumática y hemos estado cuatro años cohesionando lo más posible la organización. Y la hemos cohesionado de la única forma en que se puede, que es con el trabajo, con la propuesta alternativa concreta y en la calle con las protestas. Y ese ha sido el gran éxito de estos años: pacificar mucho la organización. Se ha conseguido cohesionar la política, que es muy importante. De hecho sólo ha habido un documento único, con muchas aportaciones y enmiendas, pero un único documento. Y todo eso ha llevado a conseguir algo que era imposible e impensable hace cuatro años y que era presentarnos con una candidatura única y ponernos de acuerdo en un proyecto político común.
Por tanto, creo que hemos hecho un esfuerzo integrador, muy importante para la cohesión. Hemos trabajado mucho. Pero sobre todo, es el trabajo, la propuesta alternativa concreta la que nos ha posicionado y ha hecho que dejemos de mirarnos tanto al ombligo y pensar más en grande. Y pensar en grande es pensar que los trabajadores y trabajadoras, las capas populares, la sociedad civil, la sociedad mayoritaria, está necesitando una fuerza política alternativa. Es así como hemos llegado al resultado que ha salido de esta Asamblea.
Y de esta Asamblea han salido dos mensajes. Un mensaje externo a la sociedad, de que es posible entendernos entre nosotros y que por tanto es posible ampliar y abrir puertas para seguir entendiéndonos con más, y el mensaje interno que es que los pequeños conflictos que puedan haber o surgir en cada federación, en cada pueblo, tendrán un referente federal para poder resolverlos.
Hay mucha satisfacción. Para la militancia ha sido una inyección de moral y de fuerza que era lo que estaban pidiéndonos. Este no es un esfuerzo de dos, de tres o de cinco. Es un esfuerzo colectivo de la gente, de nuestra militancia de oro y por eso hemos podido acabar la asamblea cantando y con una fraternidad a unos niveles no conseguidos en muchos años.
M.O.: Comentabas en la Asamblea, en la presentación de la candidatura, que lo más difícil en una organización es la elaboración de una lista que una a todos. De cara a la sociedad el efecto de unidad y satisfacción ha sido inmediato. Pero de cara a la organización ¿esa lista unitaria deja a todo el mundo contento?
C.L.: Hacer la lista es la parte más compleja. Mucha gente quiere estar pero todos no pueden, algunos se quedan fuera, algunos consideran que injustamente.... Es lo más complicado de la Asamblea. La gente que ha estado trabajando en el día a día de la lista, hablando con las federaciones e intentando encajar tanto el componente de las federaciones como el del pluripartidismo que tenemos dentro de este movimiento político social que es Izquierda Unida, han tenido que hacer un esfuerzo muy importante para que pudiera haber esa cohesión necesaria en la gente. Y creo que no cabe ninguna duda de que el resultado es positivo y es lo que necesita la organización.
Con los 158 compañeros y compañeras que se eligieron en la Asamblea para el Consejo, que por cierto va a ser mucho más amplio que el anterior y tendrá 226 respecto a las 180 del anterior, cuando las federaciones elijan el 30% restante, se va a configurar todo el Consejo Político Federal de IU. A partir de ahí, todos tenemos que trabajar juntos con unidad de acción.
De nuevo lo que va a fortalecer aún más cohesión de la organización va a ser el trabajo concreto. Esa tiene que ser nuestra hoja de ruta: política alternativas frente a políticas neoliberales. Y a partir de ahí tenemos un camino muy apasionante por delante, con mucha responsabilidad porque nos ha pillado en el momento más dramático y más duro de la democracia española que estamos viviendo con un ataque feroz a los derechos sociales y laborales de la gente y esto nos ha llevado a que tengamos que aumentar aún más la responsabilidad para responder ante lo que viene. También es lo que nos sirve de acicate. Ampliemos la organización. Necesitamos crecer muchísimo. Hay que afiliar a mucha gente porque en este proyecto, si de verdad nos creemos que tenemos que generar la alternativa, necesitamos muchísima gente. Un árbol necesita tener raíces fuertes y extensas para que no se lo lleve el viento huracanado que pueda venir en cualquier momento.
El Consejo Federal, y el Ejecutivo y la Presidencia que se tienen que constituir, son órganos de trabajo, de ejecución de acuerdos y nos van a posibilitar trabajar en aras de esa alternativa que cada vez nos demanda más la sociedad.
M.O.: El mensaje dado es claro. Hay que abrir y que crecer. La apertura se ha hecho tanto hacia el mundo sindical como hacia los movimientos sociales. Las diferencias de hace cuatro años con las posturas sindicales respecto a la necesidad de una huelga general y a política de pensiones, por ejemplo, se han transformado en un mayor acercamiento y cooperación. ¿Cómo va a enriquecer esto a IU?
C.L.: Hay un profundo respeto mutuo e independencia entre Izquierda Unida y el movimiento sindical, y es lo que nos va a permitir entendernos mucho a lo largo del tiempo y a lo largo del camino. Una cosa es que haya militantes que están en los sindicatos, que participan activamente en el movimiento social y que al mismo tiempo son militantes de Izquierda Unida. Y es, como militantes de IU, como están en en el Consejo Político Federal. Lo más importante, y hay que dejarlo claro, es el respeto mutuo que nos damos, tanto en el entendimiento en los temas en los que podamos coincidir como cuando no haya puntos de encuentro, porque cada uno tenga sus políticas soberanas, como pasó hace unos años con el tema del pensionazo. Podemos discrepar y lo hacemos fraternalmente entre compañeros y compañeras, como debe de ser. Pero no podemos olvidar una cosa y es que la mayoría de la gente de IU, me atrevería a decir que la totalidad, milita no sólo en Izquierda Unida sino también en algún movimiento social y/o sindicato de clase. Y eso es intrínseco a nuestro ADN como organización. Y por lo tanto, el encuentro con la problemática social y sindical no nos cuesta porque es la problemática que vivimos cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana y en nuestra relación con los movimientos sociales y los propios sindicatos.
Hay que potenciar mucho la estructura civil, la estructura asociativa organizada, pero también la estructura política, porque hay que diferenciar. La acción de los movimientos sociales y los sindicatos está para pelear, para negociar con el poder y las instituciones las reivindicaciones propias que son de su sector. Nosotros somos un partido político, un movimiento político social, que aspiramos al poder e independientemente de que gobernemos o no tenemos que seguir manteniendo esa relación con movimientos sociales y sindicatos que podrá coincidir o no en diferentes temas.
No cabe ninguna duda de que tenemos un alto nivel de coincidencia en nuestras política con el movimiento social y sindicales porque bebemos de ellos y ellos beben de nuestras propuestas, pero separando claramente el campo político, con la representación institucional, y el campo social y sindical del tejido asociativo de España.
M.O.: En cualquier caso IU ha dado un paso adelante muy concreto de llevar el Parlamento a la calle.
C.L.: Hemos estado con una pata en las instituciones y otra pata en la calle. Y luego se ha intensificado mucho el trabajo y la actividad de IU con los movimientos sociales y sindicales. Las condiciones de la crisis y esta gran estafa que han montado nos ha llevado a que tengamos una actividad en la calle en las movilizaciones, en las manifestaciones, en las huelgas donde hemos tenido una identidad plena y mucha cercanía. Hemos estado tanto en las convocatorias de los sindicatos como en las de los movimientos sociales. Tenemos una presencia muy importante de IU, y eso indudablemente ha hecho que hoy estemos más cerca que hace cuatro años.
M.O.: La sociedad está esperando una respuesta clara de IU. ¿Cuál es el mensaje que les darías? C.L.: El mensaje de que hay una alternativa posible a la políticas neoliberales y al desastre que está montando el partido Popular y el Partido Socialista y que IU tiene que ser la organización de vanguardia que aglutine esa alternativa que necesita la sociedad. Es posible cambiar las cosas. Hay políticas diferentes y nosotros somos los primeros que nos hemos unido para proyectar un mensaje unitario al exterior.
No hay que olvidar una cosa. Cuesta trabajo proyectar una política unitaria al exterior si tú en tu propia organización no te entiendes y no tienes capacidad de unidad. Lo que el ciudadano quiere es que no les cuentes las guerras que tienes dentro, ni las corrientes, sino saber las propuestas que tienes para resolver sus problemas. Para eso hace falta una unidad de acción, que es fundamental de cara a la propuesta y ese es el mensaje que hemos dado a la sociedad española.
M.O.: Y ¿que piensa de la juventud de IU?
C.L.: Me llena de esperanza e ilusión ver la cantidad de jóvenes implicados activamente en la política y en el compromiso. La juventud es el futuro. Hay un gran potencial de gente con mucha cabeza con mucho compromiso para poder seguir tirando adelante con esta organización. Es el recambio que muchos necesitaremos. Es fundamental y consustancial a cualquier organización.
M.O.: Definitivamente, esta X Asamblea abre una nueva etapa en la historia de Izquierda Unida. ¿Cómo la definiría usted?
C.L.: Esta es a etapa de la esperanza. Hemos sido capaces de entendernos en lo interno y hemos sido capaces de proyectar una esperanza en la sociedad. La definiría como una etapa de esperanza para la clase trabajadora, para la mayoría social y para toda la gente que está sufriendo este ataque tan brutal a los derechos sociales, civiles, democráticos, laborales a derechos que estaban conquistado y que nunca pensamos que tendríamos que salir a la calle para volver a reivindicarlos.
Cayo Lara: Hace cuatro años teníamos una situación de división, como se manifestó en aquellas cinco candidaturas. En estos cuatro años lo primero que hemos hecho ha sido cumplir con todos los compromisos que adoptamos con la gente. Se compuso una dirección integrada proporcionalmente por los miembros de las cinco listas, según el peso de cada una. Se hizo una transición no traumática y hemos estado cuatro años cohesionando lo más posible la organización. Y la hemos cohesionado de la única forma en que se puede, que es con el trabajo, con la propuesta alternativa concreta y en la calle con las protestas. Y ese ha sido el gran éxito de estos años: pacificar mucho la organización. Se ha conseguido cohesionar la política, que es muy importante. De hecho sólo ha habido un documento único, con muchas aportaciones y enmiendas, pero un único documento. Y todo eso ha llevado a conseguir algo que era imposible e impensable hace cuatro años y que era presentarnos con una candidatura única y ponernos de acuerdo en un proyecto político común.
Por tanto, creo que hemos hecho un esfuerzo integrador, muy importante para la cohesión. Hemos trabajado mucho. Pero sobre todo, es el trabajo, la propuesta alternativa concreta la que nos ha posicionado y ha hecho que dejemos de mirarnos tanto al ombligo y pensar más en grande. Y pensar en grande es pensar que los trabajadores y trabajadoras, las capas populares, la sociedad civil, la sociedad mayoritaria, está necesitando una fuerza política alternativa. Es así como hemos llegado al resultado que ha salido de esta Asamblea.
Y de esta Asamblea han salido dos mensajes. Un mensaje externo a la sociedad, de que es posible entendernos entre nosotros y que por tanto es posible ampliar y abrir puertas para seguir entendiéndonos con más, y el mensaje interno que es que los pequeños conflictos que puedan haber o surgir en cada federación, en cada pueblo, tendrán un referente federal para poder resolverlos.
Hay mucha satisfacción. Para la militancia ha sido una inyección de moral y de fuerza que era lo que estaban pidiéndonos. Este no es un esfuerzo de dos, de tres o de cinco. Es un esfuerzo colectivo de la gente, de nuestra militancia de oro y por eso hemos podido acabar la asamblea cantando y con una fraternidad a unos niveles no conseguidos en muchos años.
M.O.: Comentabas en la Asamblea, en la presentación de la candidatura, que lo más difícil en una organización es la elaboración de una lista que una a todos. De cara a la sociedad el efecto de unidad y satisfacción ha sido inmediato. Pero de cara a la organización ¿esa lista unitaria deja a todo el mundo contento?
C.L.: Hacer la lista es la parte más compleja. Mucha gente quiere estar pero todos no pueden, algunos se quedan fuera, algunos consideran que injustamente.... Es lo más complicado de la Asamblea. La gente que ha estado trabajando en el día a día de la lista, hablando con las federaciones e intentando encajar tanto el componente de las federaciones como el del pluripartidismo que tenemos dentro de este movimiento político social que es Izquierda Unida, han tenido que hacer un esfuerzo muy importante para que pudiera haber esa cohesión necesaria en la gente. Y creo que no cabe ninguna duda de que el resultado es positivo y es lo que necesita la organización.
Con los 158 compañeros y compañeras que se eligieron en la Asamblea para el Consejo, que por cierto va a ser mucho más amplio que el anterior y tendrá 226 respecto a las 180 del anterior, cuando las federaciones elijan el 30% restante, se va a configurar todo el Consejo Político Federal de IU. A partir de ahí, todos tenemos que trabajar juntos con unidad de acción.
De nuevo lo que va a fortalecer aún más cohesión de la organización va a ser el trabajo concreto. Esa tiene que ser nuestra hoja de ruta: política alternativas frente a políticas neoliberales. Y a partir de ahí tenemos un camino muy apasionante por delante, con mucha responsabilidad porque nos ha pillado en el momento más dramático y más duro de la democracia española que estamos viviendo con un ataque feroz a los derechos sociales y laborales de la gente y esto nos ha llevado a que tengamos que aumentar aún más la responsabilidad para responder ante lo que viene. También es lo que nos sirve de acicate. Ampliemos la organización. Necesitamos crecer muchísimo. Hay que afiliar a mucha gente porque en este proyecto, si de verdad nos creemos que tenemos que generar la alternativa, necesitamos muchísima gente. Un árbol necesita tener raíces fuertes y extensas para que no se lo lleve el viento huracanado que pueda venir en cualquier momento.
El Consejo Federal, y el Ejecutivo y la Presidencia que se tienen que constituir, son órganos de trabajo, de ejecución de acuerdos y nos van a posibilitar trabajar en aras de esa alternativa que cada vez nos demanda más la sociedad.
M.O.: El mensaje dado es claro. Hay que abrir y que crecer. La apertura se ha hecho tanto hacia el mundo sindical como hacia los movimientos sociales. Las diferencias de hace cuatro años con las posturas sindicales respecto a la necesidad de una huelga general y a política de pensiones, por ejemplo, se han transformado en un mayor acercamiento y cooperación. ¿Cómo va a enriquecer esto a IU?
C.L.: Hay un profundo respeto mutuo e independencia entre Izquierda Unida y el movimiento sindical, y es lo que nos va a permitir entendernos mucho a lo largo del tiempo y a lo largo del camino. Una cosa es que haya militantes que están en los sindicatos, que participan activamente en el movimiento social y que al mismo tiempo son militantes de Izquierda Unida. Y es, como militantes de IU, como están en en el Consejo Político Federal. Lo más importante, y hay que dejarlo claro, es el respeto mutuo que nos damos, tanto en el entendimiento en los temas en los que podamos coincidir como cuando no haya puntos de encuentro, porque cada uno tenga sus políticas soberanas, como pasó hace unos años con el tema del pensionazo. Podemos discrepar y lo hacemos fraternalmente entre compañeros y compañeras, como debe de ser. Pero no podemos olvidar una cosa y es que la mayoría de la gente de IU, me atrevería a decir que la totalidad, milita no sólo en Izquierda Unida sino también en algún movimiento social y/o sindicato de clase. Y eso es intrínseco a nuestro ADN como organización. Y por lo tanto, el encuentro con la problemática social y sindical no nos cuesta porque es la problemática que vivimos cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana y en nuestra relación con los movimientos sociales y los propios sindicatos.
Hay que potenciar mucho la estructura civil, la estructura asociativa organizada, pero también la estructura política, porque hay que diferenciar. La acción de los movimientos sociales y los sindicatos está para pelear, para negociar con el poder y las instituciones las reivindicaciones propias que son de su sector. Nosotros somos un partido político, un movimiento político social, que aspiramos al poder e independientemente de que gobernemos o no tenemos que seguir manteniendo esa relación con movimientos sociales y sindicatos que podrá coincidir o no en diferentes temas.
No cabe ninguna duda de que tenemos un alto nivel de coincidencia en nuestras política con el movimiento social y sindicales porque bebemos de ellos y ellos beben de nuestras propuestas, pero separando claramente el campo político, con la representación institucional, y el campo social y sindical del tejido asociativo de España.
M.O.: En cualquier caso IU ha dado un paso adelante muy concreto de llevar el Parlamento a la calle.
C.L.: Hemos estado con una pata en las instituciones y otra pata en la calle. Y luego se ha intensificado mucho el trabajo y la actividad de IU con los movimientos sociales y sindicales. Las condiciones de la crisis y esta gran estafa que han montado nos ha llevado a que tengamos una actividad en la calle en las movilizaciones, en las manifestaciones, en las huelgas donde hemos tenido una identidad plena y mucha cercanía. Hemos estado tanto en las convocatorias de los sindicatos como en las de los movimientos sociales. Tenemos una presencia muy importante de IU, y eso indudablemente ha hecho que hoy estemos más cerca que hace cuatro años.
M.O.: La sociedad está esperando una respuesta clara de IU. ¿Cuál es el mensaje que les darías? C.L.: El mensaje de que hay una alternativa posible a la políticas neoliberales y al desastre que está montando el partido Popular y el Partido Socialista y que IU tiene que ser la organización de vanguardia que aglutine esa alternativa que necesita la sociedad. Es posible cambiar las cosas. Hay políticas diferentes y nosotros somos los primeros que nos hemos unido para proyectar un mensaje unitario al exterior.
No hay que olvidar una cosa. Cuesta trabajo proyectar una política unitaria al exterior si tú en tu propia organización no te entiendes y no tienes capacidad de unidad. Lo que el ciudadano quiere es que no les cuentes las guerras que tienes dentro, ni las corrientes, sino saber las propuestas que tienes para resolver sus problemas. Para eso hace falta una unidad de acción, que es fundamental de cara a la propuesta y ese es el mensaje que hemos dado a la sociedad española.
M.O.: Y ¿que piensa de la juventud de IU?
C.L.: Me llena de esperanza e ilusión ver la cantidad de jóvenes implicados activamente en la política y en el compromiso. La juventud es el futuro. Hay un gran potencial de gente con mucha cabeza con mucho compromiso para poder seguir tirando adelante con esta organización. Es el recambio que muchos necesitaremos. Es fundamental y consustancial a cualquier organización.
M.O.: Definitivamente, esta X Asamblea abre una nueva etapa en la historia de Izquierda Unida. ¿Cómo la definiría usted?
C.L.: Esta es a etapa de la esperanza. Hemos sido capaces de entendernos en lo interno y hemos sido capaces de proyectar una esperanza en la sociedad. La definiría como una etapa de esperanza para la clase trabajadora, para la mayoría social y para toda la gente que está sufriendo este ataque tan brutal a los derechos sociales, civiles, democráticos, laborales a derechos que estaban conquistado y que nunca pensamos que tendríamos que salir a la calle para volver a reivindicarlos.
Comentarios
Publicar un comentario